-¿Ha alcanzado España ya su máximo nivel defensivo?

-Esperemos que no y que aún podamos dar uno poquito más, pero hay que seguir trabajando, porque ahora los partidos serán todavía más complicados.

-¿Qué tiene de especial la defensa española?

-No creo que tenga nada especial. Hacemos bien las cosas, defendemos con muchas ayudas, colaboramos con la portería y eso nos hace muy fuertes atrás.

-Es clave la pareja que usted conforma con Gedeón Guardiola. ¿Cómo se compenetran?

-Desde el primer momento nos entendimos muy bien. Con una palabra, una mirada, nos basta para ponernos de acuerdo. Él sabe lo que yo necesito y al revés. Siempre hemos tenido muy buena química y hay que seguir así, porque si algo funciona mejor no tocarlo.

-En qué ha evolucionado la retaguardia desde el último Mundial.

-El concepto es más o menos el mismo, pero el equipo ha ganado en experiencia y eso nos permite saber qué tenemos que hacer y cómo en cada momento, porque ya hemos vivido antes esas situaciones de partido.

-¿Existen diferencias entre los planteamientos atrás del anterior seleccionador y del actual?

-Manolo (Cadenas) vio que el equipo estaba funcionando y que había que tocar poco las cosas. Obviamente ha introducido matices, ha insistido en algunos aspectos que consideraba que se podían mejorar, pero la base es similar.

-¿Qué le está pareciendo la actuación de los porteros?

-Sierra ha hecho grandes partidos en los que ha sacado balones muy importantes y Gonzalo lleva tres partidos consecutivos a un nivel brutal. Son dos grandísimos porteros. Quizás no tienen el reconocimiento de Sterbik, pero lo importante son los números.

-¿Existían dudas tras confirmarse la ausencia de Sterbik?

-No, porque ya vivimos esta situación el año pasado, fuimos al Europeo sin Arpad y con esta mismo portería conseguimos medalla.

-¿Qué hay que hacer ante el poderoso ataque danés?

-Dinamarca está jugando muy, muy rápido, moviendo la pelota a mucha velocidad. La clave estará en hacer que no se sientan tan cómodos, que no les corra tanto el balón, que no tengan esa fluidez y obviamente controlar a Mikkel Hansen, que es quien tira del carro en los momentos decisivos.