Deportes

El pelotón va a misa los domingos

Salvador García San Emeterio es Salva, a secas, el cura de la Vuelta desde hace 30 años. Aquí tiene feligreses de varias nacionalidades e improvisa una capilla todos los domingos en el hotel de la organización para oficiar una misa y que, de ese modo, Dios "bendiga al pelotón".

A sus 63 años, Salva es un símbolo de la ronda española, como los Lagos de Covadonga o el puerto de El Angliru, no muy lejos de su Cantabria natal. "Empecé en 1986. Estaba de cura en Ermua y Mallabia y tenía vinculación con el Orbea. Por mi relación con Txomin Perurena estaba invitado a algunas carreras y así, sin darme cuenta, me fui involucrando", rememora.

Salva ha oficiado las bodas de muchos ciclistas, como Julián Gorospe, Marino Lejarreta o Pedro Horrillo. "También he bautizado a varios hijos de ex ciclistas. Gran parte del pelotón y yo hemos tenido una buena relación, muy grata", añade.

Todo empezó porque, en plena carrera, los creyentes y practicantes tenían dificultades para poder ir a misa los domingos. "La vida en la Vuelta es complicada y en tiempos de los hermanos Franco como rectores de Unipublic y del director Maximino Pérez empezaron a solicitarme una misa los domingos e improvisábamos una capilla en un hotel", indica.

Pero su dedicación ha ido mucho más allá en este tiempo. "He sido conductor de la organización, he llevado a los comisarios, al equipo antidopaje o a los médicos, siempre he echado una mano en lo que podía".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios