La junta de gobierno de la Vera Cruz ha decidido trasladar a sus hermanos la decisión de unificar la túnica de la cofradía en un cortejo que presenta dos modelos, la de cola negra, precediendo al paso del Cristo de la Esperanza, y la clásica túnica de capa, verde y negra, ante el palio de las Lágrimas. Para esta iniciativa, la junta apela a cuestiones históricas, estéticas y prácticas, las cuales se presentarán en cabildo a los hermanos en próximas fechas.

El hermano mayor, José Ignacio Soto, explica a este medio que a la hora plantearse la iniciativa se buscó en el pasado, recordando que cuando la reorganización de la hermandad (1960) se adoptó la de capa, "sin tenerse en cuenta que la hermandad tuvo una túnica de cola en ruan de color negro en el año 1832, túnica que podría haber rescatado su diseño de entonces, del mismo modo que, con muy buen criterio, se rescató en 1984 el primitivo escudo de la hermandad con motivo de la edición del libro de la Vera Cruz de Repetto", subraya Soto. Esta es la base histórica que consta en el archivo de la hermandad. Confiesa que unificar la túnica ha sido y es una asignatura pendiente dada la complejidad que supone poner en marcha esta medida. Desde hace más de una treintena de años, el cortejo del misterio va de esparto, recorrido que usa Soto para entrar en argumentos estéticos.

A casi nadie en el mundillo cofrade se le escapa la evolución que en sus formas ha experimentado la Vera Cruz hacia un concepto más acorde con su espíritu y preponderancia histórica. Una dificultad que se visualiza en la variada gama cromática de verdes que se ven en los antifaces de terciopelo que, dependiendo del fabricante y calidades, se traduce en una sucesión de tonalidades que deslucen. A todo esto se une la cuestión económica: el coste de la túnica, que al no llevar la de cola telas 'nobles' el coste se reduce considerablemente en relación con la de capa, aunque la hermandad está dispuesta a responder para que no afecte en demasía al bolsillo de los hermanos.

Sobre el por qué de adoptar ahora esta medida, Soto se refiere a la experiencia del pasado Jueves Santo, salida en la que la Vera Cruz sumó más de un centenar de nuevos nazarenos, que en su 99 por ciento vistieron la túnica negra de cola, "con una media de edad de entre 11 y 13 años, hermanos que se adaptaron perfectamente a la cola y a la rigidez de ir en el cortejo del Cristo, sorprendiéndonos incluso el alto grado de satisfacción que mostraron tras la experiencia".