Andalucía

Cuánto mandan los sabios de Sidón

AL hombre le fascinan las conspiraciones. Es la erótica del secreto, fuente inagotable de la rumorología. Jesús Gil sigue vivo y dirige el cotarro marbellí desde Venezuela; los americanos no llegaron a la Luna, sino que se lo montaron en una nave, pero no espacial, sino industrial, y quienes manejan el mundo es un grupo de venerables judíos que conspiran bajo el nombre de los Sabios de Sión. Hay conspiraciones exquisitas, extravagantes y hasta rurales.

Cierto cabrero de la Sierra del Algibe relataba absolutamente convencido -lo juraba hasta por un hijo muerto- cómo los guardas forestales se dedicaban a tirar meloncillos desde helicópteros, y por la noche, para esparcir esta mangosta europea en peligro de extinción por los extensos matorrales donde sus cabras no podían entrar a comer. En el imaginario febril de ese hombre se había ido entretejiendo una conspiración en la que participaban agentes de Medio Ambiente, ecologistas y alcaldes para extender esa alimaña que, según mantenía, mataba conejos, gallinas, corzos y ciervos recién nacidos; un bichejo al que, en el fondo, culpaba de ser la razón oficial que le impedía meter fuego al intrincado brezal donde, una vez arrasado, debía comer su ganado al invierno siguiente.

Ahora se gesta en Cataluña otra fábula conspirativa que apunta directamente a Andalucía. Podría ser la de los sabios de Sidón, por referirnos a nuestro común pasado fenicio, y que trata de desenmascarar el poder oculto del lobby andaluz de Madrid. Éste es el grupo de presión de diputados y senadores socialistas andaluces que, comandados por Manuel Chaves (paradigma del conspirador como todos saben), sería el que está marcando la pauta a Rodríguez Zapatero sobre el nuevo sistema de financiación autonómica. No es lo de los meloncillos, pero algunas afirmaciones que otorgan a dicho grupo la categoría de ser el lobby político más influyente de España merecerían ser calificadas de desvíos persecutorios. No sólo lo ha apuntado el presidente de Esquerra Republicana, Joan Puigcercós, cuando proclamó aquello de que "el nuevo sistema no suena a sardana, sino a Chaves"; es que en la prensa más seria de Cataluña es casi una constante: los andaluces lo andan manejando todo. Quién nos lo iba a decir: Andalucía, ombligo y culo de España a la vez.

El grupo

Ciertamente, los diputados y senadores socialistas andaluces constituyeron durante la pasada legislatura un grupo que se reúne habitualmente para hacer de pantalla de proyección de algunos de las reclamaciones de la Junta. Por ejemplo, cuando se redactaron los actuales Presupuestos Generales del Estado, cuidaron mucho de que la inversión del Estado en Andalucía fuera proporcional al peso de su población tal como mandata el nuevo Estatuto. Y lo consiguieron, aunque el vicesecretario general socialista, José Blanco, le hiciera posteriormente una crítica a un parlamentario andaluz por el excesivo peso que la provincia de Málaga se había llevado en el reparto. Vamos, que a Blanco no le sentó nada bien cómo la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, había resuelto su condición de ministra y diputada malagueña.

Varios diputados consultados, sin embargo, coinciden que en el caso del nuevo sistema de financiación son Manuel Chaves y el vicepresidente José Antonio Griñán quienes tratan personalmente con José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Solbes, y si hay coincidencias se debe a que el modelo defendido por Andalucía es exportable al resto del país.

El grupo de diputados, que no actúa en secreto, lo lidera el onubense Javier Barrero, que es vocal de la Mesa del Congreso; la jerezana Mamen Sánchez, número tres del grupo parlamentario socialista, y el sevillano Antonio Gutiérrez Limones, alcalde de Alcalá de Guadaíra y puente con los senadores andaluces. Antes estuvo Carmen Hermosín, cuando ocupó un puesto en la ejecutiva federal socialista, y en Andalucía tienen como interlocutor al parlamentario Manuel Gracia. Curiosamente, Mar Moreno, miembro de la ejecutiva, no está en el cogollo. De hecho, muchos la echaron en falta cuando José Antonio Griñán se tuvo que volver de Madrid sin conseguir arrancar a los hombres del Solbes el acuerdo de la deuda histórica. Fue un varapalo no esperado, y parte del lobby -es cierto- se quejó a algunos miembros del Gobierno en los pasillos del Congreso, que es lo propio de estos grupos: hacer pasillo.

Pero si el grupo andaluz se constituye es, precisamente, como respuesta al que tenían los catalanes del PSC, aunque a diferencia de los del sur, éstos sí contaban con una estructura oficial y permitida por el PSOE, se reúnen periódica y públicamente en el Congreso y suelen salir a cenar una vez por semana. Antes iban por separado, los de Maragall y los de Montilla, pero ahora son casi todos del de Iznájar. ¿Formará parte de la conspiración que el presidente catalán sea un subbético?

Restaurante Olsen

El caso es que los andaluces comenzaron a hacer ostentación de sus 38 diputados -ahora son 36- cuando en la legislatura pasada se inició el hostigamiento a Magdalena Álvarez desde Cataluña, cuyo Parlamento la reprobó. Un diputado socialista consultado por este medio mantiene que el PSC se repartía los papeles con los diputados de CiU, ERC y el de Iniciativa para presentar preguntas contra la ministra malagueña. El bautizo del lobby fue un acto de desagravio a la ministra que se celebró en el sótano del restaurante sueco Olsen y al que acudieron diputados, senadores y otras personalidades andaluzas que viven en Madrid.

La diputada Mamen Sánchez niega que el grupo andaluz cuente con el poder que le atribuyen desde Cataluña, aunque sí afirma lo siguiente: "Lo que hay es cierta envidia, porque con un modo de hacer más discreto y leal sacamos muchos temas para adelante; nosotros seguimos el modo de actuar de Manuel Chaves en política y ellos actúan como quizás actúe su líder, son otras formas". La propia Sánchez explica que el asunto de la financiación, sin embargo, es exclusivo del presidente Chaves y Griñán. Este último mantiene unas relaciones excelentes con Solbes desde que ambos compartieron Gobierno con Felipe González. Fue el Zapatero quien les comunicó a los socialistas el pasado 31 de diciembre en Sanlúcar que habría acuerdo sobre la deuda histórica. "Lo que no dijo fue la cantidad", apuntó Mamen Sánchez.

Sobre la financiación, el Gobierno quiere a comenzar a comunicar la traducción del nuevo sistema a números -vamos, a euros- la próxima semana, pero en el PSOE andaluz temen ahora que la Generalitat quiera dilatar el proceso para presionar a Zapatero. Éste es ahora es su temor. Incluso hay diputados socialistas que creen que Cataluña puede optar, al final, por no refrendar el nuevo sistema. En todo caso, Chaves y Griñán deben tener ya muy claro las entrañas del nuevo sistema cuando han propiciado el debate que habrá en el Parlamento el próximo 14 de enero. El acuerdo con el PP, empero, será difícil, sino imposible, porque es Arenas quien está reagrupando a las comunidades autónomas populares en contra de este sistema.

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