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José Antonio Griñán Presidente de la Junta de Andalucía

"La falta de fondos de la UE nos la va a tener que compensar el Estado"

  • El presidente de la Junta de Andalucía confía a la iniciativa privada el esfuerzo para salir de la crisis y reprocha a las cajas de ahorros de la región el excesivo riesgo concentrado en operaciones inmobiliarias

Ha sido un año trepidante para José Antonio Griñán (Madrid, junio de 1946). Posiblemente mucho más de lo que le hubiera gustado. Desde que llegó a la Presidencia de la Junta, hace ahora un año, Griñán ha tenido ya dos gobiernos y ha forzado un congreso extraordinario del PSOE andaluz para hacerse con el control efectivo del partido y romper la bicefalia con su antecesor Manuel Chaves. Todo ello en medio de un escenario de crisis económica y de paro como no se recuerda en Andalucía. Dos veces ministro y dos consejero de la Junta, Griñán, inspector técnico de Trabajo por oposición desde 1969 -número tres de su promoción-, es uno de los políticos españoles en activo con mayor experiencia de gestión.  Hábil negociador y notable dialéctico, no rehuye  ningún tema en esta entrevista, pero juega a zafarse de aquellas cuestiones que le incomodan. Este es el resumen de más de dos horas de conversación mantenida el pasado jueves por la mañana, ecuador de la Feria de Sevilla, en su despacho de la Casa Rosa, que pronto abandonará para trasladarse a la sede de la Junta en el Palacio de San Telmo.

-¿Ha cambiado mucho su vida desde que llegó a la Presidencia?

-Cambia mucho.  Me lo dijo José Luis Rodríguez Zapatero. Fíjese que yo he tenido infinidad de cargos públicos, de mucha responsabilidad. Pero él me dijo: "No es lo mismo ser ministro que ser presidente, no es lo mismo llevar el maillot amarillo que no llevarlo". Es verdad que aquí hay una concentración de riesgos que antes no tenía y una concentración de miradas que antes tampoco tenía.

-¿En qué ha cambiado la gobernación de la Junta en este año? ¿El estilo Griñán es diferente al estilo Chaves?

-Bueno, yo he querido hacer un cambio generacional. Es decir, mi pretensión ha sido fundamentalmente que no ocurriera lo que sucedió en otras etapas históricas:  que liderazgos muy fuertes se han visto acompañados siempre de la misma generación, y el declinar de un liderazgo ha producido incertidumbres. Eso ocurrió en el 97 al dimitir Felipe. Yo lo viví y la verdad es que lo pasamos mal. Lo que yo pretendo, es que eso no vuelva a ocurrir.  Luego, el estilo personal es diferente. Quizás soy más expansivo y Chaves es más introvertido. Pero bueno…

-¿No tiene la impresión de que ha dejado fuera a toda una generación? La generación que digamos está entre los 45 y los 55.

-Vamos, la que está en el Gobierno… [risas]

- Pero en la dirección del partido…

-Sí, en la dirección del partido tengo mucha gente de esa generación también. Los puestos clave son gente que tiene cerca de cuarenta. Y en el Gobierno, la media sería de cincuenta. Yo creo que en la institución hay que tener gente más baqueteada. La responsabilidad en la institución es siempre más importante porque tienes que hacerlo para todos los ciudadanos, y ahí he puesto gente con más experiencia, más mayor, por decirlo de alguna manera.

-¿Por qué el Gobierno le ha durado menos de un año?

-Porque han cambiado las circunstancias.

-¿En qué sentido?

-Cuando yo cogí el Gobierno, si no me equivoco, el paro aumentaba a razón de un cuarenta y tantos por ciento en términos anuales. En el último trimestre de este año pasado, mientras en España se perdieron 220.000 empleos, en Andalucía se creó empleo. En noviembre se firmó el Séptimo Acuerdo de Concertación Social. Teníamos ya un instrumento para empezar a decidir el futuro y teníamos el Programa Andalucía Sostenible, más el acuerdo de sostenibilidad con el Gobierno de la Nación. Es decir, hasta ese momento era una tarea de lucha contra la crisis y no podíamos hacer cambios sobre lo que teníamos. Prácticamente, el Gobierno era muy similar al que había antes. Y lo que hemos hecho ahora es un Gobierno para afrontar tiempos nuevos.

-¿Tenía un Gobierno heredado?

-No. Tenía un Gobierno que no podía mover porque era el peor momento de la crisis económica. No era un Gobierno heredado, porque era un Gobierno que yo hice. Y ahora, sin embargo, tengo un Gobierno para afrontar el desarrollo de un nuevo modelo económico. Y la prueba está en que no sólo es un cambio de personas sino un cambio en la organización. Una cosa que en situación de normalidad yo no haría nunca, como separar Economía y Hacienda, ahora lo he hecho.

-Hablemos de la situación económica...

-Si habla de la crisis, tenemos que hablar de la crisis y su evolución…

-La crisis es una realidad...

-No es ni parecido el primer momento de la crisis, cuando lo que se produce es un desplome no solamente de algunos sectores, como el de la construcción, sino también de las expectativas, y una crisis de liquidez absoluta y total, al momento actual. Ahora, efectivamente, casi todos los indicadores que contemplamos están repuntando hacia arriba. Están muy por debajo de la media todavía, pero repuntando hacia arriba. Por lo tanto, en este momento de la crisis, ya lo que era entonces necesario, pero no era urgente, se ha convertido también en urgente, que es hacer el cambio de modelo productivo. Vamos a dirigir toda la política a que el modelo productivo se oriente hacia mayor calidad, más innovación, más formación, y por lo tanto hacer un modelo productivo que no se sostenga solamente en la construcción, sino que lo haga en todos los sectores que tradicionalmente ha tenido Andalucía, más los nuevos. Pero siempre con una mayor capacidad de innovación. Segundo, no vamos a dar subvenciones, sino préstamos y avales. Vamos a ayudar al que se arriesga. Y tercero, vamos a situar la educación como el centro de todas las batallas para hacer que efectivamente educación más igualdad de oportunidades sea lo que determinen la economía del futuro.

-¿Los sectores para que Andalucía salga de la crisis cuáles son?

-Todos aquellos en los que lo hacemos bien históricamente son sectores importantes. Por ejemplo, el sector agroalimentario, el sector turístico y la misma construcción son importantes para el futuro. Pero luego hay otros sectores nuevos, que son todos los sectores dedicados a las energías renovables, apoyo en la ingeniería, agua… es decir, hay una serie de sectores nuevos, aparte del aeronáutico, en donde efectivamente nosotros tenemos que apostar.

-¿Y hay tejido empresarial para hacer frente a este reto?

-En el sector agrario y en el sector turístico sin duda. En el sector de la construcción también. Lo hay en el sector aeronáutico. Y yo creo que lo puede haber en las energías renovables… yo creo que sí. Lo que nos falta en Andalucía es una gran apuesta por una corporación industrial fuerte que concilie varios sectores diferentes.

-¿Y eso lo puede impulsar la Junta?

-Pues a mi me gustaría que se hiciera, pero eso tiene que impulsarlo el  sector  privado.

-Hablábamos antes de la política de ajuste, del gasto en la Administración autonómica. Se refería el otro día al hacer balance de su primer año a las empresas públicas y a la necesidad de fusionar, y supongo que también de amortizar alguna.

-Bueno, yo ahí sí que no puedo anticipar lo que me vaya a presentar la consejera de Hacienda. En el año 2010 se van a aprobar dos leyes que son pioneras en España, la Ley de Autonomía Local y la Ley de Participación de las Corporaciones Locales en los tributos de la Junta de Andalucía, que van a iniciar un camino como el que se inició en el año 80 en España, con la descentralización autonómica. Este es un camino que no se ha iniciado en España. Se va a iniciar por primera vez en Andalucía. ¿Eso a qué va a dar lugar? Va a dar lugar primero a un municipalismo mucho más fuerte. A partir de ese momento es lógico que la Administración de la Junta de Andalucía tenga, no sólo que adelgazar, sino que ajustar sus propias competencias a lo que es esta descentralización.

-¿Hay un exceso, entonces, de máquina burocrática?

-Eso es lo que tendrá que decir el diagnóstico que se haga. Ahora mismo no.

-¿Hay duplicidad por ejemplo entre la administración periférica de la Junta de Andalucía y las diputaciones provinciales?

-No. Vamos a ver, las diputaciones provinciales responden a una realidad histórica que es la provincia, que es muy difícil tocar. Fíjese que es una creación artificial de hace ciento cincuenta años. Pero es que la gente se siente de cada provincia. Es decir, es muy difícil romper lo que es la unidad provincial. Naturalmente que puede haber otros modelos, por ejemplo, mancomunidades, comarcas… Pero las diputaciones actúan como una mancomunidad para aquellos ayuntamientos que tienen una menor capacidad.

-¿Qué va a pasar en la estructura económica de Andalucía una vez que se acaben las ayudas de la UE?

-¿En qué sentido?

-En el sentido de que van a dejar de venir la mayor parte de los fondos estructurales que nos llegan ahora mismo… ¿Estamos preparados para afrontar eso?

-Yo creo que estamos preparados.

-¿Eran cinco puntos del PIB, no?

-Eso no  es verdad. Y le voy a explicar por qué. Los fondos estructurales se tienen que distribuir territorialmente, y eso es la cohesión europea. Lo que no puede ser es que la cohesión europea sustituya a la cohesión nacional. Dicho de otra manera, Andalucía entre 2000 y 2006, con los gobiernos del PP, dejó de recibir  4.000 millones de euros de los fondos estructurales. Y eso coincidió con unas inversiones del Estado que en Andalucía fueron muy inferiores a la media. Todo lo que invirtió el Estado, prácticamente todo, era lo que ponía Europa. ¿Y dónde estaba el esfuerzo que tenía que hacer el Estado? A partir de la inexistencia de los fondos, lo que tendrá que producirse es una política de cohesión territorial por parte del Gobierno de España.

-Pero el hecho es que aquí vamos a dejar de recibir unos fondos que han sido decisivos en la estructura económica de Andalucía en los últimos años.  Eso no lo vamos a tener, y no hay nada que lo vaya a sustituir.

-¿Cómo que no hay nada que lo vaya a sustituir? Nuestra capacidad de desarrollo. ¿Le parece poco? Claro que lo podemos sustituir. Mire, en el último presupuesto, si no me equivoco, más del 75% de la inversión era ahorro neto de la Junta de Andalucía. Insisto: ahorro neto de la Junta de Andalucía. Si se compensa con el esfuerzo inversor que tiene que hacer el Estado, no tendremos ningún problema con ello.

-¿Una sociedad que se supone moderna y desarrollada como la andaluza, o que va en esa dirección, qué niveles de paro puede soportar? Aguantar un 20% de paro parece que es imposible, ¿no?

-Depende del nivel de protección de las personas que están en paro.

-¿Y depende también del peso que tenga la economía sumergida en la estructura económica? ¿Un 25% aproximadamente, no?

-No lo sé. Como comprenderá no puedo saber cuánto es la economía sumergida. Pero sí es verdad que en toda España, en toda Europa, pero más en el sur de Europa, se generan rentas que van al PIB pero que no forman parte a lo mejor de lo que es la estricta legalidad. Y al mismo tiempo existe también un nivel de protección muy  alto. Hoy día la protección por desempleo en España es de las más altas de Europa.

-Es decir ¿en la medida que el desempleado esté protegido, la situación puede aguantar indefinidamente con estos niveles de paro?

-No. Lo que no podría aguantar es sin esa protección. Y lo que sí es verdad, es que lo que es necesario es crear empleo, no proteger solamente al parado.

-¿La Junta de Andalucía qué mecanismos tiene de creación de empleo? Se ha terminado la era de la subvención, lo de la ayuda a fondo perdido, y se van a dar créditos, avales, para fomentar la actividad empresarial. ¿Esta va a ser la línea de la Junta a partir de ahora?

-Está siendo ya. Es verdad que, con todos los problemas que seguimos teniendo, en Andalucía los últimos datos indican que se ha mitigado, por encima de España, la evolución del paro y sobre todo estamos creando afiliados a la Seguridad Social. Pero todavía queda mucho. Y yo siempre digo lo mismo, porque nuestro problema ahora mismo no es tanto la capacidad de oferta, ni siquiera tampoco la composición tecnológica del capital, un poco sí la formación de los trabajadores, que hay que aumentarla… El problema fundamentalmente es la liquidez. Tenemos un sector financiero muy condicionado, porque las entidades financieras deben mucho. Por lo tanto, nosotros, más que hacer políticas de subvenciones y de ayudas, estamos haciendo políticas de activos financieros. Es decir, prestar a las empresas y avalar a las empresas para que obtengan préstamos.

-¿Las cajas de ahorro andaluzas, cuya tutela corresponde a la Junta, no concentraron demasiados riesgos con el sector inmobiliario?

-Bueno, yo creo que fui el primero, incluso antes que el Banco de España, en señalarlo. Me parece que fue, siendo yo consejero, en el año 2007 o 2006, les dije a las cajas de ahorro que se replegaran del sector inmobiliario. Y sí es verdad que hubo una concentración excesiva, que ahora mismo se paga.

-El diseño del mapa financiero andaluz se hace en base a dos entidades fuertes que puedan desarrollar actividades fuera de las fronteras andaluzas, Unicajasur y  Cajasol.

-Esas dos entidades financieras sí que es verdad que son las señas ahora mismo más potentes de Andalucía como cajas de ahorro, pero lo que ha hecho Cajasol, y lo que pueda hacer Cajagranada, a mí no me parece mal. Es decir, yo creo que frente a la teoría de solamente mover pieza en un territorio económico o abrir el territorio económico, yo soy partidario de lo segundo. ¿Por qué? Porque lo que yo defiendo es el modelo. Yo defiendo el modelo de cajas de ahorro como entidades de responsabilidad corporativa que no responden además solamente a intereses particulares, sino a intereses generales. Yo defiendo el modelo de las cajas de ahorro, y sé que el modelo de las cajas de ahorro va a necesitar en el futuro dimensión. Por lo tanto, no me parece mal que se produzcan, o que se vayan a producir, fusiones entre distintas comunidades autónomas. ¿Por qué? Porque eso puede salvar el bien que yo creo que hay que salvar, que es el de las cajas de ahorro. A ver, en el caso concreto de Cajasur, es verdad que había un andaluz, que podía ser lo que se llama en términos financieros el caballero blanco, la persona que apoyara o hiciera efectivamente el trabajo de fusión y sorteara las dificultades que pudiera tener una caja de la Iglesia. Bueno, eso se ha producido, pero sin perjuicio de eso, se puede ampliar todavía…

-No ha terminado de cerrarse, se está produciendo con muchos problemas…

-Bueno, pero eso es normal. Lo que no es normal es que los procesos de fusión o de concentraciones empresariales se retransmitan en directo. Eso es lo que a mí me parece que no es bueno. ¿Por qué? Porque estas cosas hay que llevarlas con mucha cautela, con mucha prudencia, con mucha discreción. Vamos, yo me he dedicado toda mi vida a la negociación, y yo sé lo que es un proceso de negociación, porque es mi profesión y porque lo he hecho toda mi vida. Cuando se negocia, en público, es muy difícil porque cada momento en que haya una colisión o un obstáculo, se va a magnificar. Entonces va a ser mucho más difícil avanzar. Yo creo que hay que dejar trabajar a las partes, tranquilamente, sin interferencias, y creo que podrán llegar a un acuerdo final.

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