El desarrollo de los 30 años de democracia en los ayuntamientos de la provincia da para escribir no sólo un libro sino hasta una enciclopedia completa. Desde la A de Alcalá de los Gazules hasta la Z de Zahara de la Sierra.

El dato más significativo es que la nómina de las personas que en estas tres décadas han ocupado u ocupan alguna de las alcaldías de los 44 municipios de la provincia se ha disparado ya hasta los 187... y sumando. Tanto que el último en engrosar esta lista, el socialista Manuel Cabrera, lo hizo hace apenas dos días, cuando fue nombrado alcalde de Benaocaz al cristalizar la moción de censura que su partido suscribió junto al PA.

En las antípodas del alcalde más novato de la provincia se encuentran otros dos regidores: el de Puerto Real, José Antonio Barroso (IU), y el de Setenil, Cristóbal Rivera (PSOE), que se han convertido ya en los dos alcaldes de la provincia con más tiempo en el cargo, tras superar progresivamente a los históricos Pedro Pacheco (Jerez) y Antonio Mateos (Grazalema).

Barroso y Rivera comparten no sólo sus condiciones de alcaldes y de diputados provinciales con responsabilidades de gobierno, sino también el tiempo que llevan rigiendo los destinos de sus localidades: casi 26 años, que cumplirán en pocos días. Barroso es el único de los alcaldes electos en 1979 que siguen en el cargo, aunque estuvo cuatro años en la oposición. Cristóbal Rivera, por su parte, se mantiene desde 1983 de manera ininterrumpida como regidor de Setenil.

En cuanto al número de alcaldes por municipio, los polos opuestos se localizan en Algodonales, que ha tenido hasta ocho regidores en estos 30 años, y en Benalup-Casas Viejas, con un solo alcalde aunque sólo en 18 años, desde que este pueblo jandeño se independizó de Medina Sidonia. Otros cinco municipios (Cádiz, Los Barrios, Castellar, Grazalema y Setenil) apenas han tenido a dos alcaldes diferentes en estas tres décadas.

Para la memoria colectiva quedarán la personalidad y el carisma de algunos regidores, los casos de transfuguismo más inesperados, las 12 mociones de censura registradas en este tiempo, los pactos imposibles, las 'espantadas' más imprevistas, las inhabilitaciones ineludibles o las mayorías absolutas y las derrotas más demoledoras.

Todo forma parte de una historia rica y variopinta de política local vivida en democracia.