El diputado del PP por Cádiz en el Congreso Aurelio Sánchez reclamó ayer al rey de Marruecos, Mohamed VI, que como "gesto de cara a su pueblo" celebre el décimo aniversario de su coronación dando orden de repatriar los cuerpos de sus compatriotas inmigrantes fallecidos en el Estrecho.

El diputado popular destacó que hay "muchos cadáveres de personas que perecieron tratando de alcanzar las costas españolas en los tanatorios de Cádiz, algunos de ellos desde el año 2007" y "sin que sus familias los reclamen o pueda hacer frente a los costes de su repatriación".

Para Sánchez, con la muerte de Rayán, el bebé que falleció en Madrid "víctima de un trágico error hospitalario", el monarca alauita mostró "la verdadera dimensión de su controvertida personalidad", puesto que "se preocupó expresamente por esa muerte y no de las miles de personas que pierden la vida todos los años tratando de llegar a las costas españolas".

Así, sostuvo que en el caso de Rayán, las lágrimas de Mohamed VI eran "lágrimas de cocodrilo", tildando de "utilización política" el hecho de que "se preocupase del único súbdito que no necesitaba su ayuda" y "por el mero hecho de que falleció en un hospital español", agregó. A su juicio, la muerte del bebé fue "lo suficientemente dramática y mediática" como para que el soberano "haya intentado aprovecharse de ella para darse un baño de humanidad que, por cierto, no tiene con el resto de sus súbditos".

Consideró que "no muestra el más mínimo interés por los miles de niños marroquíes desarraigados que abarrotan los centros de menores de Andalucía, Canarias y otras comunidades, a pesar de haber firmado y cobrado convenios, pagados por España, para facilitar la identificación de sus familiares para poder devolvérselos", apostilló.

El diputado popular insistió en pedir a Mohamed VI "otro gesto con su pueblo" dando orden de repatriar a los cadáveres ya identificados que hay en los tanatorios de Cádiz, reclamándole que promueva la identificación de los que quedan y la de los niños marroquíes que se encuentran en centros de menores para que puedan ser devueltos a sus familias.