Andalucía

Sólo la UCA contaba con tarjetas de representación

  • La mayor parte de las universidades andaluzas restringen el uso de tarjetas de representación al rector o sólo las entrega para gastos de gestión

El uso de tarjetas de crédito para gastos de representación o de gestión de los equipos rectorales está casi extinguido en las universidades andaluzas. En algunas, sólo el rector cuenta con una tarjeta y en la mayor parte de ellas ni eso. En la Hispalense de Sevilla, la una única tarjeta de representación que existe es para el rector, Antonio Ramírez de Arellano, con un límite de 6.000 euros al mes, mientras que en la Pablo Olavide (UPO) hay cuatro. Una es para la compra de combustible del coche rectoral, y la tiene el conductor, y las otras tres son del vicerrectorado de Nuevas Tecnologías. Según la UPO, éstas se deben a un asunto de operatividad. En el caso de la Universidad de Cádiz, el anterior rector, Diego Sales, contaba con una tarjeta con un límite de 30.000 euros mensuales y disponían de ellas, aunque en menor cuantía, todo su equipo de gobierno. Entre 2007 y 2011 se gastó, al menos, 380.000 euros, como adelantó este medio.

La rectora de la Universidad de Málaga, Adelaida de la Calle, no dispone de tarjeta de crédito. Tampoco cuentan con medios de pago de estas características los vicerrectores, decanos ni directores de departamentos. En realidad, en la institución académica malagueña existe una única tarjeta con un tope máximo de 2.000 euros anual que está a disposición del servicio de cultura, única y exclusivamente para hacer frente a los derechos de exhibición de películas extranjeras. El mecanismo habitual que se utiliza en la institución para hacer frente a los gastos tanto del equipo de gobierno como de los departamentos pasa por la reserva de crédito. Ante la eventualidad de un viaje, un almuerzo de trabajo o cualquier otro compromiso de esta naturaleza, el afectado gestiona una reserva de crédito con la gerencia. El sistema es el mismo al margen de que la factura se pague con cargo al presupuesto de un departamento, un centro o el consejo rectoral.

Cuando el pago se debe abonar a un proveedor o empresa del entorno, la gerencia se ocupa directamente esas facturas. Sin embargo, si se realiza en el extranjero o fuera de la ciudad existen dos opciones: el afectado adelanta el dinero de su bolsillo y después lo reclama a la universidad o, previamente, pide un adelanto con cargo a las dietas. En cualquier caso es necesaria tener reservado el crédito. Esta política general únicamente tiene una excepción con determinados proyectos de excelencia financiados por la administración regional en los que el investigador principal sí dispone de tarjeta de crédito. Se utiliza exclusivamente para hacer frente a los gastos derivados de los viajes que se tengan que realizar durante la ejecución del proyecto y a la compra de aplicaciones informáticas. En este caso, la disposición de fondos está sujeta a las condiciones previstas de antemano en la memoria económica del proyecto de investigación.

El sistema sobre el uso de tarjetas de crédito en la Universidad de Huelva (UHU) ha tenido al rector como punto permanente de referencia. En la corta historia de esta institución docente, su máximo representante es el único de todo el equipo de gobierno que cuenta con la opción de hacer uso de una línea de crédito de estas características. Francisco Ruiz, que asumió el cargo de rector el año pasado, sigue de este modo el mismo método que el aplicado por su predecesor Francisco José Martínez que estuvo en el cargo durante ocho años. La UHU dispone actualmente de cuatro tarjetas de crédito. Además de la del rector, hay tres más: una para el gerente de la Universidad, otra que es para uso del conductor y la última, de la Biblioteca Universitaria.

Las tarjetas del rector y del gerente son para uso puntual y "vinculado al desempeño de sus funciones; en este sentido, los gastos cargados entre las dos tarjetas ascienden a 1.041 euros. Con ellas se han abonado almuerzos de trabajo y gastos de viaje, siempre derivados del desempeño de sus funciones de representación de la Universidad", según explica el gabinete del Rector en una nota. Ambas tarjetas no tienen un tope de gasto pero se fiscalizan con la especificidad que permite una Visa que es bastante elevada.

La tarjeta del conductor está vinculada al coche oficial. Con ella se abonan gastos relacionados con el uso del vehículo, fundamentalmente gasóleo. El hecho de que la Biblioteca Universitaria cuente con una línea de crédito de estas características está justificado para permitir compras puntuales de material a través de internet con destino al funcionamiento de la propia biblioteca.

En la anterior etapa, la de Francisco José Martínez como rector, su tarjeta contaba con un máximo de 600 euros mensuales. De ahí también se pagaban los desplazamientos por motivos laborales, viajes a Madrid incluidos.

La Universidad de Córdoba (UCO) es una de las instituciones académicas de Andalucía que ya no cuenta con tarjetas. La retirada de estas tarjetas fue una de las primeras decisiones que adoptó su rector, José Carlos Gómez Villamandos, nada más llegar al despacho principal de la avenida Medina Azahara de la capital cordobesa, el pasado mes de mayo tras ganar las elecciones. La eliminación de estas tarjetas forma parte del compromiso ético a favor de la transparencia, avalado por el rector, y suscrito también por los miembros del equipo de dirección universitaria. Se trata de un documento que recoge hasta 14 medidas que han de cumplir todos ellos para seguir en sus puestos. Por ello, señala el documento, los vicerrectores y resto de cargos de dirección "renuncian al uso de tarjetas de crédito corporativas individuales", tal y como ya han hecho.

La Universidad de Granada tiene actualmente en uso entre 215 y 220 tarjetas bancarias, que están asignadas a miembros de la institución con responsabilidades de gestión y que son fiscalizadas mensualmente para garantizar que los pagos realizados se han justificado y que corresponden con la lista de gastos que están autorizados.

La UGR, con el actual equipo de gobierno, puso en marcha el sistema de pagos con tarjetas Visa a partir de 2009. El objetivo, según explicó a este periódico el gerente, Andrés Navarro, fue establecer una alternativa de pago que permita cierto ahorro a la institución y agilidad en las compras. Por eso, la Universidad granadina insiste en que todas las tarjetas que se utilizan son "de gestión" y "no para gastos de representación".

En el listado de gastos que están permitidos mediante el pago con estas tarjetas se excluye expresamente el de comidas. Estas más de 200 tarjetas (la cifra exacta varía según las altas y bajas frecuentes) tienen un límite de gasto de 3.000 euros, una cifra que cuando se supera tiene que recibir la autorización de la Gerencia para poder volver a utilizarla.

La Universidad de Almería presume de ser una de las más transparentes de España. Lo considera así por el hecho de mostrar su informe de cuentas con presupuesto pormenorizado durante los últimos años, siendo una de las pocas universidades públicas que hace públicos sus gastos a través de diversos medios. Sin embargo, no ha sido posible obtener el modo en el que la Universidad de Almería fiscaliza sus gastos extraordinarios a pesar de que este medio de comunicación se ha puesto en contacto tanto con la gerencia (reguladora de las cuentas) como las otras vías necesarias para obtener este tipo de información.

Las seis universidades que publican toda la información económica son: la Universidad de Almería, la Universidad de Jaén, la Universidad de Oviedo, la Universidad de Santiago de Compostela, la Universidad Carlos III y la Universidad Politécnica de Madrid.

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