El balance del Consejo General del Poder Judicial de 2013 muestra, por primera vez en varios ejercicios, un aumento del número de divorcios y separaciones registradas en la ciudad. En concreto, el pasado año cerró con un total de 616 rupturas matrimoniales, superando muy levemente los datos de 2012 cuando hubo 612. Esto supone un incremento de apenas un 0,65%. Por meses, en el primer trimestre entre divorcios y separaciones se alcanzaron las 125 rupturas; en el segundo trimestre la cifra subió hasta las 157, incluyendo una nulidad matrimonial (la cuarta registrada en la última década). Los datos de este semestre supusieron una caída cercana al 14% respecto a los datos del mismo semestre de 2012. Sin embargo, entre julio y septiembre el número de divorcios y separaciones llegó a 150 y, en el cuatro trimestre del año, se alcanzaron las 184 rupturas.

Entre los datos a destacar, llama la atención que el número de divorcios consensuados en 2013 (276) es menor al número de divorcios que terminaron sin acuerdo (299). En el caso de las separaciones, sin embargo, ocurrió justo al contrario: 30 se cerraron con acuerdo y sólo en una decena no hubo consenso.

Si se tienen en cuenta las cifras de la última década, como es lógico el dato más destacado se registró en el año 2005 con la cifra más alta de disoluciones matrimoniales: 771. A partir de entonces, las rupturas de matrimonios en los juzgados han ido descendiendo, aunque con leves repuntes como ha ocurrido en 2013, tras tres años de caída. El dato de 2005 supuso 222 divorcios y separaciones más que en 2004, pero se debió básicamente a la puesta en marcha del denominado divorcio exprés; ya que con este nuevo procedimiento se acortaron de manera significativa los trámites a la hora de poner fin a una relación conyugal. Hay que recordar que hasta la puesta en marcha en 2005 del divorcio exprés, para obtener el divorcio era preciso cumplir con un doble trámite: obtener la separación y solicitar el divorcio cuando hubiese transcurrido al menos un año. Con la reforma, sin embargo, el único requisito común es que hayan transcurrido tres meses desde que se hizo efectivo el matrimonio y que exista acuerdo entre ambos miembros de la pareja. De este modo, además, se ahorran costes, ya que los cónyuges no tiene que pagar los trámites de la separación y, posteriormente el divorcio, sino que pueden optar por la opción que prefiera.

A nivel nacional, según los datos recogidos por la Sección de Estadística del Consejo General del Poder Judicial, todos los tipos de disoluciones matrimoniales experimentaron en 2013 una disminución con respecto al año anterior, con excepción de las nulidades, que se incrementaron en un 8,5 %. Excluyendo las nulidades, las demandas de separación y divorcio -tanto de mutuo acuerdo como no consensuadas- registradas en España el año pasado fueron 124.797, lo que supone un descenso del 1,7 % respecto de las 126.996 presentadas en 2012. Por territorios, Extremadura y Murcia son las únicas Comunidades Autónomas en las que el año pasado se registró un incremento tanto de los divorcios de mutuo acuerdo como de los no consensuados. En cuanto a las separaciones, solo en la Comunidad Foral de Navarra se incrementaron tanto las separaciones consensuadas como las contenciosas.