Andalucía

El cuarto gran salto de UNICAJA

  • Su salida a Bolsa se convierte en un hito más que se suma al de su creación en 1991, la absorción de Ceiss en 2013 y su transformación en banco en 2014

El cuarto gran salto de UNICAJA

El cuarto gran salto de UNICAJA

La marquesa de Moctezuma no podía ni imaginar que aquellas 10.000 pesetas que puso de capital inicial en 1909 para crear un monte de piedad en Ronda, cuyo primer préstamo fue de 225 pesetas al Ayuntamiento rondeño para comprar una caja fuerte de hierro, se acabarían convirtiendo en la Caja de Ronda, una de las principales cajas de ahorro del país con el paso de las décadas. Tampoco los fundadores de la Caja de Cádiz en 1884, la Caja de Antequera en 1904, la Caja de Almería en 1900 y la Caja de Málaga en 1949. Todos fueron proyectos de éxito, muy ligados a la economía local, y en 1991 se fusionaron en Unicaja para ganar dimensión, poder competir en mejores condiciones con los bancos y cajas de otras partes del país y hacer frente a retos entonces futuros como el mercado único europeo en 1993 o el euro en 1999. Ese fue el primer gran paso de la que se convirtió en la mayor entidad financiera andaluza, que ganó aún más cuota con la fusión con la Caja de Jaén en mayo de 2010. El segundo hito en mayúsculas fue la absorción del banco Ceiss en 2013, el líder en Castilla y León, que ha supuesto un gran esfuerzo económico y laboral, pero cuya integración está ya prácticamente concluida. Un año después se produjo el tercer gran acontecimiento al convertirse en un banco tras 130 años de historia como caja de ahorros en cumplimiento de la ley 26/2013, que obligaba a transformar las cajas en fundaciones bancarias. Esta semana Unicaja ha dado su cuarto gran salto, después de que la Junta General de Accionistas aprobara, por unanimidad el pasado miércoles, la salida a Bolsa de la entidad en el momento que sea más beneficioso.

Unicaja Banco, que es la séptima mayor entidad financiera del país, entrará así, por méritos propios, en la Champions League bancaria española, en la de los bancos cotizados que son observados por los inversores de todos los puntos del planeta, desde las grandes torres de Manhattan hasta las de Singapur. Cuando el presidente de Unicaja Banco, Manuel Azuaga, dé el famoso y tradicional toque de campana en el parqué madrileño, cualquier persona física o jurídica podrá sentirse partícipe del desarrollo futuro del mayor banco andaluz, que ha logrado superar la crisis del sector con nota alta pues no ha sido absorbida por nadie, ha mantenido su independencia y su arraigo regional, no ha necesitado ayudas públicas para sobrevivir y ha conseguido altos niveles de liquidez y solvencia que le han permitido superar los test de estrés marcados por Europa sin ningún problema. Estos son varios de los aspectos en los que van a incidir tanto los bancos colocadores como los propios directivos de Unicaja en las reuniones que mantengan en las próximas semanas o meses con inversores de todo el mundo.

Unicaja espera acertar en el momento justo para cotizar, algo que no es nada sencillo

El visto bueno de la junta de accionistas supone que el consejo de administración del banco tiene manos libres para iniciar el proceso en cualquier momento, aunque aún no hay una fecha definida porque se quiere salir cuando haya garantía de que hay demanda y de que el precio que va a cobrar Unicaja va a ser positivo para la entidad. El mundo económico vive en una continua incertidumbre geopolítica y cotizar un día o tres semanas después puede suponer variaciones importantes en el valor. La clave es acertar el momento justo, algo que no es nada sencillo. Nadie pensaba que fuera a ganar el Brexit o Trump en Estados Unidos, pero ahí están y eso tambaleó los mercados de un día para otro. Con las elecciones francesas está ocurriendo algo parecido. La victoria inicial de Macron ha tranquilizado a los inversores, pero si finalmente triunfa la ultraderechista Le Pen habrá un nuevo quebradero de cabeza en el sistema económico.

En este contexto, Unicaja ha decidido tener todos sus trámites internos aprobados para, en cuanto vean una oportunidad, ser lo más ágil posible. El sistema elegido por el banco andaluz es el siguiente. Emitirán 625 millones de acciones nuevas a un valor nominal de un euro, por lo que obtendrán, como mínimo, 625 millones de euros, aunque lo lógico es que haya una prima de emisión, es decir, que los inversores estén dispuestos a pagar más para ser accionistas. El ingreso final de Unicaja Banco dependerá del precio definitivo, que nunca puede ser inferior al euro nominal. La junta de accionistas dio luz verde, además, a que se pueda ampliar capital otro 10%, con 62,5 millones de acciones más, si fuera necesario.

Los compradores de esos títulos serán inversores institucionales nacionales e internacionales. Por ahora, los directivos de Unicaja Banco están monitorizando el mercado, hablando de manera informal con posibles inversores para ver qué momento es el bueno para ir a Bolsa. Cuando el banco andaluz lo vea claro, publicará en la Comisión Nacional del Mercado de Valores una ITF, un documento en el que anuncia públicamente que saldrá a cotizar en un plazo que suele rondar el mes. A partir de ahí se va completamente en serio y tanto los representantes de los colocadores como de Unicaja se reunirán con los inversores para analizar su interés real y cuánto estarían dispuestos a pagar. Se cruzan todos esos datos en el llamado bookbuilding y se decide el precio final. Unicaja se desprenderá de sus acciones el día antes del toque de campana en Madrid y desde ese momento el mercado será libre de entrar o salir del capital del banco andaluz. Las acciones emitidas representan en torno al 40% del capital social de Unicaja, que tras la operación superará los 1.600 millones de euros.

Los inversores creen que el Banco Central Europeo subirá los tipos de interés entre 2018 y 2020, lo que permitirá a las entidades cobrar más por sus préstamos y ganar más dinero. Ese es uno de los motivos por los que, según fuentes del sector, el 2017 es buen momento para dar el salto, a lo que suma los buenos datos macroeconómicos españoles o que se prevé un repunte del sector inmobiliario.

Unicaja Banco ha hecho los deberes. Fue una de las pocas cajas que no fue absorbida o fusionada con otra entidad, da beneficios, dividendos y cuenta con mayor liquidez que otros bancos porque tiene más depósitos que préstamos, hasta el punto que con ese exceso de liquidez suele comprar deuda pública y no necesita financiarse con mayoristas. Con el dinero que obtenga en Bolsa pagará los 604 millones de euros que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria le dio a Ceiss para reflotarla, se ahorrará el pago de 60 millones de euros de intereses por este concepto y le sobrarán recursos para las inversiones que estime oportunas.

El sueño del anterior presidente, Braulio Medel, era unir todas las cajas andaluzas para que el sector financiero del sur tuviera fuerza. No pudo ser y Unicaja ha seguido su camino. Este es su cuarto gran avance en apenas 30 años como Unicaja, al que se suman muchas historias de las cajas centenarias que apostaron por este proyecto común que está en auge.

La Junta General

de Accionistas

que se celebró el pasado miércoles.

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