Salud sin fronteras

José Martínez Olmos

Robot sanitario andaluz

NO siempre se tiene conocimiento del potencial del sistema público de salud para generar innovación, desarrollo y empleo. Últimamente los responsables sanitarios nacionales han dado demasiadas señales negativas sobre la sanidad pública en términos de ser insostenible por ser un pozo sin fondo. Señales interesadas en conseguir un deterioro de imagen y una coartada a los recortes presupuestarios.

Sin embargo, la sanidad pública andaluza da muestras de apoyo a la innovación, al desarrollo y al empleo y lo hace en múltiples facetas. En Córdoba, un equipo de ingenieros y cirujanos andaluces, ha desarrollado el prototipo del primer robot quirúrgico español.

Un proyecto pionero en España que pretende democratizar la cirugía robótica a través de una herramienta práctica, versátil y mucho más económica que pudiese ser utilizada en distintas especialidades quirúrgicas, según plantean sus impulsores.

Este robot permitirá al cirujano operar sentado frente a una pantalla con visión 3D empleando simplemente unas gafas y no dentro de una consola, única solución que ofrece el mercado actualmente. Gracias a ello, podrá controlar todo lo que acontece en quirófano. Este sistema en 3D aumentará la confianza del cirujano, ya que la visión del campo quirúrgico será similar a la que se tiene en la cirugía abierta convencional.

La colaboración de instituciones públicas con la sanidad pública cordobesa y la Universidad de Córdoba ofrece este espectacular resultado y ha creado 21 empleos directos desde 2012.

Traigo este asunto a mi tribuna de hoy porque me lleva a poder argumentar en torno a la importante de apostar por la sanidad pública no sólo por razones de mejorar la salud para todos, sino porque es un banco de pruebas fundamental para la investigación científica, de la cual se derivan avances diagnósticos y terapéuticos que son de enorme utilidad para la salud de las personas y colaboran en el desarrollo económico de nuestra sociedad. Este robot cordobés permite atesorar esperanzas de que Andalucia puede liderar la innovación desde servicios públicos fuertes y orientados a las necesidades de los pacientes.

Es uno de los muchos ejemplos que desde la sanidad pública andaluza podemos mostrar y que nos hace sentir un orgullo contendido por disponer de profesionales de alta cualificación capaces de generar progreso y bienestar desde lo público.

Sigamos por este camino que es la mejor forma de hacer real el progreso social desde el impulso institucional con instrumentos que están en nuestras manos como comunidad autónoma que debe aspirar a los máximos objetivos de desarrollo y bienestar.

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