Elecciones Andalucía

Un error de diagnóstico que llevó a una campaña equivocada

  • La unanimidad de los sondeos llevaron a Arenas y su equipo a no arriesgar y no saber ver el rechazo a las políticas de Rajoy

Un error de diagnóstico llevó al PP a diseñar una campaña electoral muy trabajada, pero equivocada, en la que Javier Arenas se presentó como un presidente virtual y donde prefirió no arriesgar casi nada en contra de su propia personalidad política. Un error de diagnóstico, no obstante, compartido: todas las encuestas le otorgaban que estaba o había sobrepasado la mayoría absoluta, pero al final el PP sólo le sacó 43.742 votos al PSOE, un punto escaso. Eso sí, se ha cumplido el auguró de Arenas cuando afirmó en varias ocasiones: "O habrá un gran cambio o no lo habrá". No lo ha habido.

El fuego amigo

DJavier Arenas fue consciente de que las primeras medidas económicas del Gobierno central podría restarle algunos apoyos, pero no muchos. Quizás un punto sobre algo más de nueve que -creía- iba a sacarle al PSOE. La reforma laboral era el asunto más polémico, pero aún así la ministra de Empleo, Fátima Báñez, fue una de las personas que más se expuso en la campaña. En sólo tres meses, desde el 20-N al domingo pasado, el PP ha perdido 420.000 votos. Es cierto que la participación ahora ha sido mucho menor, pero el PSOE, por ejemplo, sólo perdió 67.000, y eso, a pesar de los casos de corrupción.

Sin riesgo, sin debates

DCon unas encuestas que le otorgaban una mayoría absoluta, la campaña del PP ha evitado cualquier tipo de riesgos. Por eso, Javier Arenas no quiso acudir al debate en Canal Sur, ante la posibilidad de que los otros candidatos -José Antonio Griñán (PSOE) y Diego Valderas (IU)- convirtieran el debate en una suerte de pinza contra la política del Gobierno central. Arenas cuenta con recursos dialécticos suficientes para salir de este tipo de apuros, podía haber utilizado el asunto de los ERE y, en el caso que la supuesta malignidad de Canal Sur fuese cierta, en plazas peores ha toreado. Tras rechazar ir a Canal Sur, ya no pudo debatir en Televisión Española o en otro medio. Es más: las críticas hacia la televisión pública andaluza se redoblaron para argumentar la ausencia, con lo que se granjeó pocos afectos en este ente.

Empresas públicas

DEl PP tiene un problema: en su afán por denunciar los abusos de un partido que gobierna durante 30 años se suele pasar de frenada. Es cierto que la Junta ha creado una suerte de administración paralela con el objetivo de convertirla en más ágil, pero también más laxa en cuanto a los controles. Pero el PP hizo propio que los 55.000 empleados de estas empresas eran unos enchufados del PSOE. Todos. Sin distinción. Posiblemente, le metió mucho miedo no sólo a los trabajadores que accedieron por su cercanía al PSOE, sino a todos.

Exprimir los ERE

DEl caso de las prejubilaciones falsas, el de los ERE, ha sido exprimido al máximo por el PP durante toda la campaña electoral. La juez Alaya encarceló al ex director general de Empleo Francisco Javier Guerrero y a su chófer Juan Francisco Trujillo durante estas dos semanas. Posiblemente, quienes decidieron no votar al PSOE por este asunto ya lo habían decidido antes de la campaña electoral y algunos de ellos, de tendencia progresista, cambió el voto del PSOE a Izquierda Unida.

El carácter general

DCon una campaña electoral basada en el contacto con sectores profesionales, y muchos de ellos afines, en las que Arenas no terminaba de concretar todo su programa de gobierno -o ya lo había hecho antes- y en la que no quiso dar unos cuantos aldabonazos propios, la agenda nacional fue adquiriendo cada día más importancia. El PSOE utilizó el copago aprobado en Cataluña con la abstención del PP para llevar la campaña a su campo: el de la seguridad del Estado del bienestar. El último día de campaña, además, siete laboratorios farmacéuticos se retiraban de la subasta propuesta por la Junta para ahorrar 40 millones de euros por presiones del Gobierno central.

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