Igualdad Medidas de conciliación en la política

Votos en el limbo

  • Cuatro comunidades se suman a Andalucía y están estudiando reformas en sus parlamentos para que los diputados de baja tras ser padres puedan ejercer un derecho que hoy es indelegable

Las ecografías de María del Carmen Ortiz, ex diputada andaluza del PSOE, ocuparon gran parte de la actualidad del Parlamento de Andalucía en 1994 tras la famosa legislatura de la pinza. El parto de su señoría mantuvo en vilo a todos los grupos políticos ante la posibilidad de que la investidura de Chaves como presidente tuviera que posponerse por no lograrse la mayoría suficiente para ello dada la posible ausencia de la parlamentaria. Al final IU y Poder Andaluz se abstuvieron en la tercera votación y el voto de la parlamentaria Ortiz no fue necesario. Tampoco que la trasladaran de Almería a Sevilla en una avioneta, como se llegó a plantear en el momento, algo "demencial", según recuerda hoy Ortiz.

Catorce años después, en una situación similar se encuentra su compañera de partido Verónica Pérez, convaleciente de una intervención surgida después de su reciente cesárea. La semana pasada su ausencia, sumada a la de la parlamentaria del mismo grupo Elia Maldonado, de viaje para tramitar la adopción de su hijo, provocó que, por primera vez, el PSOE perdiera una votación en la Cámara andaluza. Se dieron otras circunstancias, una baja por enfermedad y la ausencia justificada del presidente Chaves pero, aún sin ello, la presencia de las dos socialistas de baja por maternidad sería necesaria para algunas votaciones.

Las diputadas, al igual que el resto de cargos electos, no pueden disfrutar de estos permisos por maternidad dada la imposibilidad de delegar su voto. La reivindicación es histórica pero cobra más sentido en una etapa de gobierno socialista donde reina la paridad. "Hoy la política se ha rejuvenecido y la mitad de los escaños están ocupados por mujeres con una edad media bastante inferior a la de hace unos años", argumenta la diputada Carmen Montón. Ella ha sido la ponente en el Congreso de los Diputados de una proposición no de ley donde se pide que se estudie una solución a este problema y que ha coincidido con la presentada también por los socialistas en Andalucía.

El objetivo es que los diputados puedan tener el derecho a no estar en determinadas circunstancias personales, sin que sus votos no se queden en el limbo. Cataluña se adelantó hace casi tres años y permite ya que el voto se delegue en casos de maternidad, no así de enfermedad, un punto que centra la oposición al proyecto en Andalucía. Y hay otros cuatro parlamentos autonómicos que han dado también los primeros pasos para lograr la delegación del voto: el vasco lleva una década debatiendo la cuestión; en Canarias la discusión ya se ha iniciado, al igual que en Extremadura y Galicia.

En España ya se intentó en 2004 y no hubo éxito. La solución es compleja porque pasaría por reformar la Constitución, que establece que el voto es indelegable, o por reformar los reglamentos de las cámaras, misión más asequible. Fuera de España se han encontrado opciones distintas: en Francia o Luxemburgo se delega el voto en otro compañero y en Dinamarca, Suecia y Portugal está prevista la figura del diputado sustituto.

Por ahora, las soluciones a nivel nacional y autonómico no están claras. En Andalucía, el voto telemático parece descartado, dada los problemas informáticos que acarrea. En esta comunidad ya se introdujo una tímida solución en el reglamento que prevé que, en casos de embarazo o parto reciente, un letrado del Parlamento podrá recoger el voto de la diputada y evitar que ésta esté en la Cámara cuando se exija expresamente una votación pública por llamamiento.

Ahora, sus impulsores suman un elemento más a su propuesta con la esperanza de que salga adelante. "Ya no es sólo una cosa de mujeres, también de hombres que quieren disfrutar de sus permisos de paternidad", insiste Montón. A nivel nacional Jordi Sevilla fue ejemplo de ello y fue el primero en disfrutar de un permiso. Y en el Congreso actualmente otro hombre, Eric Campos, comprende mejor que nunca las preocupaciones de alguna de sus compañeras, como la rondeña Ana Fuentes que el año pasado tuvo que trasladarse en varias ocasiones de Málaga a Madrid con su bebé para no faltar a las votaciones.

En el Congreso hay guardería, pero las señorías creen que no es suficiente. Algún parlamentario opina que la imagen del bebé amamantado en el escaño sería el impulso que necesita esta reforma.

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