Andalucía

La poca visibilidad y el desplome de la inversión extranjera en Andalucía

  • La Junta pide a Rajoy más ecuanimidad en el reparto y el PP culpa al Ejecutivo autonómico

El presidente de Aertec, Antonio Gómez Guillamón, aprecia como paradoja que los esfuerzos en Andalucía sólo busquen atraer inversores extranjeros, mientras se da por hecho que las empresas andaluzas ya radicadas permanecerán. "No observamos ese peligro", contrapone el consejero de Economía, Antonio Ramírez de Arellano. "Hay voluntad por parte de la Administración de que las grandes empresas se queden aquí, pero falta metodología", profundiza el dirigente de la CEA. Sin embargo, para Elías Bendodo en vez de estar compitiendo para captar nuevas sociedades y organismos nacionales e internacionales, "la triste realidad" es que se pelea "para que no sigan huyendo las pocas que tenemos. Es un drama y hay que pararlo", reprocha.

La visibilidad de Andalucía. Ese es uno de los graves problemas que señala Gómez Guillamón, para que se generen multinacionales. El empresario resalta el dinamismo y la proliferación de nuevos proyectos, las llamadas start-up, pero asegura que falta el respaldo de los fondos de inversión para que se produzca el paso definitivo. Y, en su opinión, Andalucía no figura en ese mapa.

El panorama tampoco varía sustancialmente si el parámetro es la inversión extranjera. La comunidad autónoma logró apenas el 1,7% de los 23.476 millones que llegaron a España el año pasado. Madrid concentró el 46,7% del total y Cataluña, sobre todo Barcelona, el 20,7%. Un estudio de Joan-Eugeni Sánchez, profesor del Departamento de Geografía Humana de la Universidad de Barcelona, publicado en 2007, en el que tomaba como referencia las 1.000 mayores empresas jurídicas que actuaban en territorio español, señalaba que Madrid y Barcelona aglutinaban el 70% de ellas. El informe ya advertía que la concentración territorial de poder político, poder económico y vinculación internacional son los factores que explican la decisión de las localizaciones, tanto de las sedes centrales como las subsidiarias. Ramírez de Arellano asume que hay que distinguir entre Madrid y Barcelona y el resto, "que jugamos en otra liga".

Javier González de Lara cree que no se puede ser injusto con las comparaciones. El consejero de Economía arremete directamente contra el Gobierno central. Asegura que las decisiones políticas están detrás de la distribución de las inversiones del exterior, tanto las públicas como las privadas, y exige un mejor reparto que consiga corregir problemas a largo plazo.

"Vamos en una montaña rusa, pero siempre estamos más bajos que los demás y es un momento para la inflexión", describe el titular económico, que pide a Rajoy que asuma el liderazgo y dialogue. En ese sentido, considera vital el corredor ferroviario hasta el puerto de Algeciras como un factor adicional, "como plataforma logística y cinta transportadora del comercio mundial". Para el PP, el desplome en casi un 33% de la inversión extranjera en Andalucía el último año y que la comunidad reciba 27 veces menos dinero que Madrid, "debería haber hecho saltar todas las alarmas al Gobierno andaluz" porque las políticas que aplica no son las adecuadas, según Elías Bendodo. El dirigente popular cita como ejemplo el proyecto de la ciudad aeroportuaria en la localidad malagueña de Alhaurín de la Torre, "que generaría 25.000 empleos directos y 80.000 indirectos", y que sigue sin recibir la autorización del Ejecutivo autonómico. Añade que la región debería tener mayor peso político y económico. El secretario de Política Institucional del PSOE andaluz, Francisco Conejo, recuerda que en Andalucía hay 2.000 empresas con capital extranjero que han propiciado en los últimos cinco o seis años una inversión de 3.500 millones.

Desafío Andalucía. Así se llamó la primera edición de un concurso ideado en 2010, con el auspicio de la Junta y la Cámara de Comercio de Málaga, para que 150 directivos de 30 empresas multinacionales asentadas en la región mostraran sus habilidades mientras recorrían en todoterreno parte de la provincia malagueña. Una forma de mostrarles que Andalucía era un lugar "idóneo", defendían entonces los patrocinadores. Los objetivos siempre han estado a la vista. Las ocurrencias también.

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