Feria de Jerez

"Las largas noches de montaje de antaño se perdieron para siempre"

El próximo 13 de mayo cumplirá 59 años. Manolo Lugo, 'Manolo el del Camino del Rocío', lleva ya 26 años presente en la Feria del Caballo con mayor o menor implicación con la caseta a da que su negocio de toda la vida la nombre. Este veterano de los hosteleros jerezanos se confiesa un nostálgico de aquellas noches de montaje de casetas en las ferias de antaño. Algo que, como dice la sevillana, "se fue para no volver más" como "la onza y el tazón de manteca colorá".

- Don Manuel, ¿qué echa usted de menos cuando vuelve la cabeza y recuerda aquellas ferias que ya no volverán?

- Sobre todo echo de menos las noches en las que nos reuníamos centenares de personas en el parque González Hontoria para acometer el montaje de las casetas. Era algo mágico. La fraternidad y el compañerismo estaban ahí, a flor de piel. Eran unas noches en la que se prestaban martillos, tablones... Era, por así decirlo, una feria mucho más pequeña pero de mucho trabajo a gusto, de mucha tapita y de mucho guiso...

- Se le nota nostálgico...

- Aquellas noches, ya se lo digo, eran realmente hermosas. Eran casi mágicas. No volverán.

- ¿Un momento especial?

- Pues la Feria del 92, cuando nos tiramos seis meses montados en pleno centro de la Feria. Todos los que somos hoy alguien en el mundo de la hostelería local estuvimos allí. Fue el caso de grandes profesionales como el siempre admirado Papanata, Don Pepe, Faustino Rodríguez, Paco Lechuga, Joaquín Marín... Fue duro, pero muy especial.

- Tras tantos años imagino que habrá alguna anécdota que recuerde con cierto gracejo...

- Fíjese cómo eran las cosas por entonces que el mismo electricista que te montaba el cuadro eléctrico y la iluminación llegaba incluso a quedarse a trabajar de camarero. A uno de ellos se le cayó el destornillador en la freidora y metió la mano para cogerlo por inercia...

- ¿Qué platos son sus favoritos para degustar en un día de Feria?

- A mí siempre me han funcionado muy bien los espárragos. Tanto los revueltos como las tortillas han tenido grandísima aceptación por parte del público.

- ¿Y una bebida?

- El vino fino

- ¿Es usted un consumidor del Hontoria o suele degustar los caldos de la tierra?

- Soy un consumidor habitual. Bajo mi personal punto de vista el vino de Jerez es de lo más sano que te puedes echar al cuerpo. Buena prueba de ello es que hay muchísimas personas que llevan años consumiendo nuestros vinos y tienen una edad realmente avanzada. ¿Algo tendrá cuando lo bendicen? ¿No?

- ¿En qué cree usted que puede radicar esa magia del vino de Jerez?

- ¿Usted a visto cómo lo tienen en las bodegas? El vino de Jerez es como un niño mimado. Está allí con un montón de gente encima suyo para que no le pase nada, para que nada le afecte. Algo que me duele mucho y en el alma es que no se venda más. Eso no es justo.

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