El resto del tintero

El PSOE andaluz baja la 'podemitis'

  • El PCE de Andalucía entrega sus llaves a Podemos, casi no le queda otra.

EL independentismo escocés y el catalán se han expandido sobre el mismo vacío, el dejado por los laboristas y los socialistas del PSC. Los trabajadores de Glasgow dejaron de votar, desencantados, al laborismo desteñido de Blair y Brown, y se aliaron con los nacionalistas, con quienes compartían su alergia somática a los tories. En Cataluña, la extinción del PSC, argamasa social de trabajadores emigrantes y burguesía progresista, es causa y consecuencia de la fiebre independentista. Terceras vías que llevaban a la nada. El PSOE también cohesiona a España, pero sus contradicciones están reventándole las costuras. Pedro Sánchez, el nuevo líder, acierta cuando mantiene que hay una gran coalición (virtual) entre el PP y Podemos para debilitar al PSOE. Es una coalición de contrarios, sostenida por la retroalimentación. Al PP le viene bien zarandear los miedos hacia una izquierda demasiado inquieta; por eso, sus dirigentes se meten tanto con los de Pablo Iglesias, porque moviliza a los suyos.

A Podemos, sin embargo, le da lo mismo el PP que el PSOE. No desean saber nada de estos castizos. Y en Izquierda Unida hay quien padece podemitis, y quien va a morir de ella. Pablo Iglesias va a conseguir lo que no logró Franco: que los comunistas devuelvan las herramientas, la hoz y el martillo. En Granada, el PCE de Andalucía, capitaneado por José Manuel Mariscal, entregó las llaves como Boabdil: hay que forjar un Frente Popular para las elecciones municipales y siguientes, aunque Podemos no haya hecho siquiera una propuesta. Más cauto, no tan atacado de podemitis, el malagueño José Luis Centella, secretario general del PCE, sostiene que Podemos se equivocaría si no se suma a la coalición que forma IU. Hay un hecho cierto: a IU le iría muy mal si sigue sola, y ahora todo consiste en ver cómo de diluidos se queda dentro de Podemos. Posiblemente, no haya otra salida para la formación de Cayo Lara: sustituirle por los Alberto Garzón y Maíllo para la fusión final. El PCE dejará de ser el armazón de esta nueva izquierda. El papel leninista de la vanguardia se lo han robado los jóvenes dirigentes de Podemos, que fueron tan comunistas como Mariscal, Centella o Maíllo. Allí se conocen todos.

Y el PSOE comienza a sentirse estrangulado. Como muestra, el panorama catalán. El fin del bipartidismo del que hablan IU e Podemos es falso, es un nuevo ring donde en la esquina de la derecha sólo compite el PP contra un montón de púgiles más débiles. Si Mariscal, como dijo ayer desde Armilla, desea unir en un frente a quienes en Andalucía luchan "contra los recortes", debe aclarar si en ello incluye al Gobierno andaluz, del que forma parte. Podemos sí tiene esto claro: acusa al PSOE y a IU en Andalucía de perpetrar las mismas políticas del PP. Su posición es más dura, no pactará con IU si ésta sigue gobernando con el partido de los ERE y el de los recortes.

La CUT de Juan Manuel Sánchez Gordillo ha solicitado a IU que se salga del Gobierno de Susana Díaz y forme una coalición con Podemos en la oposición. Por ello, llamó ayer la atención que el secretario de Organización del PSOE andaluz, Juan Cornejo, eludiera llamar "populista" en Ferraz a Podemos, como sí hizo Pedro Sánchez en el comité federal, aunque sin citar expresamente al partido de Pablo Iglesias.

Juan Cornejo, que parece un bueno despistado, pero que siempre sabe lo que dice, restó importancia a ello. No calificó a Podemos de tal extremo "por respeto a sus votantes". Puede ser. Quizás Cornejo no quiera contribuir a la demonización que tanto éxito le está dando a la formación; quizás sólo sea eso, su forma de ser, tranquila; quizás, quiera bajar la fiebre de la podemitis.

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