A Guillermo Escribano, no se le cayeron los anillos el día que decidió continuar su carrera en la categoría más baja del fútbol español. A pesar de contar con una reputación contrastada, el ariete azulino apostó por un nuevo proyecto en la ciudad que le vio nacer hace 32 años. A base de goles, el ariete jerezano ha ayudado al club a superar barreras y categorías, en parte, gracias a la ayuda divina de su inseparable amigo Antonio Puerta.

Tras finalizar la anterior temporada como máximo artillero de Segunda Andaluza, el reto de este año puede parecer que será el mismo, pero para Guille, lo más importante es que "el equipo ascienda. Da igual quién quede máximo goleador. Si el equipo asciende, con eso me doy por satisfecho".

En este nuevo curso, además de la experiencia que puedan aportar los nuevos integrantes de la plantilla, necesitaremos ver la mejor versión de Guille: "Hay que ver la mejor versión de todos los componentes del ataque. Personalmente, en mí no va a quedar. En lo que respecta a la temporada, la afronto de igual manera que las anteriores. Con mucha más responsabilidad, objetivos totalmente distintos, pero no olvidemos que esto es fútbol, que hay que poner al Xerez donde se merece, que no es nada menos que el año que viene esté en Tercera", afirma el azulino.

Teniendo en cuenta el nivel de los refuerzos de algunos equipos, este año la exigencia será mucho mayor que las temporadas anteriores: "No sé verdaderamente qué equipos estarán arriba, pero todo el mundo pinta al Ciudad de Lucena como favorito o como uno de ellos por cómo se está reforzando. Pero yo creo que si nosotros hacemos las cosas como tenemos que hacerlas, no tendremos ningún tipo de problema para quedar entre los dos primeros", comenta el jerezano.

Durante sus tres temporadas en el equipo, ha tenido que perderse buena parte de la competición por culpa de las lesiones. Reconoce que llega bien físicamente al inicio de la pretemporada pero "las lesiones son una cosa que están ahí. La que tuve el año pasado en la rodilla es una cosa que no se puede controlar. Hice un golpeo a puerta, me cogió mal y eso no se puede controlar, pero sí que en todo lo que pueda pondré de mi parte para que no haya ni el más mínimo riesgo de lesión".

A la afición, el delantero xerecista solo le pide que les den el último impulso "porque han sido tres años que a nadie le ha gustado por todo lo que hemos sufrido y todo lo que hemos pasado tanto dentro como fuera del campo. Que metan ese pequeño empujón para ya estar ahí a las puertas de categorías que una ciudad como Jerez se merece, que no es otra que Tercera División y luego mirar cotas mayores y haber si somos capaces de superar la campaña de socios del año pasado".