Andalucía

"Queremos saber el destino de la herencia que María dejó en manos de estos curas"

  • Una vecina de Órgiva cedió en 2008 sus bienes a varios sacerdotes nombrándolos albaceas con plenos poderes de reparto

Poco a poco se van conociendo más detalles respecto a los supuestos abusos de sacerdotes en la iglesia de Granada. Otra de las líneas de investigación que se han abierto intenta vislumbrar la procedencia de los bienes y la base económica de esta supuesta red. La Policía Judicial tiene el encargo de investigar quiénes son los propietarios de los distintos pisos y casas repartidas por la provincia que han sido utilizados por los curas.

Según ha podido saber Granada Hoy, la herencia que una vecina de Órgiva donó a un grupo de sacerdotes podría ser el origen del dinero que se invirtió en casi una veintena de inmuebles. En el testamento que se firmó el 9 de agosto de 2002 la entonces farmacéutica, María del Rosario Muñoz Morillas, al carecer de descendencia y, por tanto, no tener herederos forzosos, dejó antes de fallecer casi todos sus bienes (que podrían estar valorados en tres millones de euros) a un grupo de sacerdotes, dos de los cuales fueron nombrados albaceas de su fortuna, coincidiendo el nombre de uno de ellos (F.J.C.M) con el del juez del Tribunal Eclesiástico de la diócesis de Granada que actualmente está suspendido de sus funciones. Este sacerdote estuvo además ejerciendo sus labores eclesiásticas en la iglesia de Nuestra Señora de la Expectación de Órgiva y, al igual que M.M.M. (su sustituto en la misma iglesia y que recientemente también ha sido apartado de sus funciones) aparecen como implicados en el caso de presuntos abusos.

La mencionada herencia suscitó una gran polémica entre los vecinos de Órgiva desde que doña María, como así la conocían en el pueblo, falleciera en octubre de 2008. Una vez aceptado el testamento por parte de los beneficiarios de la presunta gran fortuna poco se supo y de su destino menos. Los vecinos en su día mantuvieron la esperanza de que parte de la herencia de doña María fuese destinada a alguna obra social del pueblo pero no fue así, circunstancia que ocasionó cierta desilusión además del malestar de los familiares de la anciana, quienes aseguran que los sacerdotes se aprovecharon de ella para "embaucarla" y hacerse con el patrimonio de doña María. Aunque la herencia no pasó directamente a los sacerdotes el documento sí los nombraba albaceas con plenos poderes de reparto para los fines que estimaran convenientes.

La investigación de la policía, ordenada por la Fiscalía, trata ahora de comprobar si esta herencia fue el origen del colchón económico con el que este grupo de sacerdotes compró las propiedades donde se produjeron las supuestas agresiones sexuales, siempre según la denuncia que existe por parte del joven al que el propio Papa llamó.

Según el testimonio de la sobrina de dona María, Ángela García Díaz, este grupo de sacerdotes se quedó con la fortuna. Aseguran que su mayor deseo es que se sepa que el destino del dinero que María dejó en manos de estos curas. En dicho testamento se refleja que "en el remanente de sus bienes, consistente en el dinero efectivo que la testadora deje depositado, ya en cualesquiera cajas, bancos y entidades financieras, ya en su propio domicilio, instituye herederos a los pobres, establecimientos de beneficencia, asociaciones y comunidades religiosas, parroquias y misiones católicas, a cuyo fin los albaceas distribuirán dichas cantidades de dinero en la forma que su prudencia les aconseje y con la más absoluta libertad".

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