El Ayuntamiento está tramitando una ordenanza que regulará la implantación de elementos publicitarios en la ciudad que, entre otras determinaciones, incidirá en la prohibición de ubicarlos en el centro histórico y en las azoteas de los edificios. No obstante, y en paralelo, está en proceso de elaboración otro cambio normativo que abre la puerta a excepciones a esta restricción.

El pleno aprobará el próximo viernes una modificación puntual de la normativa del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que, entre otros aspectos, influirá en las exigencias sobre protección del paisaje urbano y natural. De este modo, se permitirá, "de manera excepcional y en atención al interés general, aceptar propuestas de implantación de elementos singulares en edificaciones y espacios públicos que contribuyan al embellecimiento de la escena urbana". Fuentes municipales explicaron que, con la incorporación de esta singularidad, se dará cabida a elementos publicitarios existentes en el centro histórico desde hace décadas que dejaron su cometido promocional originario para convertirse en un detalle más de la imagen de la ciudad. Ejemplos evidentes son los rótulos publicitarios de marcas de vinos jerezanos ubicados en El Gallo Azul, una de los edificios más emblemáticos del centro histórico. Sin embargo, el gobierno local, por el momento, se muestra cauto a la hora de dar nombres de posibles 'indultados' señalando que los cambios normativos continúan tramitándose y que las posibles excepciones se estudiarán una vez entren en vigor.

Mientras tanto, la nueva ordenanza de publicidad, que está actualmente en exposición pública y que prohibe la instalación de elementos de promoción de productos en el centro, deja fuera de regulación los rótulos de los establecimientos. Eso sí, hace mención de las vallas publicitarias, un formato que solo estará permitido en los suelos industriales de propiedad privada para publicitar la propia actividad y en los terrenos públicos en los que se tenga una concesión administrativa del Ayuntamiento.

Otra de las novedades del nuevo reglamento municipal, que sustituirá a uno aprobado en 1985, es la prohibición de dejar octavillas publicitarias en los vehículos estacionados en la vía pública. El gobierno local justificó ayer esta medida en una "queja de la ciudadanía" provocada por la "invasión que sufren en sus vehículos" de este tipo de publicidad, una situación que asegura "se agrava los días de lluvia, encontrándose, a veces, momentos de deterioro o de falta de higiene". No obstante, apuntó que al encontrarse la normativa en exposición pública y, por tanto, en periodo de alegaciones, "el texto definitivo de la ordenanza recogerá las modificaciones derivadas de aquellas alegaciones que sean estimadas".