Miguel Salado. Guitarrista

"No entiendo por qué se recurre ahora al jazz con lo poderoso que es el flamenco"

  • A los diez años ya tenía su primera guitarra en la mano y desde entonces ha sabido labrarse el futuro con una personalidad propia en la que se percibe una impronta romántica

-Trabajando mucho...

-La verdad es que no puedo quejar porque últimamente tengo muchas cosas, tanto con Alonso Rancapino hijo como con José Canela, Vicente Soto y Cepero.

-Hay que buscar alternativas....

-Sí porque el trabajo no está como antes, aunque sí que es verdad que depende de la fase del año. Por ejemplo, yo este año lo he notado mucho en Navidad, que estaba acostumbrado a hacer unas pocas de zambombas y poder estar tranquilo enero y febrero, y sin embargo no he hecho ninguna.

-¿Y eso a qué se debe? ¿La dichosa crisis?

-La crisis tiene que ver pero también el hecho de que a veces se va a trabajar por muy poco dinero y eso no es bueno. A esta profesión hay que tenerle un respeto y exigir un mínimo. Para mí el flamenco es un artículo de lujo y el que quiera acceder a él lo tiene que pagar. Yo prefiero ir de balde o vender dos pulseras de plata que ir a tocar por cincuenta euros. Durante años muchos mayores lucharon por esto y ahora no podemos tirarlo todo por tierra.

-¿No será porque ahora hay mucha necesidad?

-Sí, eso está claro, pero creo que hay que poner una línea y decir, de aquí no se puede pasar, si no ya sabes, 'pan pa hoy y hambre pa mañana'. Porque entonces abusan de los artistas. Este mundo es pequeño y uno se entera de todo, y a lo mejor el que te va a contratar tiene dinero pero como sabe que has ido a algún sitio por 50 euros no te da lo que debería. Creo que deberíamos unirnos todos para que esto no pase, porque los artistas ganaban más antes que ahora.

-¿Cómo es el día a día de un guitarrista?

-Como cualquier persona lo que pasa es que hay que dedicarle mucho tiempo a la guitarra. La guitarra es algo mío, es mi forma de expresarme, por eso cuando no tocas es como si te llevaras un día entero sin hablar. Estos días, por ejemplo, he estado viendo Semana Santa y estaba loco por llegar a mi casa y tocar esa melodía que había escuchado en una marcha.

-Se le considera a usted más un guitarrista de acompañamiento, ¿le molesta esa etiqueta?

-No me molesta porque es lo que soy. A mí lo que siempre me ha gustado ha sido el cante, lo que pasa es que conforme he ido cogiendo la guitarra me he ido decantando por ella. Ahora disfruto con el cante y con el toque.

-Hace poco llegó a las semifinales del Concurso de Hospitalet. ¿Cuando va a concursos como ese, cambia su día a día?

-No demasiado, lo que pasa es que cuando vas a hacer guitarra de concierto necesitas más técnica y eso requiere horas. Este año me gustaría ir de nuevo a Hospitalet y al de La Unión. Es otra historia, porque tienes que ponerte las pilas en otros aspectos, pero realmente tengo ganas de abrirme más campos.

-Dicen los que le conocen que es usted muy perfeccionista, ¿llega a obsesionarse?

-(Risas) Sí, eso me dice mi madre, que estoy majara. Yo nunca acabo contento después de actuar, siempre busco algo. Es como una enfermedad (risas), pero es que soy así.

-¿Y cuándo disfruta Miguel Salado tocando?

-Pues mira, cuando estoy en una reunión de amigos. Ahí es donde de verdad me encuentro, porque es ahí donde está el verdadero flamenco. Afortunadamente, esto va por etapas y si antes me ponía nervioso cuando tocaba en un teatro o en una peña, ahora no, intento disfrutar. Soy joven, pero he tenido la suerte de acompañar a muchos artistas y en ese sentido puedo presumir de tener muchas vivencias.

-Como guitarrista ¿le gusta mirar atrás?

-Claro que sí, eso deberían de hacerlo todos los guitarristas. Todos tienen el deber de fijarse en lo que hubo y en lo que hay. Las falsetas propias, por ejemplo, te las dan los años, y antes es bueno beber de los maestros, pero beber siempre y cuando suenes a flamenco porque últimamente hay cada cosa... Pero en el toque y en el cante. Los jóvenes tenemos la obligación de aprender de los que están porque afortunadamente aún podemos hablar con Manuel Morao, con Paco Cepero, Rancapino...De todos ellos se aprende. Yo cada vez que escucho a Rancapino cuando cuenta sus vivencias y sus historias, disfruto, de eso también se aprende, independientemente de que luego me guste Ketama u otro tipo de música.

-Ya que habla de fuentes, ¿de cuántas ha bebido usted?

-Mira, aquí en Jerez creo que no hay nadie de quien no haya cogido algo, desde Antonio Jero hasta El Carbonero pasando por Balao, Fernando Moreno, Periquín, Paco Cepero o con Parrilla, que eso lo sabe poca gente. Yo me llevé cuatro años yendo a su casa todas las tardes y ahí aprendí muchísimo, pero ya no sólo de guitarra sino de anécdotas y vivencias que me gustaban. Aquí en Jerez tenemos muy buena escuela y eso debemos aprovecharla.

-¿Y qué es lo primero que debe tener un guitarrista?

-Uff, ahora está de moda eso de ser formal. Si eres formal trabajas y si no, no. Lo que hay que hacer es cantar y tocar bien (risas). No, en serio un guitarrista debe conocer el cante y no salirte del flamenco porque incluso para los solistas hay terreno ahí, como el que recorría Sabicas o Esteban de Sanlúcar. ¡A ver quién es capaz de hacer los trémolos y los arpegios que hacían! Ahora mismo la cosa está confusa, y lo que hay que tener claro, tanto si te dedicas a acompañar como a la guitarra solista, es que por encima de todo está el flamenco, no hace falta irte al jazz ni cosas de esas.

-Entonces eso de transportar tonos, ¿va con usted?

-Claro que me va. Mira, ese mensaje es el que lanzaba Paco de Lucía y sin embargo no han sido capaz de detectarlo, sólo se le ve la rapidez, 'Entre dos aguas'...Detrás de Paco había un mensaje claro, y es que podía hacer todo, pero su guitarra sonaba flamenca. Ahora por ejemplo hay gente que se va a acordes de jazz y a escalas de jazz sin un porqué y eso no es bueno, entre otras cosas porque eso lo escucha un músico de jazz y se ríe de ti. Con lo poderoso que es el flamenco, que tengamos que recurrir a eso...

-Usted siempre se ha reconocido 'tortista', ¿qué ha sido Juan para Miguel Salado?

-(Se para y se emociona) Hablar de El Torta es lo máximo. La primera vez que le acompañé fue en el Camino del Rocío con 13 años. Yo no he conocido a nadie que me haya transmitido más que él, además, sabiendo de cante más que nadie lo que pasa es que la gente tiene una imagen de él que no se correspondía con la realidad. Juan tenía una mente privilegiada y adelantada a su tiempo, lo que pasa es que lo tenían como un boliza. Para mí era un sabio humilde. Yo me he comido las uvas en casa de su hermano y lo he escuchado cantar por serrana, cartagenera o granaína y tenerte que chocar. Eso le comentado estos días con mi padre, igual que cuando existía la Venencia y se formaba allí con las saetas con el difunto Juan Morao, El Mono, Los Moneo.... Eso pasará a la historia.

-Viendo su web veo que da clases online, ¿cómo es eso?

-Pues mira, lo he hecho porque mucha gente me lo pedía, y tengo un enlace para darlas por skype. La verdad es que estoy muy contento porque estoy dándole clase a gente de Irán, de Estados Unidos, de Japón...También doy clases los lunes y los miércoles aquí en el Pago San José. Me gusta enseñar y disfruto muchísimo.

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