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La rodilla le ganó la batalla a Castillo

  • El lateral derecho jerezano se ve obligado a colgar definitivamente las botas Hasta el pasado mes de diciembre ejerció labores de delegado en el Atlético Sanluqueño

La maldita lesión de rodilla sufrida la pasada temporada ha podido con Diego Castillo. El lateral derecho jerezano, pese a sus numerosos intentos, se ha visto obligado a colgar las botas y busca ahora nuevos horizontes. Comenzó la temporada ejerciendo las funciones de delegado en el Atlético Sanluqueño, labor que ha dejado tras la vuelta del parón navideño porque "no es un puesto para mí, no me sentía cómodo y en esas condiciones es mejor no estar".

Castillo, que el próximo mes de marzo cumplirá los 35 años, se lesionó de gravedad la pasada temporada en El Palmar y desde entonces ha vivido un calvario, sufriendo dos operaciones que no han servido para que la rodilla se recupere al cien por cien: "Ya desde el principio el doctor me dijo que no tenía buena pinta. Tengo afectado el rotuliano y apenas queda cartílago. Hay días que incluso me cuesta andar", señala el ya exfutbolista.

Ahora, lucha por obtener el grado de invalidez ya que en el momento de la lesión tenía ficha de profesional en el Atlético Sanluqueño.

Diego Castillo Marchante ha sido todo un trotamundos del fútbol. Comenzó, aún siendo juvenil, en el Xerez CD en la temporada 96/97 y ha pasado por Dos Hermanas, Algeciras, Linares, Polideportivo Almería, Jerez Industrial, San Fernando (el desaparecido y el actual), Puerto Real y Atlético Sanluqueño. Su debut en el Xerez CD lo recuerda "como si fuera ayer". Esa temporada empecé en el juvenil pero muy pronto Luis Miguel Rubiales me llamó para el filial. Ignacio se lesionó en el primer equipo y Carlos Orúe me preguntó si era capaz de jugar en el lateral izquierdo. Yo, con tal de debutar, le dije que estaba dispuesto a jugar donde fuese. Estuvimos trece partidos consecutivos ganando hasta que en la liguilla nos venció la Gramanet. En la vuelta ascendimos a Segunda A".

Y es que en el Xerez CD vivió el primero de sus ascensos. "Aquello fue inolvidable". Jugó dos temporadas más en el club azulino pero como tantos otros tuvo que marcharse para poder vivir del fútbol. De hecho, no volvió a la su ciudad hasta varios años después para enrolarse en el Jerez Industrial... de Ricardo García: "El equipo subió pero en los despachos, no lo contabilizo como un ascenso mío", dice. Y se quedó con la "espinita" de volver a jugar en el Xerez: "Me quedará siempre esa espinita. Me hubiera gustado despedirme en el Xerez Deportivo FC porque considero que es el club en el que la afición ha depositado su sentimiento. No podrá ser".

Castillo le está "agradecido" al fútbol porque ha podido disputar más de 300 partidos en Segunda División B pero considera que "no ha sido grato conmigo". El lateral diestro lamenta que "en todos los clubes en los que he estado he sufrido problemas económicos. La crisis que ahora vivimos la sufrimos muchos compañeros por adelantado".

Entre sus muchos dirigentes, expresa sin dudar que el peor de todos fue Delfín Cañas en el Linares. "Literalmente dejó tirados a muchas familias, nos engañó y al final el club terminó desapareciendo". Y con él, las deudas. El fútbol negocio, ya saben.

Le guarda un cariño especial "al Algeciras, el Linares, San Fernando y Sanluqueño. En Algeciras ascendimos a Segunda A y en el Linares viví la otra cara de la moneda. Jugamos tres liguillas de ascenso consecutivas pero no ascendimos. Quién sabe qué habría pasado si llegamos a subir a Segunda A". Tilda a la del Algeciras como "la mejor afición, junto a las del San Fernando y el Sanluqueño. En Algeciras tuve mis mejores años. En San Fernando tuve la suerte de poder jugar en el nuevo proyecto, que nació en Primera Andaluza. No me importó bajar a esa categoría. En el Jerez Industrial me ofrecían muchísimo dinero para jugar en Segunda B pero ya sabía que cobrar no íbamos a cobrar".

Con respecto a su último equipo, el Atlético Sanluqueño, y su mala clasificación comenta que "sólo está a cuatro puntos de la salvación y queda toda la segunda vuelta por delante. Ojalá se salve".

Aparcado el proyecto de la escuela del Milan debido a los problemas para encontrar instalaciones, quiere prepararse para los banquillos: "Por raro que parezca nunca pude iniciar los cursos porque siempre había un club que te dejaba de pagar y así era complicado. He visto que me gusta trabajar con la cantera y este lunes comienzo el cursillo de monitor".

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