Hípica · Concurso Internacional de Doma Clásica en la Real Escuela

Yo para ser jinete quiero un camión

  • Así es la vida itinerante en el diminuto apartamento de un camión de caballos. Para el portugués Antonio Amaixa, lo raro es vivir en una casa.

Antonio Amaixa hace la mudanza cada diez días. De lunes a miércoles se esparce en los cien metros cuadrados de un cómodo apartamento de cuatro dormitorios, salón, baño, cocina y jardín situado en la portuguesa villa de Monforte, en Porto Alegre, y de jueves a domingo su hogar es el camión en el que viajan los siete caballos de María Moura Caetano, una de las mejores amazonas de doma clásica de Portugal, hija y hermana de rejoneadores. "Aquí soy feliz, me gusta el camión, es mi vida. No necesito más espacio, tengo todo lo necesario: una ducha, dos camas, un sofá, un microondas y un frigorífico", resumía ayer en el diminuto habitáculo que la góndola granate con matrícula de Alentejo reserva para el chófer entre la cabina y los boxes traseros en el que viajan los caballos lusitanos de la familia Caetano.

Antonio cerró la maleta el pasado miércoles, subió los caballos y se agarró al volante del mercedes caminito de Jerez, donde hoy concluyen las pruebas del concurso internacional de doma clásica de la Real Escuela del Arte Ecuestre. La carretera es el pasillo de su casa y los fados de Amalia Rodrigues y José Lito Maia, el hilo musical de su hogar itinerante. "Las carreteras de España son más grandes que las portuguesas, es más relajado conducir aquí, aunque a mí me da igual, me gusta conducir, y si es de noche mejor. Siempre voy escuchando a mis fadistas favoritos, tengo muchas cintas de casette, todas de música fado, así me siento cerca de Portugal, que es la mejor tierra del mundo", explica mientras muestra la colección musical del trailer.

A las cinco de la mañana, Antonio apaga el despertador. Una ducha es lo siguiente antes de bajar la escalera del apartamento rodante. Ahora es el turno de los caballos, que esperan el desayuno a pocos metros del vehículo, en los boxes portátiles del concurso. "Les preparo la primera comida del día y mientras comen el pienso limpio las camas, los cepillo y los dejo preparados para empezar el entrenamiento diario. Después voy a desyunar a un restaurante con otros compañeros de otros camiones y a la vuelta sigo trabajando. Tengo que limpiar las monturas, las cabezadas y trenzar la crin a los caballos". A las siete de la tarde, los pura sangre lusitanos que han crecido haciendo kilómetros junto a este hombre de cuarenta y dos años están en 'pijama' y es entonces cuando Antonio puede dispersarse con otros compañeros y hacer turismo por la ciudad. "He estado visitando Jerez, es una ciudad muy bonita, aunque lo que más me gusta es el restaurante Capote, aquí cerca, se come muy bien".

Para Antonio, lo raro es vivir en una casa. A los doce años se subió al camión con su padre, que también conducía para familia de rejoneadores, y nunca más bajó. El mundo del caballo lo pide todo. El máximo esfuerzo, el máximo trabajo, la máxima pasión y todo el calendario, de enero a diciembre, del día 1 al 31. ¿Vacaciones? Antonio dibuja una sonrisa tierna, alegre, de profunda felicidad, como si su descanso temporal estuviera a la vuelta de Jerez. "Esto es una religión, en este trabajo no hay vacaciones. A los caballos hay que cuidarlos cada día, son parte de la familia, puedo descansar algún día, pero no hay vacaciones, no es posible", asume orgulloso.

Esta tarde es el momento de volver a casa. En Alentejo, a Antonio le espera su familia, sobre todo su hija de doce años, que parece haber heredado la pasión por el fado y por el camión. "Siempre que no tiene colegio viene conmigo de viaje, a España o a Francia. Le gustan mucho los caballos y la vida del camión, que es la vida del concurso. Llegar, bajar los caballos, acomodarlos en los boxes, hacer las camas, dar el pienso... Es nuestra religión, nuestro trabajo y ella lo siente con la misma pasión, porque esta vida es bonita y porque nuestros caballos lusitanos son los mejores del mundo. Volveremos a casa con premios seguro".

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