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Albertito decide el derbi

  • El Deportivo se queda con los tres puntos en un encuentro sin juego brillante y con escasas oportunidades de gol Los xerecistas, justos vencedores, siguen en la zona alta

Chapín es talismán esta temporada para el Xerez Deportivo. Los de Vicente Vargas continúan con su excelente trayectoria en el Municipal y ya llevan tres de tres, ante tres rivales nada fáciles y con distintas formas de concebir el fútbol. La victoria les permite mantenerse en la zona de privilegio de la clasificación.

Un gol de Albertito, nuevamente el más listo de la clase y en esta ocasión suplente, le dio a los xerecistas la victoria en un derbi con poco juego, con demasiado respeto mutuo y en el que las oportunidades de gol brillaron por su ausencia tanto en una como en otra portería.

El derbi fue para el Xerez porque fue mucho más ambicioso, arriesgó más, confió mucho más en sus posibilidades y se mostró mejor físicamente que el Jerez Industrial en el tramo final del encuentro.

Vargas y Mena se habían repartido piropos durante la semana, habían escondido sus armas y a la hora de la verdad demostraron que se conocían a la perfección. Los dos tenían miedo a perder y realizaron algunas variantes en sus onces. Carlitos Álvarez fue novedad en los locales y Mena cambió de banda a sus extremos.

El Deportivo, de todos modos, siempre estuvo un punto por encima de un cuadro blanquiazul que no ofreció su mejor versión ni mucho menos y a los cinco minutos ya pudo abrir el marcador. Un remate de cabeza de Carlitos, que salió con muchísimas ganas, lo atajó Adri. Y un minuto después, una gran asistencia del delantero azulino al segundo palo, no la mandó Quirós al fondo de la red porque un defensa sacó el balón cuando se colaba.

Eran los mejores minutos de un derbi que por entonces prometía. Pero, al Xerez comenzó a costarle tomar las riendas del centro del campo y ni Alberto ni Carlos Cabeza mandaban con autoridad suficiente y el peso recaía en un Israel que tuvo que multiplicarse.

El Industrial, mientras tanto, apenas daba señales de vida en ataque, pensando más en defender que en atacar. Era consciente de que le sería difícil hacer daño a una zaga azulina que en casa se está mostrando segura.

La grada no volvió a animarse con un uy hasta el último suspiro de una primera parte que se hizo casi eterna. Un balón largo de Barragán no lo aprovechó de milagro Carlos Cabeza. Adri detuvo el balón pero se le escapó y el azulino no estuvo atento.

Los dos equipos pedían a gritos el descanso y tras el parón, más de lo mismo. El Industrial saltó al terreno de juego de rosa, dejando en la caseta su clásica elástica blanquiazul, y el guión se repitió. Si en el primer acto ya tuvo que sacar un balón bajo palos, en el minuto 48, Alberto Orellana tuvo que emplearse a fondo para evitar un tanto cantado ya en la grada de Abraham con su meta Adri totalmente descolocado.

A partir de ese momento, con poco ritmo en el juego, ni unos ni otros tenían prisas por apretar el acelerador para intentar abrir la lata. Los de Mena, que ganaron algo más de mordiente con los cambios, querían pero no podían. Aún así, en el minuto 67, Juanito Benítez colgó una falta al corazón del área que pudo hacer daño a los azulinos tras uno de los poquísimos despistes del guardameta Ángel.

Al Industrial no le salía nada, ni siquiera tenía fortuna en las acciones de estrategia. Todas se le marcharon al limbo.

Cuando el partido entraba en sus últimos veinte minutos, apareció, como no podía ser de otro modo, Albertito. El centrocampista, ayer suplente, había entrado diez minutos antes en lugar de un Carlos Cabeza que lo dio todo pero que no estuvo inspirado y desequilibró el derbi.

Quirós, todo pundonor y uno de los destacados por sus continúas internadas por la banda izquierda, peleó un balón en el centro del campo, se lo llevó con un poco de fortuna y Albertito no desaprovechó la oportunidad. Superó con su habitual calidad a un inseguro Adri.

Con 1-0, el Industrial estaba obligado a abrirse y a arriesgar si quería empatar el encuentro. Los azulinos ahí comenzaron a tirar de experiencia y llevaron el choque a su parcela.

Israel se había hecho ya el dueño de la parcela ancha y Albertito, con su punta de velocidad, junto a Quirós intentaban una y otra vez ganar la espalda a la zaga visitante, muy adelantada ya en esos momentos.

Pero en el fútbol siempre hay una máxima que se suele cumplir, el que perdona acaba perdiendo. En el minuto 80, Cabello metió el miedo en el cuerpo a la grada de Chapín. Enganchó un buen disparo que no entró de milagro, tocó lo justo en un defensa y la pelota se marchó a saque de esquina. Juanito Benítez lo botó sin consecuencias.

La confianza industrialista, tras ese serio aviso fallido, perdió enteros y ya fue el Xerez el equipo que se encargó de matar el partido y de sacar provecho a todas sus acciones ofensivas.

Albertito, en el minuto 82, perdonó el 2-0. Otra vez después de una buena acción de Quirós, no acertó a resolver. Se entretuvo con el balón dentro del área, los defensas blanquiazules se le echaron encima y le impidieron rematar con comodidad.

Israel, ya casi con el tiempo cumplido, también estuvo muy cerquita del 2-0, en una acción que le hubiese servido para poner el mejor broche posible a su buen encuentro. Desde la frontal del área, le pegó con el alma a un balón que se le marchó por centímetros por encima del larguero.

Y el derbi terminó con suspense, y eso que los xerecistas lanzaron hasta tres saques de esquina seguidos. Daza, en el último suspiro del descuento, colgó al área un balón en un lanzamiento de falta que sacó de perfecto el protagonista de la tarde, Albertito.

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