Migue Amoedo. Director de fotografía

"He intentado ver por los ojos de Lorca y traducir sus versos"

  • Este sevillano está nominado a los Goya en la categoría de Mejor Fotografía gracias a 'La Novia', la daptación de 'Bodas de Sangre'.

Migue Amoedo (Sevilla, 1976) está nominado a los Goya en la categoría de Mejor Fotografía gracias a La Novia, una adaptación de Bodas de Sangre de Federico García Lorca, espectacular trabajo en el que colma de simbolismo la luz de la película que dirige Paula Ortiz. En la actualidad, Amoedo trabaja en dos series de televisión, El ministerio del tiempo y Vis a Vis. Su reto es trabajar con Pedro Almodóvar. La entrega de los galardones del cine español será esta noche en una gala que tendrá lugar en el Hotel Auditorium de Madrid.

-No sólo está nominado al Premio Goya por Mejor Fotografía, sino que ha conseguido que en cualquier crítica que se precie se comente su trabajo, ¿está orgulloso?

-La verdad es que es alucinante lo que está pasando en esta película. Los directores de fotografía solemos estar en el background de los rodajes, nadie nos conoce. Que destaque un proyecto en concreto es cosa del público, mi dinámica de trabajo es siempre la misma.

 

-¿Cuál ha sido el mayor reto de poner en escena los versos de García Lorca?

 

-Cuando Paula me propuso este proyecto me dio un poco de vértigo, es hacer visible un texto que está en el imaginario colectivo. Tenía mucho miedo al ridículo, aunque eso te da una responsabilidad que puede haber hecho que la película haya florecido de esta forma. 

 

-¿Cree que Lorca se imaginó los ocres de su película?

 

-Lo primero que hice fue leer muchos textos de Lorca, no sólo Bodas de Sangre, y sí que intenté plasmar su simbolismo. Me he basado en él, su espíritu y su ángel me ha acompañado, he intentado ver por sus ojos y traducir a imágenes sus versos.

 

-Es la segunda vez que trabaja con Paula Ortiz, ¿cómo es ella en el trabajo?

 

-Paula es una chica con una apariencia muy dulce, pero que tiene una fortaleza interior que no lo parece. Esta película era un salto al vacío y ella con su carisma y con su forma de ser ha hecho que el equipo se tire. Ha sido una película rodada en unas condiciones bastante duras, climatológicas y económicas, pero que no ha renunciado nunca a la ambición de adaptar a Lorca y crear esas imágenes tan poderosas. Todo el mérito es suyo. 

 

-Cuéntenos cómo es su trabajo, lee el guión y ¿lo pinta en su cabeza? 

 

-Sí. Primero hago una lectura muy ligera, quiero saber de qué va, pero ya allí empiezo a imaginarme un poco las cosas, luego desgloso por localizaciones, necesidades técnicas... Y luego voy cogiendo al ser tangencial... Creo que es la parte más bonita de nuestro trabajo, la visualización de esos mundos. 

 

-Y en el rodaje ¿cuántas cosas dependen de usted?

 

-El director nos dice lo que quiere, pero nos delega el posicionamiento de la cámara, el ángulo, la focal, la óptica, filtros... Tenemos muchas herramientas, pero también controlamos  el posicionamiento de las luces dentro del set.

 

-Para conseguir una película con este nivel de fotografía ¿cuánto trabajo hay en el rodaje y cuanto en la posproducción?

 

-Mi teoría es que todo tiene que entrar en la cámara, lo máximo. No me gusta demasiado manipular a posteriori, creo que eso le da verdad y potencia a la imagen. Aunque por supuesto tenemos un apartado muy importante de la posproducción, el etalonaje, que es la corrección de color de los planos. Este proceso puede durar hasta dos semanas. 

 

-¿Con qué director le apetecería trabajar?

 

-A Paula no la dejo por nadie, pero luego.... con Almodóvar. Es como la bestia negra de los directores de fotografía, casi nunca repite. Es un reto. Yo creo que al haber trabajado con tantos directores, en tantas cadenas... podría funcionar con él. 

 

-Aunque los datos de taquilla de La Novia no han sido del todo malos, no son suficientes para ser una película con 12 nominaciones ¿qué le pasa al público español?

 

-Es normal. Nos toca a la gente nueva hacer un lavado de cara. Necesitamos un poco de cariño del público, pero entiendo que hay gente que se metió en una sala de cine en los noventa y era lo mismo que tirar sus euros. ¿Por qué? Porque para conseguir las subvenciones había que estrenar.

 

-¿Es verdad que es tan difícil hacer cine en España?

 

-Es horrible, es heroico, es un milagro. Porque en España las televisiones actúan como grande majors, como las americanas, y hay tres televisiones, dos privadas y una pública. Si te la financian Telecinco o Antena 3 puedes optar a un gran presupuesto, si te subvenciona Televisión Española será algo inferior, pero es que si no te financia ninguna eres un héroe. El motor de estas películas, como La Novia, es la ilusión.  

 

-También hay que verlo del lado del empresario que invierte un dinero que no recupera. 

 

-La Novia salió con 54 copias, pero  esa misma semana estábamos con Ocho apellidos catalanes, que tenía 730 y a la siguiente entró Star Wars con mil trescientas y pico... El motor que tienen de publicidad y de marketing  es increíble.

 

-¿Es entonces un problema de distribución?

 

-Hay que abrir ventanas. Ha sido clamoroso que un presidente de la Academia fuera contra la exhibición en internet. Teníamos un lobby en la cúspide. Hay películas que quieren ser vistas y gente que quiere verlas pero no hay ventanas suficientes. 

 

-Si ahora mismo tuviera al ministro de Cultura delante (a saber quién será) ¿qué le pediría?

 

-Más cultura de verdad. Que facilitara el acceso a los cines, a los teatros, a los conciertos. En la pasada legislatura han estado esclavizados ciertos ministerios al de Hacienda. Un 21% de IVA, y sé que somos muy repetitivos, no ayuda.

 

-Usted se formó en la Universidad de Sevilla, en la carrera de Comunicación Audiovisual ¿qué tal la experiencia? 

 

-Para mí muy buena, allí conocí a gente como Fernando Franco, ganador de varios Goya por La Herida, o como Nacho Arenas, compañero mío de sonido en La Novia. Creo que lo más importante  fue encontrar un círculo de gente con mis mismas inquietudes. Yo no podría haber hecho La Novia si no hubiera pasado por la Facultad de Sevilla. 

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