Jerez

Piden tres años a una abuela por asestar un botellazo en una pelea

  • Justifica que lo hizo para proteger a una niña pequeña a la que iban a arrollar durante la reyerta

Fue una reunión familiar que acabó mal. Decidieron marcharse desde Jerez a El Puerto a pasar un buen rato. Iban la abuela, las hijas, los hijos, los yernos... incluso los nietos. Pero todo se torció merced a un rifirrafe, una pelea y un botellazo final propinado nada menos que por la abuela.

El lugar de los hechos fue el parking de La Pontona, el estacionamiento de vehículos que se ubica junto a la conocida plaza de las Galeras de El Puerto, el lugar desde donde hace pocos años zarpaba el famoso Vaporcito de El Puerto. Los jerezanos, así al menos lo sostiene su abogado, el conocido letrado Manuel Hortas, estaban allí intentando pasárselo bien cuando todo comenzó a torcerse. Los jerezanos se quedaron junto a una Ford Transit (con matrícula 7243DCX), propiedad de Mario P., cuando éste pidió a los acusados que se retirasen del lugar. "Tras el típico 'tú que miras, yo miro lo que me da la gana' se montó la pelea".

Los dos jóvenes, el propietario de la furgoneta y el miembro de la familia jerezana que responde a las iniciales José G. B., se enzarzaron y en su disputa a golpes estuvieron a punto de arrollar un cochecito de bebé con una niña 'a bordo'. La abuela, ni corta ni perezosa, le asestó un botellazo en la cabeza a uno de los contendientes. Ni que decir tiene que no se lo asestó a su familiar, sino al rival de la 'otra parte'.

Este asunto fue contemplado por un policía local de la vecina localidad de El Puerto, que actuó de inmediato con la ayuda de otros dos agentes municipales, abrió atestado y concluyó con papeleos de todo tipo, que llevaron al preceptivo juicio que tuvo lugar ayer.

Pasó el tiempo (los hechos acaecieron hace casi justamente dos años, el 2 de septiembre de 2012 para ser más exactos) y la riña acaba con una solicitud de tres años de prisión para la abuela por parte de la Fiscalía. Se trata de Juana B. R., una señora de poco más de 60 años, que podría acabar en la cárcel por el botellazo que estampó en la cabeza del joven que a punto estuvo de arrollar a su pequeña nieta. Todo ello, ni que decir tiene, puso punto final a lo que se preveía como una plácida tarde y que acabó de muy mala manera.

Los hechos, según la Fiscalía, son constitutivos de un delito de lesiones. " A consecuencia de los hechos (el agredido) sufrió lesiones consistentes en excoriaciones en la región cervical y cervical posterior, laceraciones en la región dorsal y polincontusiones que para sanar requirieron además de una primera asistencia facultativa (exploración clínica y radiológica) la administración de analgésicos, antiinflamatorios, cura local y aplicación y retirada de una grapa". Las lesiones en cuestión tardaron en curar 14 días. No hubo secuelas posteriores ni el agredido tuvo que dejar de desempeñar sus tareas profesionales.

En su solicitud, el Ministerio Fiscal pide, además de los tres años de prisión tanto para la abuela como para su familiar, que se indemnice al agredido, que responde al nombre de Mario P., de 23 años, con 420 euros por las lesiones recibidas durante la pelea.

Cabe destacar que en el transcurso de la pelea el jerezano agarró a su contendiente por una cadena de oro que se perdió en el transcurso de la pelea. Es por ello que junto a la indemnización por las heridas se exige igualmente que se abone el precio de la cadena, tasada en 144 euros. En un principio hubo incluso hasta una petición de condena por robo, pero finalmente se desestimó.

El juicio en cuestión tuvo lugar ayer en El Puerto de Santa María y quedó visto para sentencia.

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