El inicio del curso escolar ha generado también una situación atípica entre los libreros, que hablan de un descenso del 60% en la venta de libros. Aunque la tendencia no es generalizada, ya que sí existen algunos que mantienen sus números habituales (todo depende de la zona y los centros establecidos en la misma), sí que gran parte de estos establecimientos han elevado formalmente quejas hasta la Federación Andaluza de Libreros para denunciar determinadas ilegalidades llevadas a cabo por algunos centros y sus Ampas.

La mecánica de esta ilegalidad consiste principalmente en la retención de los 'cheque-libros' por el centro, acaparando y controlando esas ventas, y haciendo caso omiso a lo indicado en la normativa, que habla que se entregarán "a los representantes legales del alumnado beneficiario y los libros de texto se obtendrán mediante la presentación, en la librería libremente elegida". Las instrucciones de la Consejería de Educación también indican que "no está permitida la gestión de los cheque-libros por parte de Ampas, asociaciones, o los propios centros docentes que puedan obtener beneficios de algún tipo derivados de esta gestión destinados a un gasto distinto al Programa de Gratuidad".

En otros casos, algunos libreros explican que para evitar problemas legales, muchas asociaciones de este tipo recurren a artimañas como "hacer firmar a las familias un documento por el que ceden al centro escolar la gestión del cheque antes de recibirlo para que no lo puedan canjear en otro establecimiento". También, quizás lo más común, redirigen las ventas hacia un único establecimiento, a cambio de una contraprestación. Las propias Ampas justifican esa maniobra como una contraprestación en material por parte de determinadas editoriales y establecimientos. Sin embargo, los libreros consideran que estas acciones son "competencia desleal".