La judoka malagueña Carmen Herrera, medalla de oro en las Paralimpiadas de Atenas, ha asegurado hoy tras conocer que había sido distinguida con una Medalla de Andalucía que para un deportista con algún hándicap como ella, deficiente visual, este reconocimiento "es como decir vosotros también valéis".

Reciente campeona de los Juegos Mundiales para Ciegos y Deficientes Visuales en Brasil, esta joven de 33 años ha manifestado a Efe que la distinción otorgada por la Junta de Andalucía significa para ella que "el deporte paralímpico está equiparado en méritos y logros al deporte normalizado o sin discapacidad".

"Es como decir que os valoremos lo mismo, igual, tanto a unos como a otros", ha señalado Herrera tras considerar el galardón "una responsabilidad y un honor" y creer que "no sólo reconoce el mérito individual, sino al conjunto del deporte paralímpico, el adaptado para minusválidos tanto como físicos y síquicos".

Poco después de recibir la noticia "con mucha alegría", al tratarse de una distinción que "han recibido pensadores, grandes artistas o políticos", ha declarado que "es un grandísimo honor al ser un premio de mucha categoría", a la vez que se siente "sorprendida de que se hayan acordado" de ella y lo ve "muy emotivo porque es un reconocimiento de Andalucía, mi tierra".

Esta pionera del judo femenino, cinco veces campeona de España y nacida en Alhaurín de la Torre (Málaga), ve la medalla concedida por el Consejo de Gobierno andaluz, tras quince años de entrenar y competir, como "un reconocimiento a todo el palmarés o currículum".

Con un doce por ciento de capacidad visual es de las que más ve en las categorías paralímpicas e indica que la medalla andaluza y las de su carrera no son comparables, ya que el "triunfo en competición es una meta muy ansiada", mientras que la de ahora es "el reconocimiento a un trabajo, a lo ya conseguido" y "el premio más importante" desde que empezó a "cosechar éxitos deportivos".