¿Qué tal lleva eso de trabajar al lado mismo de la Feria del Caballo?

— Pues muy bien. Es más, siempre he intentado que  el Hotel Jerez sea un establecimiento de referencia respecto a esta fiesta tan nuestra. Es más, mi eslogan es que el Hotel Jerez está a un semáforo de la Feria a la hora de ir y a cuatro patas cuando toca volver.

— ¿Conseguirá despistarse algún día?

— En Feria hay que estar al pie del cañón. Quizás consiga descansar el sábado, que me lo dedicaré a mí mismo y a descansar. Mi intención era hacerlo el viernes, pero han surgido asuntos importantes y será imposible.

— ¿Cree que la Feria terminará animándose o la crisis la dejará paradita?

—  He estado este año en las ferias de Sevilla y Rota y ambas han terminado animándose, si bien hay que tener en cuenta que ambas coincidieron con el puente de mayo, que es muy buena fecha.

— Este año parece que no habrá lleno en los hoteles...

— Nuestras previsiones apuntan a que a partir del miércoles se animarán las ocupaciones de cara al fin de semana, quizás no llenemos pero rozaremos el ‘no hay habitaciones’.

— ¿Cuáles son los principales atractivos de la Feria de Jerez?

— Esta fiesta tiene muchos valores, desde la simpatía de la gente al colorido, pasando por la alegría, la amabilidad y algo tan importante como que se puede entrar en todas y cada una de sus casetas.

— Usted, que ha conocido a multitud de clientes procedentes de otras culturas, podría señalar qué es lo que más llama la atención a un extranjero...

— Es una mescolanza de cosas. El colorido les atrae una barbaridad, así como el hecho de que los caballos y las personas compartan el mismo espacio físico en la fiesta, que no haya una separación física entre ambos. El ambiente, la forma de vestirse que tienen tanto los caballistas como las mujeres o la belleza de los enganches también hacen sus delicias. Todas estas cosas, tan normales para nosotros, hacen de la Feria del Caballo algo completamente único a los ojos de nuestros visitantes.

— ¿Su plato preferido?

— Los pimientos fritos.

— ¿Cuáles prefiere, los italianos o los cuerno de cabra?

—  ...Los que estén más ricos.