Final de la Copa del Rey · la previa

Mucho más que perder

  • Barcelona y Real Madrid se miden en una final que dejará muy tocado al que no gane, más incluso en el caso del Barça. Las ausencias de Cristiano Ronaldo y Piqué marcan la cita.

Real Madrid y Barcelona jugarán en Valencia una final de Copa del Rey que se presenta importante para los blancos por el factor anímico y vital para los azulgrana por sus últimas caídas. Mestalla albergará un nuevo superclásico en la final de Copa tres años después. Entonces, el Real Madrid llegó angustiado y fue capaz de vencer 1-0 en la prórroga al Barcelona. Ahora la situación parece inversa, vistos los últimos acontecimientos.

En sólo una semana, el Barcelona cayó en la Liga de Campeones y quedó relegado en la lucha por la Liga española. Un nuevo golpe en la Copa, tercer título en importancia, sería devastador para sus colores y abriría días de consecuencias imprevisibles, críticas y mal ambiente.

El Barcelona necesita un triunfo para calmar los ánimos y observar el futuro con una perspectiva más mesurada. Y nada mejor que un triunfo ante el archienemigo para rebajar las penas.

Para el Real Madrid, al que le queda la Liga de Campeones y todavía piensa en la Liga española, el encuentro supone una posibilidad de hundir a los azulgrana y abrir definitivamente la caja de la crisis en Barcelona. No sólo eso, sino que también se cargaría de moral ante el venidero enfrentamiento en Liga de Campeones ante el Bayern Múnich.

Por contra, una derrota alimentaría la desconfianza y se volvería a dudar de la capacidad del equipo blanco para vencer en partidos trascedentes, algo indeseado para sus intereses con el choque ante los alemanes de Guardiola a la vuelta de la esquina. Por ejemplo, cayó (2-1 y 4-3) en los dos partidos jugados esta temporada ante el Barcelona.

Ambos rivales cuentan con un buen número de ausencias, producto de un calendario terrible y la sobrecarga de partidos. El Real Madrid echará de menos sobre todo a su gran estrella, Cristiano Ronaldo, mientras el Barcelona se ha quedado sin Piqué y su técnico, Gerardo Martino, deberá improvisar soluciones en defensa. Bartra padece una sobrecarga y Puyol lleva más de un mes parado con diversos problemas. Es probable que el técnico rosarino tenga que volver a recurrir a la opción del centrocampista Sergio Busquets como improvisado central.

Por lo demás, el Real Madrid situará a Di María en lugar de Cristiano Ronaldo junto a Benzema y Bale. La única duda es ver si en la medular cuenta con la opción defensiva de Illarramendi o la alternativa más osada que supone dar entrada a Isco. Mientras, Sergio Ramos se recuperó a tiempo y estará en la defensa junto a Pepe, Carvajal y Fabio Coentrao, sustituto del lesionado Marcelo. Y bajo el arco estará Casillas, guardameta blanco en la Copa del Rey y uno de los héroes blancos de la final de 2011.

Conocidas las dudas físicas del Barcelona, la cuestión que medita Martino es ver si juega con un 4-4-2 o recupera el 4-3-3, añadiendo a Alexis o Pedro al dúo compuesto por Neymar y Messi.

Precisamente, buena parte de los focos estarán situados sobre el argentino, quien está viviendo en las últimas semanas las mayores críticas desde que debutó en el Barcelona. Sus compañeros necesitan la mejor versión de Messi, según se demostró en las últimas derrotas del equipo.

Será un duelo de colosos y un juego de posesiones. Así lo analizó el técnico del Real Madrid, Carlo Ancelotti, quien situó el control del balón como una de las claves para ganar el título.

"Tenemos que considerar la posesión del equipo contrario, que es muy buena. Debemos tener el control de juego y una posesión eficaz. Para tener esto necesitamos coraje y personalidad, las cualidades más importantes para jugar una final", declaró en rueda de prensa.

Para Martino, la clave pasa por ver al mejor Barcelona. "Somos un equipo muy transparente. Va a ganar si juega bien o, al menos, si juega mejor que el rival. El Barça ha perdido incluso jugando mejor que el rival, pero nunca ha ganado cuando ha jugado peor", recordó.

Mestalla presentará un aspecto imponente que dejará heridas en el perdedor. Sobre todo si es el Barcelona. En el caso del Real Madrid, alimentaría las dudas en vísperas del duelo ante el Bayern Múnich, que tampoco es un daño pequeño.

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