Andalucía

El rodillo de Susana Díaz

  • Su candidatura une a los 'ismos' históricos del partido y arranca de forma simbólica en Casa Labra, donde Pablo Iglesias fundó el PSOE.

  • Matilde Fernández, Eduardo Madina, el alcalde de Cornellá y una joven cántabra presentarán a la presidenta de la Junta.

  • Su objetivo es ganar con holgura las primarias y rescatar de dos a tres millones de votos para su partido y medirse con Rajoy, no con Podemos.

Así comunicó Susana Díaz a sus compañeros de Triana que se presenta a liderar el PSOE

ES lo que mejor sabe hacer. Lo mismo ocurrió cuando José Antonio Griñán le cedió los mandos del PSOE andaluz en 2013. El partido estaba, entonces, destrozado, venía de perder unas elecciones autonómicas y la mitad de las provincias estaba en estado de rebelión. Semanas antes se movió con sigilo entre agrupaciones, telefoneó, viajó a algunas capitales rebeldes, habló con unos y otros, y para cuando se supo que Griñán se iba y que la había escogido a ella, el partido ya era una balsa de aceite que eligió sin contrincantes a Susana Díaz, una dirigente con fama de una excesiva dureza. Ahora está a punto de volver a ocurrir. Esta mañana en Madrid, la presidenta andaluza, aspirante a liderar el PSOE, reunirá a 6.000 personas en un acto cargado de simbolismos, de pata negra, donde se darán cita los guerristas, los renovadores, los felipistas, los chaconistas, los de Rubalcaba, los catalanes, los gallegos y los andaluces. Todos los ismos en el mismo pabellón para coser al partido. Nada ha sido dejado al azar, liturgia en estado puro. Antes del acto, ayer por la mañana, Susana Díaz se reunió con un grupo de jóvenes en Casa Labra, donde a finales del siglo XIX un puñado de tipógrafos, un zapatero y un médico fundaron el PSOE.

Susana Díaz sale a ganar, no cabe duda, es su mejor virtud: se lo cree y es capaz de transmitirlo. Y quiere ganar las primarias de mayo y las generales cuando se convoquen, en 2018 o en 2019. Su objetivo es recuperar, al menos, los dos o tres millones de votos que el PSOE se dejó atrás en estos últimos años. Aspira a los diez millones; a medirse con Rajoy, no con Podemos. Quien fuese una de las dos primeras mujeres que aspiraron a la Secretaría General, Matilde Fernández, abrirá el acto de hoy. Fernández es una heredera del guerrismo. Estarán Felipe González y Alfonso Guerra; Zapatero y Bono; Rubalcaba y Chacón, todos ellos antagonistas en algún momento de la historia. A Matilde Fernández le seguirá en el estrado el diputado vasco Eduardo Madina, quien fuese el competidor de Pedro Sánchez en las últimas primarias. Era él quien se iba a enfrentar a Susana Díaz, pero la sevillana se apeó de ese tren porque sólo llevaba poco más de un año en la Presidencia de la Junta. Madina y Zapatero le van a ayudar en la comunidad que le es más refractaria: Cataluña. El alcalde de Cornellá, Antonio Balmón, formará parte del cuarteto de teloneros que presentarán a Díaz. Y cerrará una joven cántabra, Estela Goikoetxea, directora de Salud Pública en esa comunidad.

El equipo de campaña, que ya está activo, facilitó ayer el vídeo donde se ve a Susana Díaz pidiendo permiso para su candidatura en la sede socialista de Triana, la suya. Nada se ha dejado al azar. En Casa Labra, donde sirven un excelente bacalao frito, incluso, cuando no es Cuaresma, se grabó otra película, que posiblemente se verá hoy. Susana Díaz desgranará esta mañana cuál es su objetivo para el PSOE. Los discursos han sido trabajados, el relato también. Uno de sus problemas dentro del partido es la excesiva imagen españolista que se ha creado en Cataluña. La presidenta aplaude la ponencia política que Eduardo Madina ha dirigido, y que propone rescatar el Estatut para encajarlo en la Constitución. No se cierra a la apertura de una subcomisión que estudie en el Congreso la reforma constitucional, y con esa propuesta va a visitar las cuatro provincias catalanas.

Susana Díaz es un rodillo. Hasta ahora parecía que Pedro Sánchez iba el primero en la carrera, pero es que era el único que corría. A partir de hoy, la pugna se verá más clara. Patxi López va a mantener su candidatura, pero ya es claramente la menos poderosa. Los tres tienen actos electorales esta mañana, pero el de Díaz es el que más expectativas ha creado. En cierto modo, y aunque sean tres, ésta es una carrera de dos. Sánchez apela a una militancia irredenta y Díaz, al partido de siempre. Y no es que haya tantos susanistas. La presidenta andaluza, para su bien o para su mal, es ya conocida, con sus luces y sus sombras, pero a una buena parte del PSOE la vuelta de Pedro Sánchez y sus noes causa pánico.

El Comité Federal pondrá el próximo sábado la fecha de las elecciones primarias, que serán el 21 de mayo o la semana anterior. En el caso de que Díaz las ganase, seguiría de presidenta de la Junta. Sin escaño en el Congreso y sin opciones para ser senadora, porque es incompatible con la Presidencia de la Junta, Díaz está llamada a cambiar los esquemas de la política nacional que se crearon tras la irrupción de Podemos y de Ciudadanos. Desde entonces, la gobernabilidad del país está en tablas. Es un empate no resuelto. Hay un claro ganador, que es Mariano Rajoy, pero que no es capaz de sacar adelante el decreto de la estiba o los presupuestos generales. Si logra vencer esta barrera, con el acuerdo con el PNV y con Nueva Canarias, el PP agotará la legislatura, pero Susana Díaz tampoco tiene tanta prisa por enfrentarse en unas generales. Eso sí, la oposición en Andalucía se le hará agotadora: ni PP ni Podemos ni IU le van a dar respiro. Va a tener que jugar en dos campos distintos. Ella dice que es capaz, que puede, pero al final habrá dos elecciones, en España y en la comunidad, donde se juzgará su trabajo.

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