Jerez

El expolio de edificios abandonados se multiplica en varias zonas de la ciudad

  • Vecinos de las calles Asta, San Francisco Javier y Taxdirt denuncian la dejadez y muestran su temor ante el aumento de la delincuencia

Aunque no es tan goloso a nivel informativo como puede ser un desahucio, los abandonos de muchos inmuebles por embargos bancarios se han multiplicado a la velocidad del rayo en los últimos tiempos en Jerez dejando un panorama desolador. Y es desolador socialmente hablando, sobre todo si tenemos en cuenta las dificultades que hoy por hoy padecen muchas familias de la ciudad para conseguir un techo donde cobijarse.

Hablamos de inmuebles que por distintas razones fueron embargados por las entidades bancarias debido a problemas económicos de sus constructoras o promotoras y que actualmente lucen como una parte más del paisaje que ha dejado la crisis.

El abandono de todos ellos no solamente ha terminado en un expolio total y sin ningún tipo de miramientos, sino que genera toda una serie de problemas para algunos vecinos de viviendas cercanas que se quejan de "peleas, ruidos e incluso fuegos" de madrugada.

Es el caso de un edificio de viviendas situado en la calle Asta. Su obra estuvo prácticamente finalizada, pero un embargo de última hora paralizó su entrega. "Estaba todo, sólo faltaba dar la luz y el agua", comenta un empleado de un negocio cercano.

Como en otros casos similares, el embargo provocó que el bloque quedase en el limbo y durante un tiempo permaneció intacto. Hasta que empezó el expolio. "Se han llevado todo, desde los cables, los sanitarios, los azulejos, las ventanas...", -asegura un vecino de la zona- que un día quedó asombrado al ver cómo "se llevaban el ascensor".

Todo sin que nadie haya puesto remedio a los constantes robos. "La Policía venía, cogía los datos de los que había y poco más porque decían que si no había denuncia no podían hacer nada", explica uno de los mecánicos del taller colindante.

La realidad es que a día de hoy el inmueble, de cuatro plantas y con unas vistas preciosas pues se puede apreciar la iglesia de Santiago desde algunas de sus terrazas, no es ni la sombra de lo que era. Dentro de algunas habitaciones encontramos heces, restos de fuegos e incluso zonas en las que no hace mucho ha estado viviendo gente. "Ahí han vivido varias personas, lo que pasa es que al final se marcharon", explica otro vecino.

Sin embargo, no es el único edificio al que la crisis ha destrozado. Muy cerca, en la calle San Francisco Javier, que conecta Lealas con Asta, encontramos, justo en el número 10, otra vivienda totalmente expoliada. "Esta casa era preciosa, no hay nada más que entrar", dice una vecina indignada con lo que ve. "El banco se la embargó a los dueños y mira cómo ha quedado", dice.

Unas manzanas más abajo, en la calle Taxdirt, existe otro inmueble que padece el mismo problema que las anteriores. En el número 23, justo enfrente de la escuela de idiomas, su rehabilitación se frenó en su día y ahora se encuentra abandonado y también ha sido víctima de los cacos. Además, según los vecinos ahora "la habitan ocupas".

En el barrio se quejan también de la ocupación de algunas viviendas en la calle Cantarería y calle Nueva. "Se han metido por la cara y encima son poco sociales", apuntan impotentes ante el aumento de la delincuencia.

En los últimos meses este tipo de situaciones también se han producido en otros puntos de la ciudad como la calle San Clemente, donde han desvalijado por completo un bloque entero o las viviendas de Cerro Fruto, donde se llevaron todo lo que había en su interior. En otras zonas como El Pelirón, muchos propietarios de viviendas vacías temen que la 'comunidad ocupa' que reside en el barrio siga 'conquistando' plazas sin que nadie les frene.

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