CD Guadalcacín · Cónil CF

Este Guada está muy vivo (2-1)

  • Rosillo, de penalti, y Javi Tamayo, en el descuento, voltean el 0-1 y sellan la primera victoria jerezana.

Cuando pintaban bastos, el Guadalcacín sacó fuerzas de flaqueza, creyó en sí mismo y volteó el 0-1 con el que el Conil le había puesto el partido peligrosamente cuesta arriba, sumando su primera victoria del curso, que se ha hecho esperar demasiado. Y como no podía ser de otra manera, llegó de forma agónica: en el descuento, en inferioridad numérica tras la expulsión de Piñero y con lo puesto, con el juvenil Joselito y Rodri, Alvarado y Raúl en el campo. El cabezazo del Chispa fue la recompensa a un equipo que nunca bajó los brazos ni perdió la fe y castigó a un Conil entonado en la primera mitad pero venido a menos en la segunda, superado por el empuje local.

En efecto, los azules se reivindicaron tras la manita encajada en San Roque, y eso que la moral de los jerezanos recibió otra estocada cuando Joselito se sacó un zurdazo al cuarto de hora que cogió a contrapié a Lebrón. Más malas noticias para el Guada, al que parecía haberle mirado un tuerto: hasta tres remates estrellaron los de Ismael en los palos -el de Juan Rosillo no entró de forma inverosímil-, que además perdían en el tramo final a Piñero, quizás su futbolista más entonado, por roja directa.

Pero como bien está lo que bien acaba, la porfía del Guada acabó por traducirse en buenas noticias: además del primer triunfo porque el que la sigue la consigue, los dos delanteros -primero Rosillo y luego Tamayo- vieron puerta y Manu Macías va a ser una catapulta en los partidos de casa para este equipo, en el que los de la casa -Rodri en la guerra de trincheras, Joselito por la izquierda y Raúl y Alvarado empujando- no desentonaron y contribuyeron al arreón final.

Dicho está que fue una victoria agónica y angustiosa, porque la moral del Guada recibía un torpedo en la línea de flotación con el zurdazo de Joselito al borde del área. Antes Mawi había firmado un jugadón por la izquierda que no encontró rematador. El 0-1 escuece al Guada, que trata de irse arriba pero no encuentra el camino hacia Juanjo y comienza a bombear balones a Javi Tamayo, pero las mejores ocasiones llegan a balón parado, sobre todo en los saques de banda de Manu Macías, una catapulta sobre la muralla defensiva conileña.

Un cabezazo de Javi Tamayo y un envío al segundo palo que Juanjo mide mal, aunque luego reacciona bien y tapa el remate local, parecen animar al Guadalcacín y el Conil empieza a perder el control del partido porque Narváez ya no se asocia tanto con Mariño, aunque Pedrito se echa el equipo a la espalda en ataque y sigue creando muchísimos problemas a los azules.

El choque entra en un quiero y no puedo del Guada hasta que a la media hora un saque de banda de Man Macías lo remata Rodri estrellando el cabezazo en el palo y el rechace va a las manos de Juanjo; la primera mitad acaba con Tamayo encarando al portero visitante y cediendo a Rosillo pero un defensa mete el pie para evitar el empate.

En la segunda mitad el Guada toca zafarrancho de combate y da un paso adelante, y su presión agobia a un Conil ya incapaz de rasear el balón: el intercambio de pelotazos parece que beneficia a los visitantes, que van ganando, pero poco a poco arrincona a los amarillos en su campo.

A esto contribuye una y otra vez Manu Macías, que desde la banda pone el balón en el corazón del área rival. En una de éstas, Tamayo peina al segundo palo, donde Rosillo remata en inmejorable posición pero al larguero; en otra, Tamayo prolonga de cabeza para Rosillo, cuyo cabezazo desvía como puede Juanjo a córner.

El partido va a menos y se enquista en el centro del campo: el Conil parece cómodo y trata de desperezarse pero Lebrón solo tiene que intervenir en un despeje fuera del área en una contra amarilla, y en la siguiente jugada, con medio Conil protestando un fuera de banda señalado a favor del Guada, el rápido saque acaba dentro del área con Rosillo recortando a Escalón, que no puede evitar meter el pie. El propio Rosillo aprovecha la pena máxima, empate que da alas al Guadalcacín: Rodri combina con Piñero y habilita a Rosillo, que entra por la banda derecha hasta la cocina pero en vez de buscar a Tamayo, impaciente en el punto de penalti, busca portería casi sin ángulo pero remata fuera.

No se desespera el equipo de Ismael y un chutazo de Alvarado lo desvía un defensa, estrellándose en la parte superior del larguero. El saque de esquina lo cabecea en el segundo palo Joselito, que deja el balón en el punto de penalti sin que ningún compañero pueda rematarlo. El Conil trata de salir pero cada robo de balón del Guada es una ocasión, como la que Juanjo desbarata lanzándose a pies de Tamayo. Ni la roja a Piñero amilana al Guada, que saca fuerzas de flaqueza y no acusa la inferioridad numérica en el descuento -el Conil había hecho los tres cambios y Silveira tardó en regresar al campo tras la patada del jerezano-; ya en prolongación, un saque de banda de Manu Macías desde la cantina lo remata con todo Javi Tamayo, entrando como una locomotora desde atrás y cabeceando al segundo palo, desatando la fiesta en la grada y la euforia en el banquillo local. No era para menos. Este Guada está muy muy vivo.

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