Elecciones autonómicas

Gallegos y vascos votan bajo la atenta mirada de España

  • Los principales líderes políticos se han volcado en la campaña de unas elecciones autonómicas que pueden servirles para medir sus fuerzas en un momento clave, con un mes de plazo para formar Gobierno y evitar así los terceros comicios.

Tras una campaña electoral en clave nacional, las regiones españolas de Galicia y País Vasco votarán el domingo en unos comicios locales que pueden influir en la formación de Gobierno en España, en medio de una crisis política sin precedentes en el país tras más de nueve meses sin  Ejecutivo. Unos 2,2 millones de gallegos y 1,7 millones de vascos están  llamados a las urnas para elegir a sus representantes en las respectivas Cámaras regionales, formada cada una de ellas por 75 diputados.  

Pero estas elecciones pueden servir también a los partidos de  ámbito nacional para medir sus fuerzas en un momento clave en el  país, que tiene un mes de plazo para formar Gobierno y evitar así la  convocatoria de los terceros comicios generales en un año. Las negociaciones entre partidos, estancadas desde hace meses por las líneas rojas de cada uno de ellos, quedaron prácticamente  paralizadas en las últimas dos semanas, a la expectativa de conocer  los resultados de las urnas en Galicia y el País Vasco.  

Los líderes de las principales fuerzas políticas se han volcado en  las campañas de ambas regiones, que finalizan este sábado marcadas por el anuncio que realizó el jueves el líder del Partido  Socialista (PSOE), Pedro Sánchez, quien a partir del lunes tratará de liderar un Gobierno alternativo al del conservador Mariano Rajoy.  "Lo que pretende Sánchez lo permite la aritmética, pero no la  razón ni la voluntad de los españoles y contra la razón y la voluntad  de los españoles no se puede construir el futuro de este país", dijo este sábado Rajoy en un acto electoral en el País Vasco. Ante la crisis interna que vive el PSOE, con su líder cuestionado por algunos de sus dirigentes, el resultado que obtenga en Galicia y  el País Vasco puede influir en las negociaciones: uno malo podría  suponer un serio revés para las intenciones de Sánchez, mientras que  uno bueno podría reforzar al líder socialista dentro y fuera del  PSOE.  

También el Partido Popular (PP) de Rajoy se la juega, especialmente en Galicia, tradicional feudo conservador. En esta región, una clara victoria podría dar cierto aire al líder conservador tras su reciente fracaso en su intento de ser investido  jefe del Gobierno en el Congreso de los Diputados de España, aunque  las posibilidades de que Rajoy vuelva a presentarse a una investidura  son cada vez menores.  

Tanto el líder del PP como el del PSOE, primero y segundo en los comicios generales celebrados el 26 junio en España, necesitan el apoyo de otras fuerzas para liderar un Gobierno en España. Pedro  Sánchez rechaza permitir gobernar a Rajoy y sus mensajes contra él  durante esta campaña se han tornado aún más duros, si cabe.  

En Galicia, tierra natal del líder conservador, las encuestas dan una clara victoria al PP, con Alberto Núñez Feijóo a la cabeza. En el País Vasco, vuelven a situar en primer lugar al Partido Nacionalista Vasco (PNV), liderado por Iñigo Urkullu. Ambas regiones son las dos únicas en España que aún no han medido  en las urnas el impacto de los dos nuevos partidos surgidos en  España: Podemos, considerado en un primer momento heredero del  movimiento de los indignados, y el liberal Ciudadanos.  

En Galicia, el foco está puesto en buena parte en Podemos y En  Marea, coalición izquierdista que dio la campanada en mayo de 2015 al  lograr algunas de las alcaldías gallegas más importantes. En el País  Vasco, se espera que la irrupción de Podemos en el Parlamento sea  fuerte y que abra un hueco entre los partidos nacionalistas e  independentistas -PNV y EH Bildu- y los llamados constitucionalistas  -PP y PSOE-. En las segundas elecciones sin ETA en el País Vasco, Podemos pisa  los talones en los sondeos al partido independentista EH Bildu, segundo tras el PNV y considerado heredero de la ilegalizada  Batasuna, que durante años fue el brazo político del grupo armado  separatista. Por detrás quedan en los sondeos PP y PSOE, opuestos a  la secesión.  

En contraste con los comicios de hace cuatro años, la cuestión de  la independencia del País Vasco pasó a un segundo plano en la campaña  electoral vasca cinco años después de que ETA anunciara el cese de la  violencia tras matar a más de 800 personas durante medio siglo en su  afán por conseguir la ruptura de la región con España.  

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