Ignacio García Rodríguez. Candidato de Izquierda Unida por la provincia de Cádiz

"Los electores deben impedir una mayoría suficiente del PP"

  • El aspirante de IU afirma que un gobierno de derecha en la Junta implicaría un exceso de poder en el conjunto de España · "No pueden llegar subidos al caballo de la mentira"

 Ignacio García Rodríguez es un activo de primer orden dentro de Izquierda Unida (IU). Nacido en Asturias en 1956, ingeniero de minas y profesor en excedencia del instituto José Luis Tejada de El Puerto,  en esta legislatura ha ejercido como parlamentario andaluz por Cádiz. En estas elecciones encabeza la candidatura de la coalición por la provincia gaditana. 

-El escritor Luis García Montero ha mostrado su apoyo a la candidatura de IU y ha manifestado que el mejor homenaje que se puede hacer a la Constitución de 1812 es evitar la mayoría absoluta del PP. 

-Me parece una expresión propia de alguien como Luis García Montero, que además nos honra con su pertenencia a IU y que ha expresado muy  bien que en este momento Andalucía tiene que ser fiel al espíritu del 12 y al espíritu del 28 de febrero de 1980. Creo que en este momento esa rebelión y esa dignidad debería expresarse parando a la derecha en  la provincia de Cádiz y en Andalucía.

-¿Baraja IU la posibilidad de un pacto de gobierno con el PSOE?

-En este momento,  nuestro objetivo es obtener el máximo resultado y creemos que es posible incluso que nosotros seamos los cortejados. La gente está muy harta, pero pensamos que habrá un número significativo de votantes que exprese ese hartazgo, esas ganas de cambio, no votando a la derecha,  sino a la izquierda. Mucha gente que ha votado al PSOE considera que no se merece su voto,  se siente de izquierdas y no va a votar al PP. Yo haría también una llamada a la gente del PSOE que se plantea quedarse en casa para que no lo haga, porque en estas elecciones más que nunca  el quedarse en casa es regalar un voto al PP.

-¿Cuáles serían los principios innegociables en caso de formar gobierno con los socialistas? 

-Uno de los principios innegociables sería la limpieza de la corrupción. IU plantea una comisión de investigación sobre el caso de los ERES y toda la corrupción paralela que pudiera haber. Luego está la defensa del sector público, con un compromiso explícito de no aplicar la reforma laboral en el sector público, y ponemos también por encima de todo la creación de una banca pública, la lucha contra el fraude   y un gran pacto fiscal con compromisos económicos por el empleo, contra la pobreza y por un nuevo modelo de desarrollo. Estos son los elementos  de nuestro programa.

-¿Podrían entender los electores de izquierdas que ese pacto posible no se produjera, como ha ocurrido en Extremadura?

-Lo primero que tienen que hacer los electores de izquierdas es impedir que el PP consiga mayoría suficiente. Por tanto hay que parar a la derecha, hay que evitar que el PP gane las elecciones. Si me pregunta por una situación como la de Extremadura, aquí no se ve a dar. La dirección andaluza y federal se han mostrado contrarias a la actuación de la organización en Extremadura. Otra cosa es si hay pacto, si no hay pacto o cómo se materializa. En cualquier caso, nosotros en la medida que podamos vamos a influir para que haya políticas de izquierda, políticas de progreso y para que la salida de la crisis en Andalucía no sea haciendo pagar más a los que no tienen la culpa. Ese es nuestro planteamiento. No estamos hablando de sillones, sino de proyectos de gobierno. 

-¿En qué medida ha dañado a la imagen de la coalición la deserción de antiguos activos como Rosa Aguilar o Concha Caballero?

-Yo creo que esto corresponde a decisiones personales. La mayoría de la gente las valora como claudicaciones, y en general son claudicaciones que rozan los términos de la traición. No es lo mismo tampoco el caso de Rosa Aguilar que el caso de Caballero, de la que tampoco me consta que haya desertado expresamente. Lo que hay que valorar es si su respuesta se corresponde con el esfuerzo que por ellas  han demostrado los compañeros.

-¿Qué implicaría la llegada del PP al Gobierno de Andalucía?

-Implicaría un exceso de poder en el conjunto de España, que no es bueno. Podría interpretarse como un respaldo a las políticas que están haciendo de destrucción de lo público, de apuesta por el ladrillo, por la energía nuclear, el despido de profesores, el copago sanitario. Javier Arenas es la misma marca que Rajoy, Aguirre,  Camps o Cospedal, por tanto lo seguro es que aplique las mismas políticas que están aplicando ellos en sus respectivas comunidades. Esto es lo que pasaría en Andalucía, con la diferencia de que aquí los índices de pobreza, de paro y  necesidad social son muy superiores a los de Cataluña y Madrid, por lo que la incidencia de políticas tan antisociales sería mucho más grave.

-¿Qué opina de la negativa de  Javier Arenas a participar en el debate de Canal Sur con José Antonio Griñán y  Diego Valderas? 

-Me parece un claro gesto de cobardía política. Es simplemente falta de valor para expresar un programa delante de los andaluces y para resistir las críticas a las políticas que está haciendo el PP en otras comunidades. Yo creo que una persona tan cobarde no merece dirigir Andalucía. Y la disculpa que pone es bastante baladí, pues no han tenido empacho en acudir a otras entrevistas en emisoras condenadas incluso por parcialidad descarada.

-¿Cree que el  PP guarda alguna agenda  oculta?

-Estoy seguro, porque en todas sus declaraciones hay mucha ambigüedad. Un aspirante a la presidencia del Gobierno no puede limitarse a decir 'voy a hacer reformas'. No,  mire usted, usted me tiene que decir qué reformas va a hacer. No pueden llegar al poder subidos al caballo de la ambigüedad y la mentira.  El principal argumento de  Rajoy para llegar al poder era 'cuando yo esté habrá confianza y los mercados generarán el repunte de la economía'. Hemos visto que no es así. Arenas está jugando a lo mismo pero yo confío en que no engañen dos veces al pueblo. Si escuchas los discursos no hay medidas concretos, no hay programa , no hay compromiso. La reforma laboral no estaba en el programa del PP, el abaratamiento del despido tampoco estaba en el programa. 

-¿Se está produciendo la demolición del Estado de las Autonomías?

-Si no se está produciendo todavía es porque no ha dado tiempo, pero al PP le encantaría volver a los esquemas  de  'España,  una,  grande y   libre'. La crisis económica les sirve de perlas para estas cosas. Los planteamientos de Montoro con las comunidades y los ayuntamientos van  por el camino de controlar económicamente a las autonomías, lo cual significa eliminar su capacidad de autogobierno.

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