Andalucía

Las empresas andaluzas apuestan por mantener sus sedes en la región

  • Emprendedores y políticos resaltan que la permanencia de los centros de decisión en la comunidad genera una economía colateral en el territorio que activa todos los sectores

Un expositor de Consentino en una feria en Valencia.

Un expositor de Consentino en una feria en Valencia. / efe

Francisco Martínez-Cosentino presume de que han crecido y alcanzado el liderazgo en su sector como fabricante de superficies para el mundo del diseño y la arquitectura sin desplazar su sede de la localidad almeriense de Cantoria desde que se fundó la compañía en 1979. La firma textil Mayoral dispone de 10.000 puntos de venta en el mundo y en los ocho años que se ha prolongado la crisis ha duplicado su facturación. Su domicilio está en Málaga. Desde Sevilla, el banco cooperativo de referencia en España, Cajamar, dirige su estrategia de expansión nacional. Sus servicios centrales permanecen en Almería. Ambición en los negocios, pero con el timón bien sujeto a su raíz.

Son ejemplos que avalan el acierto de que las empresas de referencia en Andalucía conserven en el territorio sus centros de decisión. "Tener cerca a una empresa tiene un efecto tractor sobre el resto del tejido. Constituye a su alrededor un grupo que genera empleo gracias a las subcontraciones, genera lo que se denomina un clúster [racimo] original", expone el consejero de Economía, Antonio Ramírez de Arellano. El presidente de los empresarios andaluces (CEA), Javier González de Lara, añade que también generan conocimiento y "una economía colateral muy importante" que cala como una lluvia fina en todos los sectores.

La salida a Bolsa de Unicaja mejorará su capital y la consolidará como banco autónomoLa Fundación Unicaja, accionista de referencia de la entidad, reforzará su anclaje en Andalucía

El propietario del grupo Cosentino acepta que desde el exterior su apuesta andaluza pueda interpretarse como una decisión con algo de "romanticismo". Pero refuta: "Al final hablamos en términos de competitividad, y nuestro modelo se mantiene totalmente en vigor", defiende Martínez-Cosentino. Su sociedad figura en el cuadro de honor de las 278 empresas más exportadoras de Andalucía que conservan su sede en la comunidad. Su facturación estimada de 830 millones de euros forma parte de los 18.000 millones, el equivalente al 11% del PIB andaluz, que suman el cómputo global de las mencionadas empresas de referencia. Los 1.647 empleados que producen en su parque industrial almeriense integran la plantilla de los 41.000 trabajadores del citado ranking empresarial, facilitado a este periódico por la Consejería de Economía.

En el Estado norteamericano de Delaware dispone de delegación Aertec, la multinacional andaluza de aeronáutica con negocios en 35 países. También en Bristol o en Bogotá. Pero la firma nació en Málaga hace dos décadas y ahí conserva sus servicios centrales. "Siempre se va a producir un crecimiento asociado a la sede. Además, en el exterior te van a identificar como una empresa de determinado lugar y eso anima a realizar lo necesario para que se desarrolle tu territorio", describe su presidente, Antonio Gómez Guillamón.

Sólo dos empresas de la comunidad autónoma suelen aparecer en los listados entre las 55 más importantes de España: Abengoa y Unicaja. La primera ha logrado reiniciar una nueva etapa después de vivir un año al filo del abismo. La segunda dio hace nueve días el primer paso para salir a Bolsa tras meses de debate y de valorar otras alternativas, lo que a la vista de la fortaleza de su balance no parece que fuese necesario. Si la concreta con éxito, logrará mejorar su capital, se reforzará como banco autónomo y el accionista de referencia, la Fundación Unicaja, podrá consolidar su anclaje en Andalucía. Esta financiera junto a Cajamar son los dos últimos máximos exponentes de un sistema financiero andaluz que se diluyó en el proceso de fusiones bancarias. Desde Cajamar, Eduardo Baamonde, su presidente, no alberga dudas sobre su principal misión: "Contribuir al desarrollo económico de una región donde una parte muy importante de sus habitantes estaban excluidos del sistema financiero", exponía en una reciente intervención.

Con medio millón de empresas andaluzas, para Javier González de Lara, aunque hay un problema de talla, el obstáculo más importante está en la falta de dimensión. El 80% cuentan con menos de diez empleados. El dirigente empresarial echa en falta una estrategia global, no comprende que se den facilidades para que surjan Pymes y luego se penalice su crecimiento con una "fiscalidad hostil". Martínez-Cosentino reprocha a la Administración "su falta de agilidad" que se traduce en pérdida de oportunidades. El diagnóstico burocrático se comparte. Las responsabilidades no. " España tiene una normativa homologada al resto de Europa, que es intervencionista, y dificulta la entrada de empresas en Andalucía", resume el consejero de Economía. Para el portavoz del PP andaluz, Elías Bendodo, no hay que mirar tan lejos para hallar culpables: "La Junta, más que un motor, es un freno de mano, un obstáculo. Tenemos demasiados impuestos, demasiados trámites, demasiada hiperactividad normativa. En definitiva, un intervencionismo feroz que espanta y aburre a los inversores", critica.

Donde no hay espacio para la discusión es en los beneficios del efecto sede. "Contamos aquí con el know-how y una capacidad de I+D e innovación que está a la vanguardia mundial", recalca Martínez-Cosentino. "Hace veinte años, cuando nacimos, teníamos que dar explicaciones del porqué estábamos aquí, ahora representa un plus", remata el presidente de Aertec, Gómez Guillamón.

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