José García. Secretario local de CGT, sindicato mayoritario en el Ayuntamiento de Jerez

"La plantilla municipal ha dado un paso al frente para frenar esta agresión brutal"

  • El líder de CGT ya augura, en el arranque de las movilizaciones contra el ERE en el Consistorio, que esta decisión "pasará factura" a Pelayo

A partir de las diez de la mañana de hoy arrancan las movilizaciones de la plantilla municipal para tratar de frenar la medida más drástica que incluye el segundo Plan de Ajuste del Ayuntamiento, aprobado en pleno el pasado viernes 30 de marzo: un ERE extintivo para 390 empleados del grupo municipal. Bajo un clima de unidad sindical forzada por los dramáticos acontecimientos y con el lema 'Ni un despido en nuestro Ayuntamiento', el líder de CGT, sindicato mayoritario en la plantilla municipal, analiza el antes y el después de una decisión que, de consumarse en el próximo mes de mayo, marcará la historia reciente del Ayuntamiento.

-Los 17 despedidos de septiembre de 2007 significaron cuatro meses de guerra sindical hasta la readmisión. En esta ocasión, se ha planteado un ERE para 390 empleados , ¿la lucha se prevé larga, no es así?

-En aquellos momentos nosotros vivimos un auténtico calvario. Si ahora hay que poner el acento en la unidad sindical con independencia de las diferencias, no olvidamos que entonces nos encontramos absolutamente solos en la lucha por la readmisión de estos compañeros. En todo caso, ahora hacemos una apuesta por la unidad y estamos en la línea de consensuar todo tipo de movilizaciones que lleven a condicionar la actitud que está adoptando actualmente la alcaldesa.

-¿El ambiente en la plantilla después de aquel aciago Viernes de Dolores es de resignación?

-Hay una mezcla de sensaciones en el conjunto de la plantilla: por una parte hay un gran número de trabajadores que preguntan con inquietud si les tocará a ellos y, por otro, el pasado miércoles pudimos constatar la respuesta que se tuvo a la hora de bloquear el Ayuntamiento como medida de presión. El personal ha dado un paso al frente para frenar esta agresión brutal. Una agresión que supera en grado superlativo al tema de los retrasos salariales; hablamos de que muchas familias se quedarían sin sustento. Cuando tengo que ser crítico, incluso con las posiciones de nuestra propia organización, lo soy, pero me siento muy satisfecho con la reacción del personal, tanto de nuestros afiliados como con los de otros sindicatos. La situación es muy seria porque la reforma laboral es un cheque en blanco en manos de las administraciones y los empresarios, con los trabajadores reducidos a la mínima expresión.

-¿Puede prosperar la vía jurídica para frenar este ERE municipal?

-Jurídicamente pocas cosas podemos hacer. Las leyes las hacen los poderosos y se confeccionan en contra de los débiles. Tenemos que acostumbrarnos a decir la verdad, que es el principio más revolucionario que hay. Y en consecuencia tenemos que decir que las leyes laborales actuales están muy por encima de aquellas leyes represivas del franquismo para favorecer a la patronal. No quiero mostrar una postura de desánimo porque el militante obrero tiene que buscar fuerzas de donde no las haya para responder a estas agresiones de las que somos víctimas sin ser responsables de la actual situación.

-¿Considera que había otra alternativa a tenor de la situación crítica municipal o ha sido la medida más fácil o, si me apura, populista?

-Lo primero que hay que dejar claro es que tenemos graves diferencias con la alcaldesa, en tanto en cuanto ella es la alcaldesa y yo soy representante sindical y me debo a quienes represento. Pero, desde luego, los trabajadores medios no somos responsables de la crisis actual. La responsabilidad de esto la tienen los anteriores gobiernos y éste, y siempre hemos entendido que había medidas no traumáticas como, por ejemplo, la reducción salarial drástica de los grandes sueldos municipales. El tema del ERE lo vemos como la vía rápida para no negociar nada: ni servicios extraordinarios, ni horas extra, ni productividades, ni salidas pactadas con personal que estamos en los 60 años... Es lógico que el Ayuntamiento tenga que abonar todas sus deudas a sus proveedores pero no compartimos ni la forma ni el fondo del procedimiento, ¿por qué cerca de 400 millones y no 200? ¿Por qué como consecuencia de esos pagos hay que despedir a gente? Son dictados de un Partido Popular que está mostrando su cara más reaccionaria y que nada tiene que ver con ese discurso que plantearon en las sucesivas campañas electorales, incluida la de la propia García-Pelayo.

-¿Pasará esta decisión factura a la alcaldesa y al PP en el futuro?

-Debe ser consciente que en torno al Ayuntamiento, trabajadores y familias, hay una influencia muy determinante en los resultados electorales que obtuvo en 2011. Calculamos que unos 20.000 votos, cuatro o cinco concejales, tienen relación directa con el Ayuntamiento, así que por supuesto que esto le pasará factura, tal y como le ocurrió a la anterior alcaldesa, que además de una política nefasta se dedicó a atacar al personal.

-¿No cree que el gobierno local rema con la opinión pública a favor en este segundo Plan de Ajuste?

-Hay una corriente de opinión instalada mediante la que no se hace más que denostar al empleado público y eso contribuye a la idea de que en el Ayuntamiento no se trabaja o no se rinde y eso es incierto. Prestamos infinidad de servicios y una alcaldesa debe gobernar para la ciudad pero no debe dar la espalda a sus empleados porque somos un activo de este Ayuntamiento.

-¿Hasta qué punto los sindicatos han sido corresponsables de haber llegado a esta situación límite?

-Creo que los sindicatos debemos hacer una crítica importante en el devenir de este Ayuntamiento en los últimos años, pero de verdad, de verdad creo que no hemos tenido influencia en el desastre organizativo y financiero. Los que dominan los hilos son los altos cargos y fundamentalmente los respectivos gobiernos municipales que han tenido que decidir en cada momento.

-¿Se han hecho los remolones cuando hubo que negociar medidas menos traumáticas, como el ERTE o el nuevo convenio?

-Podemos tener responsabilidad a la hora de imprimir mayor o menor velocidad a los acuerdos, pero nuestra misión es luchar por nuestros representados. Creo que si hubiésemos entrado en una fase de negociación donde las pretensiones municipales hubiesen sido razonables, no habría habido problema. Lo que no vamos es a santificar decisiones que pasen por el despido. No sé cómo piensa el PP reducir el paro en Jerez, pero esto es contribuir en la dirección opuesta.

-¿Desde la CGT están poniendo toda la carne en el asador? Ha habido críticas sobre un papel más pasivo en esta legislatura frente a la guerra abierta contra la anterior alcaldesa del PSOE.

-Nuestra actitud frente a Pilar Sánchez fue de instinto de supervivencia. Sus medidas fueron de abuso de poder y tenían como único fin tratar de aniquilarnos, y eso hizo que todos nos conjurásemos para ir contra ella. No es una mujer muy reflexiva pero pienso que se habrá lamentado muchas noches de haber emprendido esos ataques personales contra esta organización. Tenemos nuestros medios para combatir esos abusos e incluso otras armas no confesables. No es una amenaza, pero quien viene a por la CGT nos encuentra.

-Hoy empiezan las movilizaciones, ¿qué espera de los próximos meses, habrá marcha atrás?

-Ante las circunstancias adversas creo que hay levantarse. No tenemos derecho ahora ni al abatimiento ni al desánimo, hay que seguir el ejemplo de ilustres sindicalistas jerezanos como Juan Conde y Sebastián González. Tenemos que consensuar los actos que podamos, pero la CGT desde luego está instalada en clave de acción directa. Invito al resto de sindicatos a que hagan sus propias acciones con independencia de lo que hagamos en conjunto porque ahora lo que importa es hacer reflexionar al gobierno municipal. Tengo esperanza, aun admitiendo la gravedad de la situación, en que modifiquen este auténtico zarpazo a la plantilla. Si lo hiciesen, nadie debería entenderlo como una rectificación o una muestra de debilidad.

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