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Myanmar se suma a Camboya para inundar Europa de arroz

  • En la pasada campaña entraron más de 400.000 toneladas de grano sin aranceles procedentes de estos países Desde septiembre a abril, la antigua Birmania ha aumentado sus exportaciones a la UE un 81%.

Un acuerdo unilateral de la UE para beneficiar a determinados países pobres -el acuerdo EBA (Everything but Arms)-, que les permite exportar a la UE sin aranceles, está dañando gravemente a los arroceros europeos. Antes era Camboya la puerta de entrada a Europa de arroz ilimitado. Ahora se ha sumado Myanmar -la antigua Birmania-, cuyas exportaciones de arroz a la UE han aumentado desde septiembre a abril un 81% respecto a las mismas fechas del año anterior, pasando de 79.542 toneladas a 144.552. En total, los países acogidos al EBA introdujeron en Europa la pasada campaña más de 400.000 toneladas de arroz frente a las 10.000 que entraron en la campaña 2008-2009. Este increíble aumento hace sospechar a los arroceros que por la puerta de estos países está entrando arroz de algunos de los grandes productores asiáticos, que burlan así los aranceles de la UE.

Las quejas por esta entrada masiva de arroz de los países EBA -sobre todo Camboya y ahora Myanmar- no proceden sólo de los arroceros españoles. También los italianos, búlgaros, griegos, franceses y portugueses han venido protestando ante la Comisión Europea por esta competencia que está perjudicando gravemente al sector europeo del arroz pues ese grano entra a precio bajo, ya que en esos países se produce a menor coste y entre otras cosas no tienen que cumplir las condiciones medioambientales, sanitarias y laborales que se imponen en Europa.

Manuel Cano, gerente de la Federación de Arroceros, explica que el gran problema es que las grandes industrias exportadoras de arroz han hecho poderosas inversiones en estos países. Por ejemplo, mientras que el arroz de Camboya antes entraba en bruto y a granel y era procesado en las industrias europeas, "ahora entra ya hasta empaquetado", con lo que no sólo está perjudicando a los agricultores sino también a la industria, pues viene listo para llegar a los lineales. "Se llevan ellos toda la ganancia y aquí no queda nada", explica.

Precisamente ese es el motivo por el que los productores de arroz -incluida la industria- han pedido al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente medidas para frenar el exceso de importaciones de estos países, que a su juicio amenazan su rentabilidad y provocan una caída de precios. De hecho, a principios de este mismo mes de junio, representantes del Ministerio, de las organizaciones agrarias (Asaja, COAG y UPA), cooperativas e industrias se reunieron para analizar la situación del cultivo y ver qué medidas se podían reclamar a la Unión Europea, haciendo hincapié en que mucho de este arroz que entra en Europa lo hace "de forma fraudulenta".

Para acotar este problema hay dos soluciones posibles: una de ellas sería aplicar la cláusula de salvaguardia -que se suele introducir en los acuerdos comerciales entre países y que permite dejar el acuerdo en suspenso si se han alterado de forma significativa las condiciones que se pactaron-, algo que ya propuso el pasado año Italia con el apoyo del resto del sector productor europeo pero que fue rechazado por la Comisión Europea, que sólo se comprometió a vigilar las importaciones de terceros países; la segunda opción posible -que es la que defiende el gerente de los arroceros sevillanos, Manuel Cano- es la de establecer un contingente máximo para las importaciones libres de aranceles de estos países.

Manuel Cano explica que el establecimiento de contingentes libres de aranceles ya se ha hecho en otras ocasiones en Europa y con buenos resultados. Dice, además, que respecto a la otra alternativa de poner en marcha la clausula de salvaguardia tiene una ventaja definitiva: el contingente se puede establecer de forma unilateral y automática por la Comisión Europea, sobre todo teniendo en cuenta que el acuerdo EBA en realidad no es un pacto multilateral sino que fue adoptado unilateralmente por la UE. Sin embargo, para poner en marcha la cláusula de salvaguardia hace falta que la decisión sea refrendada por cada uno de los países miembros de la UE, algo que en opinión de Cano "es prácticamente imposible lograr, pues hay países a los que no sólo no les perjudica esta entrada masiva de arroz barato sino que les beneficia".

Respecto a cuál sería el contingente adecuado, Cano dice que es algo que no se ha planteado, pues lo importante realmente es establecer ese contingente e impedir de esa forma que entre en Europa por la vía de los países EBA el arroz de otros países, grandes productores que no tienen ese derecho a entrar sin aranceles. Con el contingente se cifra un número adecuado de toneladas que pueden entrar libres de aranceles y a partir de esa cantidad puede entrar todo lo que se quiera, pero ya con aranceles. En cualquier caso, en opinión de Manuel Cano, una cifra que podría ser adecuada es un contingente de entre 80.000 y 100.000 toneladas.

A los arroceros andaluces este problema les afecta sobre todo por la pérdida de rentabilidad que viene sufriendo el cultivo a medida que aumentan las importaciones de estos granos. Sin embargo, en otros países europeos, en los que la productividad del cultivo es menor -en Andalucía se producen unos 10.000 kilos por hectárea, frente a los 5.000 de otras zonas europeas- los agricultores han tenido que dejar de sembrar arroz y se han pasado a otros granos como el maíz, con lo que Europa está perdiendo bastante superficie arrocera.

Según Manuel Cano, aquí el problema más grave es que los precios están prácticamente igual que en el año 2000 mientras que los costes aumentan. De momento, "gracias a la productividad de los arrozales andaluces", todavía se mantienen los cultivos que dan para vivir gracias a las ayudas de la PAC. Pero la situación es grave, ya que, según asegura el representante de los arroceros, "como no tengas cuidado o la campaña no te vaya bien los costes superan a los gastos y tienes que tirar del dinero de la subvención para mantener el cultivo, con la pérdida de renta que ello supone".

Los precios del arroz están actualmente entre los 275 y los 285 euros por tonelada cuando -según Manuel Cano- deberían estar entre los 300 y los 340 euros, "pero desde luego por encima de los 300".

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