La presidenta de la Junta, Susana Díaz, saltó ayer a la arena de la bronca política motivada por la intención del Partido Popular y del Gobierno de Mariano Rajoy de reformar la ley electoral para que los alcaldes sean los candidatos más votados en las próximas elecciones municipales. La jefa del Ejecutivo autonómico se sumó, desde Málaga, al coro de voces que el día anterior arremetieron contra la propuesta de los populares y cargó, como presidenta del Gobierno andaluz y secretaria general del PSOE-A, contra la reforma de Rajoy, al que recriminó su "abuso" de la mayoría absoluta para sacar adelante su propuesta.

Díaz exigió ayer al PP y a su líder "diálogo y consenso". No hay otra fórmula para la dirigente socialista. "Las normas en el juego de la democracia no pueden estar sujetas al abuso de la mayoría absoluta de nadie, si hay que cambiarlas, que sea en su momento y nunca por intereses partidistas sino pensando en los intereses de los ciudadanos". "Nunca abusemos de las mayorías absolutas cuando se trata de aquello que garantiza nuestro modelo de convivencia", advirtió la presidenta.

El caso es que, según el diagnóstico de Díaz, su partido podría resultar beneficiado por la reforma que auspicia su adversario, ya que en 56 ayuntamientos andaluces obtuvo mayor número de votos a pesar de no gobernar en ellos en la actualidad. "En esos ayuntamientos no fue posible gobernar porque otras fuerzas, quizá muy distintas ideológicamente, se pusieron de acuerdo", indicó la líder socialista, que abogó por una elección de representantes institucionales "sin trampas".

La presidenta andaluza volvía de esta forma a rechazar la propuesta de los populares, por la cual se reformaría la ley electoral para la proclamación del candidato más votado como primer edil municipal en los próximos comicios de 2015, algo con lo que el PP, según insisten los socialistas, pretende únicamente "mejorar sus resultados electorales".

Ante los asistentes a la entrega del Premio al Liderazgo Social, en la que Díaz participó junto al líder de los socialistas malagueños, Miguel Ángel Heredia, y la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Málaga, María Gámez, la presidenta andaluza denunció la "crispación" existente en las instituciones estatales. "Este país está cansado de broncas y enfrentamientos", valoró a la par que aseguró que los socialistas "tenderían la mano" al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, "para el acuerdo y nunca para la crispación".

En este sentido, Díaz hizo en su intervención diversas referencias al malestar de la ciudadanía ante la situación política del país. "Voy a pedir como presidenta andaluza que participemos en los acuerdos que nos afecten a todos. Que no haya reuniones de trastienda ni acuerdos bilaterales sino que garanticemos la igualdad de los ciudadanos", matizó recalcando el papel principal de la colaboración entre fuerzas y dirigentes políticos ante ese "reto". "La democracia también exige que haya capacidad de consenso, acuerdo y entendimiento".

Asimismo, la dirigente socialista manifestó la necesidad de participación ciudadana, que reclama "una nueva política" en la que las instituciones sean más abiertas y exista mayor transparencia. "Se necesitan instituciones eficaces, transparentes y que generen confianza", concluyó Díaz asegurando que a través del empoderamiento de la política "se empoderarán los ciudadanos".

También el coordinador general de Izquierda Unida en Andalucía, Antonio Maíllo, atacó al PP por estar "desmantelando" la democracia "sin ningún tipo de careta" puesta porque ven que van a perder las próximas elecciones y van a ser "desalojados de las grandes ciudades" que gobiernan. Maíllo, también en la Feria de Málaga, advirtió que la reforma electoral para la elección directa de los alcaldes supone "un cambio de reglas" que "rompe el modelo parlamentario que en la proyección de los ayuntamientos es el pleno" y es "un golpe unilateral sin consenso, sin apoyo y sin diálogo".

El líder de IU-CA se mostró muy duro con los populares, a quienes calificó como unos "tramposos" y "trileros" que quieren mantenerse en el Gobierno "contra la voluntad popular". Maíllo reinvindicó contra eso una "respuesta contundente" para "no avalar ningún golpe antidemocrático". "Tenemos que transmitir un anuncio desde Andalucía, claro y nítido, que es acelerar también el diálogo, el debate sobre una reforma electoral andaluza que sea un ejemplo de lo que tienen que ser las reformas electorales en favor de la mayor participación, de una democracia directa, de una mayor representatividad".

Maíllo también hizo hincapié en que en el próximo curso político "deben acelerarse reformas de iniciativa legislativa" como la ley de participación ciudadana y que desde su formación esperan nuevas leyes para los próximos meses de septiembre y octubre.