"El que protege su silla acaba cayendo. Sólo el que arriesga llega lejos". La frase es de Juan Marín, líder de Ciudadanos en Andalucía, que ayer volvió a esgrimir la bandera de la oposición útil en el Parlamento. Marín recordó a Susana Díaz que "muchas de las medidas" de las que sacó pecho en su intervención inicial partían del debate de investidura, pero insistió, como lleva haciendo un par de meses, en que el apoyo de su partido "no es un cheque en blanco".

Ya adelantó a principios de semana, que habrá, como mínimo, un compromiso ineludible para hablar de los Presupuestos de 2018: la rebaja del Impuesto de Sucesiones y Donaciones. La consejera de Hacienda, María Jesús Montero tendrá que volver a revisar el gravamen si quiere convencer a los naranjas. Pero no será la única medida que recibirá un impulso. El calendario que salió de la reunión entre PSOE y Ciudadanos deberá cumplirse y Marín lo recordó ayer después de tachar el discurso de Díaz fue "conformista". Para que cambie su opinión, la ley de FP, la reforma electoral y la eliminación de los aforamientos tendrán que avanzar.

Hasta ahora, mucho de lo que ha pedido Marín se le ha concedido. Por eso está satisfecho con la labor de oposición de sus ocho parlamentarios. A su juicio, han logrado políticas "distintas a las que se han venido haciendo en los últimos 36 años". Además, el político gaditano dice saber la razón del cambio de rumbo. "Nunca antes un partido le había ofrecido estabilidad a cambio de hacer reformas", dijo Marín, en referencia a su labor de partido muleta del Gobierno sin estar en el Ejecutivo.