Andalucía

Maíllo avisa de que Díaz "no es de fiar" y dificulta pactos en el futuro

  • El coordinador general de IU arenga a los andaluces a hacerle "un Artur Mas" a la presidenta por anteponer sus intereses. Desvela que rechazó una ruptura pactada.

Los símiles de relaciones amorosas para describir el tormentoso final entre PSOE e IU en el Gobierno de coalición en la Junta de Andalucía ganan por mayoría. Y si hasta ahora ambos se habían preocupado por figurar como una pareja bien avenida, y ante los primeros comentarios de un posible final los dirigentes de IU trataron de hacer oídos sordos y mantenerse en el Gobierno, la ruptura definitiva desembocó ayer en la revelación de carencias afectivas y deseos de venganza en términos electorales.

Izquierda Unida ha terminado el pacto de Gobierno despechada por una decisión que ha tomado en exclusiva la parte contraria. Está enrabietada. Preocupada por su amenazado futuro, también, pero sobre todo con ánimos de revancha con el que fue su adversario durante mucho tiempo e improvisado aliado en Andalucía durante dos años y ocho meses, en una experiencia que ha durado el tiempo que le ha convenido a Susana Díaz y que los dirigentes de ambos partidos revistieron de normalidad para cohabitar.

Una vez rota la coalición, en IU supura el despecho. Maíllo avisó ayer a posibles interesados en una relación con los socialistas: "Cuidado con el PSOE: No es un interlocutor de fiar; firma pero no cumple; acuerda pero se niega a ejecutar lo acordado".

El mensaje iba dirigido a las coaliciones de IU en los municipios y en otras federaciones regionales. A su vez, debe servir de recordatorio a la federación regional ante posibles maniobras de seducción una vez se conozcan los resultados electorales del próximo 22 de marzo. "Susana Díaz no es de fiar; eso hace difícil cualquier pacto de futuro", dijo Maíllo preguntado en una rueda de prensa a media tarde, una vez certificada la ruptura del pacto oficialmente.

"El PSOE, cuando puede, te la juega", sentenció Maíllo arropado de los todavía consejeros (unos minutos más tarde serían expulsados del Gobierno por decreto de la presidenta) y de otros cargos de IU y del PCA. Con esta falta de confianza mutua verbalizada, nada hacer aventurar una cohabitación entre Díaz y Maíllo como la que suscribieron Griñán y Valderas en 2012, aunque la política hace extraños compañeros de cama. Por ejemplo los dirigentes de IU aventuraron un pacto de los socialistas con el enemigo natural: el PP.

"Díaz dice que con IU no hay estabilidad, y no hay otro. ¿Con quién podrían pactar", dijo ayer Maíllo. No es casualidad que los dirigentes de IU coincidieran en felicitar a Felipe González, el ideólogo de la gran coalición, por la ruptura del pacto de Gobierno.

IU ha pasado por diferentes estadios en este proceso de ruptura. Entre éstos ha estado el de la negación. Según desveló Maíllo, en las conversaciones privadas que ha mantenido con la presidenta de la Junta, ésta puso sobre la mesa una ruptura pactada. Pero IU se negó en redondo. Maíllo solicitó "el cumplimiento de lo acordado" y la aprobación de las leyes que figuraban en el acuerdo de gobierno. La coalición cierra con dos leyes aprobadas de las 28 recogidas en el acuerdo de Gobierno firmado en abril de 2012. Una decena más de anteproyectos fueron aprobados por el Consejo de Gobierno, como recordó la presidenta en su balance, pero sin la aprobación del Parlamento son papel mojado.

Los miembros del Gobierno de IU se negaron a dimitir como le planteó Díaz a Maíllo. Por eso el cese fue decretado por la presidenta horas más tarde. En ese intervalo, y dentro de la tesis de seguir trabajando hasta el último momento, la consejera Elena Cortés llevó in extremis al Consejo Económico y Social dos leyes de su departamento (Movilidad sostenible y el plan de vivienda) antes de que les retirasen las competencias (por segunda vez, tras el caso de la Corrala Utopía, el mayor incidente registrado hasta ayer).

Maíllo declinó hacer balance de la acción conjunta del Gobierno, pero se arrogó que "lo mejor del Gobierno lo han hecho las políticas de IU". La campaña electoral de la coalición estará formada por los logros sociales en su primera gestión de gobierno en la comunidad y, sobre todo, en lo que se queda sin desarrollo, como una banca pública, el objetivo de una renta básica, la ley de participación, las políticas de memoria histórica o el banco público de tierras, entre otros. Las leyes pendientes serán "una prioridad" para IU en su programa.

Lo que ha quedado en el tintero forma parte ya del fracaso de la coalición de Gobierno, de la que Maíllo responsabilizó a Díaz. Para el dirigente de IU, la ambición y los intereses personales de la socialista han provocado la ruptura del pacto de Gobierno. Por esa razón emborronó la trayectoria de Díaz, la misma que muchos presagian repleta de logros personales: "Es el fracaso de Susana Díaz en su primer reto político", afirmó Maíllo.

"Busca el momento por cálculos electoralistas que según ellos les benefician para incumplir un acuerdo que no era con IU, era con la sociedad andaluza", añadió. El dirigente de IU aseveró que Díaz "no quería la estabilidad, sino que quería la parálisis del Gobierno" y subrayó que es "incontestable" que hay unos presupuestos aprobados el pasado 22 de diciembre, lo que "da alimento al desarrollo de las políticas durante un año", una realidad "frente a la que no caben especulaciones".

Todo lo demás para Maíllo son "excusas débiles". En particular, no quiso entrar a valorar el "giro radical" que según Díaz ha tenido IU a partir de otoño, cuando Alberto Garzón dio un paso adelante en el liderazgo de IU. Maíllo opinó que ésta es "una impúdica valoración que se mete en campo ajeno, como es el estilo de Díaz", de la que aseguró que utiliza "excusas muy flojas" y que "todavía no ha dicho las razones reales de algo decidido hace mucho más tiempo que esta semana". Para Maíllo, Díaz "se inventa las causas de la justificación del pacto".

Una vez el pacto es historia, el próximo capítulo de PSOE e IU pasa por la cita electoral. Maíllo deseó para Díaz que los andaluces le hagan "un Artur Mas", en referencia a la pérdida de votos sufrida por el presidente de la Generalitat de Cataluña en 2012 cuando adelantó las elecciones autonómicas.

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