Treinta y cinco años después de llegar a la Costa del Sol para vivir un exilio dorado, la Justicia ha puesto los ojos sobre el ex vicepresidente sirio Rifaat al Asad, tío del actual mandatario, Bashar al Asad. Agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, dirigidos por el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, registraron ayer múltiples propiedades de la familia Al Asad en Marbella. La operación desembocó en un embargo de patrimonio valorado en 691 millones de euros, el bloqueo de 76 cuentas corrientes de sociedades y otras 16 personales. Sin embargo, no hubo ninguna detención durante esta investigación en colaboración con las autoridades judiciales francesas.

El discretísimo despliegue de la Guardia Civil comenzó a primera hora, antes de que abrieran los comercios del entorno del edificio Gray D'Albion, cuartel general de los Asad en Marbella, y de la urbanización Bena Bola, promovida por el magnate sirio en las estribaciones de Puerto Banús. El dispositivo, de 25 agentes desplazados de Madrid y con un mínimo apoyo local, irrumpió en el complejo de oficinas y viviendas de lujo conocido popularmente como el palacio sirio, del que casualmente se había ausentado poco antes Rifaat al Asad, que suele vivir temporadas en El Cairo. El despliegue alcanzó otros negocios significativos como los hoteles Benabola y el Plaza Park, o la pizzería Da Paolo.

Localizadas más de 500 propiedades en la Costa del Sol vinculadas al familiar del líder sirio

La Audiencia Nacional informó ayer de que el juez De la Mata investiga a la familia siria por "blanqueo de capitales cometido por organización criminal". Para comprender el origen de esta causa hay que remontarse a las intrigas palaciegas de los Asad en los 80. El entonces líder sirio Hafez al Asad, padre del actual presidente, expulsó del país a Rifaat en venganza por sus maniobras para tomar posición en la línea sucesoria. Rifaat puso entonces rumbo a Europa pero no lo hizo con las manos vacías, sino con 300 millones de dólares que supuestamente le había entregado su hermano.

La investigación abierta por las autoridades judiciales francesas concluye que esa fortuna, procedente de malversaciones de fondos públicos, la utilizó para su provecho personal y en perjuicio del Estado sirio, acumulando a partir de 1984 patrimonio inmobiliario en Francia, Curaçao, Liechtenstein y Luxemburgo. Francia calcula en 90 millones de euros los bienes inmobiliarios que tiene en este país.

Sin embargo, Rifaat se fijó pronto en la Costa del Sol. A mediados de los 80 Marbella era el paraíso para las grandes fortunas del petrodólar. Fue entonces cuando instaló su centro en el edificio Gray D'Albion, en el que la Guardia Civil intervino ayer seis vehículos, entre ellos dos Mercedes, un Hammer y un Infiniti. La urbanización y los hoteles en Benabola son las inversiones más notorias que se le atribuyen, pero no las únicas ni las más importantes. Las pesquisas de la Guardia Civil después de que la Justicia francesa acusara a Rifaat de desvío de fondos públicos, blanqueo en banda organizada y trabajo disimulado en banda organizada, permitieron localizar 503 propiedades vinculadas a él y a su familia, entre las que ocupa un lugar privilegiado la finca La Máquina, un terreno de 3.300 hectáreas, sin desarrollar, sujeto en gran parte a protección medio ambiental y ubicado en Benahavís.

Los investigadores afirman que su patrimonio en la Costa del Sol está fundamentalmente a nombre de sociedades administradas por familiares, entre ellos varios de sus ocho hijos, sus dos esposas y alguna nuera.