De libros

La mente más perversa de Noruega

  • Jo Nesbo rescata a su comisario Harry Hole en la octava entrega de la serie, en la que se recrea a lo largo de casi 700 páginas en crímenes de una bestialidad imposible de superar.

El leopardo. Jo Nesbo. Trad. Ada Berntsen y Carmen Montes. Roja & Negra. Barcelona. 2014. 696 páginas. 19,90 euros.

Cuando uno sostiene en sus manos por primera vez El leopardo, la nueva novela de Jo Nesbo (Oslo, 1960), lo primero que le viene a la mente es aquella reflexión que lanzó Petros Márkaris en una Feria del Libro de Sevilla. Márkaris, ese anciano griego con un ojo a lo Blas de Lezo y pelo a lo Juan Tamarit, reivindicaba la novela negra mediterránea en contra del auge que había adquirido la nórdica en los últimos años, sobre todo a raíz del pelotazo de Stieg Larsson con Millenium.

En países como Suecia o Noruega, decía Márkaris, hace mucho frío en invierno, y los escritores se pasan todos esos meses encerrados en sus casas dándole vueltas al coco, concibiendo los más horrendos crímenes y escribiendo cientos de páginas. En Grecia, como en España e Italia, los escritores pueden salir más a la calle porque el clima se lo permite, y quizás por eso sus obras retraten más la sociedad actual y tengan una mayor carga social en la que también cabe un punto de humor, del que carecen por completo en el norte de Europa.

Un buen ejemplo, aunque él no se autocitara, es la propia trilogía de la crisis de Márkaris, en la que los argumentos de las novelas apenas son una excusa para un objetivo mayor: retratar la caída de su país y las causas del desplome. En Italia ese papel lo desempeña Andrea Camilleri y su celebérrimo comisario Montalbano, que está a punto de alcanzar ya las veinte novelas. En España el género anda buscando un referente desde la muerte de Manuel Vázquez Montalbán, aunque no faltan buenos candidatos.

Si la teoría de Márkaris fuese cierta, el invierno de 2008, el anterior a la publicación de El leopardo, debió ser el más frío de la historia de Noruega, a juzgar por la extensión del libro. Nesbo se recrea en los crímenes de un asesino en serie a lo largo de casi 700 páginas. Así que lo segundo que viene a la cabeza al contemplar el libro es una pregunta: ¿qué tiene este señor que contar en 700 páginas que no haya podido hacer en 300 ó 400? Incluso en 500, que era la extensión de su anterior obra, El muñeco de nieve, concebida a buen seguro en otro duro invierno noruego.

Nesbo rescata a su personaje favorito, el comisario Harry Hole, que había decidido abandonar el cuerpo tras resolver el caso del muñeco de nieve, al que aparece que le ha salido un imitador. La Policía noruega necesita a su mente más inteligente, que anda perdida fumando opio y emborrachándose hasta el colapso en un suburbio de Hong Kong. Hasta allí llegará Kaja Solness, una bella policía que debuta en las novelas de Nesbo y que compartirá aventuras con su comisario fetiche en esta nueva entrega. Quizás sean estas las páginas más brillantes de la novela. La descripción de ese Hole echado a perder en un mundo extraño, tan alejado de criminales y psicópatas, es meritoria, al tiempo que su padre agoniza en un hospital de Oslo y que su compañera trata de convencerlo para que vuelva. Nesbo va conminando esta potente narración en sus primeras páginas con los crímenes que comete el nuevo asesino en serie, que en algún momento de la novela será conocido con el sobrenombre del Caballero.

No será por lo bien que trata a sus víctimas, desde luego. Los asesinatos de este tipo son de lo más bestia que se ha podido escribir en la historia reciente del género negro. Nesbo le da la razón a Márkaris, que reforzaba su teoría diciendo que los escandinavos idean durante sus encierros invernales las muertes más salvajes posibles. A diferencia de ellos, los autores mediterráneos resolvían sus crímenes con un par de tiros o de puñaladas en la mayoría de las ocasiones y se centraban más en describir el momento, el lugar y la época del crimen que en deleitar a sus lectores más sádicos con las torturas más perversas.

El invento conocido como la manzana de Leopoldo para dar muerte es de una brutalidad insuperable. No en vano debe su nombre a aquel rey belga de larga barba blanca que pasó a la historia como el responsable de uno de los mayores genocidios de la historia moderna, el del Congo.

El leopardo es la octava entrega de la serie de Harry Hole, aunque en español sólo se han publicado seis. La novela vio la luz en Noruega en el año 2009 y ha tardado cinco años en llegar a España, como ha ocurrido también con las anteriores. De hecho, en su país ya han salido otras dos entregas más de la serie. Las cinco novelas anteriores publicadas en español (Petirrojo, Némesis, La estrella del diablo, El redentor y El muñeco de nieve) fueron editadas por la serie negra de RBA, pero esta es la primera que sale en la colección Roja & Negra de Mondadori. La competencia de ambos sellos por publicar lo mejor del género policíaco actual es una gran noticia para los lectores. Ambas colecciones son maravillosas. Aunque les falte Márkaris.

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