Sevilla

Narcos de segunda generación

  • La Policía detecta un relevo generacional en los clanes históricos de la heroína

  • Los principales líderes llevan años en prisión y sus hijos han asumido el control del negocio

La operación contra el tráfico de drogas en Dos Hermanas

La operación contra el tráfico de drogas y armas que la Policía Nacional desarrolló la semana pasada en Dos Hermanas ha desvelado una tendencia hasta ahora poco habitual en la provincia de Sevilla: el negocio pasa de padres a hijos. Los históricos señores de la droga de la barriada de Cerro Blanco, quizás el punto más activo del tráfico de heroína de toda España, se encuentran cumpliendo condena en prisión, o están apartados ya del negocio por su avanzada edad o cualquier otra razón. Han sido sus hijos quienes han tomado el relevo y también sus contactos para poder así continuar con el tráfico de estupefacientes, como si de un comercio o empresa familiar se tratara.

La heroína es el negocio estrella entre estos clanes de Cerro Blanco. Buena parte del caballo que se distribuye en España pasa por algún traficante de este pequeño barrio deprimido de Dos Hermanas, adonde llega la droga directamente desde Turquía. La heroína que se mueve en Europa procede casi en su totalidad de los campos de amapolas de Afganistán, y su distribución es controlada por narcotraficantes de origen turco, que la envían a España generalmente vía Holanda y por carretera.

Las relaciones entre los clanes de Dos Hermanas y los señores de la heroína turcos son históricas. En Cerro Blanco se mueve esta droga desde hace décadas. Esas relaciones fluctúan, no siempre son de carácter amistoso, y a veces hay desencuentros. El último acabó en uno de los sucesos más brutales que se recuerdan en la historia de la provincia de Sevilla. Ocurrió precisamente aquí, en Cerro Blanco, en septiembre del año pasado. Mehmet Demir, ciudadano turco de 55 años; su esposa, Sandra Capitán Capitán, de 26; y la hija de ésta, Lucía Begines Capitán, de 6, fueron asesinados a tiros. Sus cadáveres fueron arrojados a un pozo y cubiertos con sosa cáustica.

Ni siquiera ese suceso, ni la detención del presunto autor -un traficante considerado hasta entonces de poca entidad, Ricardo García Hernández, apodado el Pollino- dos semanas después, frenó la colaboración de los clanes nazarenos con las mafias turcas. Tanto es así que la mercancía que la Policía ha decomisado en esta última operación iba envuelta en periódicos turcos. Es decir, que acababa de llegar. La droga interevenida era de una gran pureza. En Cerro Blanco suele ser sometida a un proceso en el que se rebaja con sustancias de corte, como la cafeína o el paracetamol. Cuantas más veces se corte, más dosis podrán venderse después, cada una de ellas a algo más de diez euros. El gramo está algo por debajo de los sesenta euros. Puede hacerse la cuenta. El kilo cuesta un poco menos de 60.000 euros. Diez kilos, la cantidad intervenida por la Policía en esta redada, superan de largo el medio millón de euros. Una cantidad que puede multiplicarse si se tienen en cuenta los hábitos de consumo de esta droga en Sevilla, y en general en toda Andalucía. Ya es rarísimo que se consuma por vía intravenosa, como se hacía en los años ochenta, y se toma generalmente inhalada y mezclada con cocaína. Es decir, de un kilo de heroína pura pueden salir miles de dosis.

El alijo de diez kilos de esta droga es uno de los mayores golpes al tráfico de heroína en los últimos años en toda España. La heroína es menos demandada que otras sustancias como el hachís o la cocaína, por lo que se distribuye habitualmente en cantidades más pequeñas. Además de los diez kilos de heroína, la Policía ha intervenido más de tres de cocaína y de 30 de sustancias de corte para la adulteración y la preparación de los paquetes a la hora de entregarlos, así como una prensa hidráulica, paquetes, balanzas y diversos útiles para la preparación y el pesaje de la droga. Además, los agentes del grupo de estupefacientes de la comisaría de Dos Hermanas se han incautado de 12 armas de fuego. Entre ellas hay siete armas largas, dos con mira telescópica, y cinco armas cortas, dos de ellas semiautomáticas con los números de serie borrados. Junto a estas armas se han encontrado más de 600 proyectiles de diferentes calibres.

Los narcos tenían también en su poder también un chaleco antibalas, un carné falsificado de la Guardia Civil y unos 218.000 euros en efectivo. En total fueron detenidas nueve personas, que formaban lo que la Policía considera como una de las principales organizaciones dedicadas al tráfico de heroína del sur de España. Entre los arrestados están los dos cabecillas de este grupo criminal, nacidos en la década de los ochenta y criados dentro de poderosos clanes dedicados históricamente a esta droga. También fue arrestado la mano derecha de los dos líderes de la organización. Se han registrado cuatro domicilios, que la banda utilizaba como viviendas de seguridad para ocultar la droga y prepararla para su posterior distribución. Es el balance de uno de los mayores golpes al narcotráfico de los últimos años.

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