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Estreno del Recre con sufrimiento a costa de la Balona

  • Un penalti absurdo selló la remontada del Decano ante un rival que mereció más

La Segunda B le dio la bienvenida muy pronto al Decano. Le costó adaptarse, sufrió mucho de inicio, se fue creciendo con el paso de los minutos y terminó sumando su primera victoria, la primera de las que vendrán en el largo camino de regreso de paraíso. Fue su paso por La Línea de la Concepción una píldora clara de lo que le espera. Nadie le va a regalar nada. Cada punto se sufre, su suda y hasta se sangra si es preciso.

Dos minutos, una acción imperdonable en la categoría y gol en contra. El fútbol de bronce castiga más la endeblez que la falta de calidad. Antes rentabilizan los modestos sus pocos recursos que quienes no igualan en sangre a su oponente. Una transición rápida, una defensa mal colocada y blanda y Juanpe que cruza ante Rubén Gálvez. Lo que espera si el Recre lo confía todo a su superioridad técnica y no aporta como mínimo la misma agresividad que sus rivales. La Segunda B no hace prisioneros.

El Recre recuperó la necesaria pausa al cuarto de hora. Los onubenses tomaron el mando para equilibrar la contienda. Una preciosa jugada diseñada entre Miguelito, Ale Zambrano y definida de forma espectacular por Antonio Domínguez en una volea que encendió el partido. El gol cambió el cariz del choque. Los linenses calmaron su ímpetu y al Decano le permitió calmar sus nervios. El choque ganó en calidad por ambos bandos, con un juego mucho más controlado.

El Decano echó en falta en esta primera media hora de juego más presencia de Kikas. El portugués tardó en adaptarse a lo que requería el choque y se perdió en los primeros minutos tratando de tener la pelota en lugar de buscar la circulación con más velocidad. El dinamismo albiazul fue el principal peligro para los linenses, que cuando vieron a los albiazules moverse y doblar por bandas lo pasaron muy mal. La Balona respondió al contragolpe. Zamorano se encontró con el palo en el 35.

Del 2-1 pasó el partido al 1-2. Es el fútbol. En los metros finales la calidad recreativista se impuso de nuevo. Rubén Mesa hizo lo que se espera de un nueve y cedió al segundo palo para que Antonio Domínguez de nuevo empalase al fondo de la portería local.

La Balona que salió del vestuario fue otro equipo. Un huracán albinegro cogió dormido a un Decano que nuevo salió dormido. Cinco lanzamientos de esquina en menos de cinco minutos evidenciaron la diferente intensidad en el arranque. Los linenses remataron todas los lanzamientos hasta que Rivas sorprendió a Rubén y los defensores con un cabezazo bombeado que se coló por encima del cancerbero. No fue fútbol, fue agresividad. De nuevo la sangre metió a la Balona en el partido y despertó un partido en el que el único que siguió aletargado fue el Recre.

De nuevo se equilibró un choque que vivió sus últimos 25 minutos en el alambre. En una sucesión de rápidas transiciones e intercambios quedó patente que quien aprovechase su oportunidad, tendría el partido. Así lo comprendió José Dominguez. El preparador luso dio entrada a Keita para aprovechar su potencia y dinamismo.

El mismo bote que evitó el tanto de Rubén Mesa unos minutos antes propició un penalti tan absurdo como claro de Joe. El balón golpeó en su mano y el colegiado lo tuvo claro. Jesús Vázquez no falló para adelantar de nuevo a los recreativistas. Pudo ser un final plácido si en el desenlace final Antonio Domínguez hubiese redondeado su actuación con un hat-trick cantado que no supo materializar. En la réplica casi empata de nuevo la Balona. No lo logró, brindando la primera victoria recreativista.

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