Jerez

Denuncian el mal estado de los libros de texto del Programa de Gratuidad

  • La renovación de los mismos, que debería ser cada cuatro cursos, alcanza en algunos casos los siete años. La implantación definitiva de la Lomce el próximo año, el motivo para no renovarlos.

Casi un mes después del comienzo del curso escolar, muchas familias y por consiguiente, muchos estudiantes, batallan a día de hoy con el tema de los libros, pues en algunos casos todavía no han podido completar el cupo completo. Padres y madres de alumnos y profesores han denunciado que la medida implantada hace ahora casi nueve años por la Consejería de Educación no termina de funcionar, hasta el punto de que los recortes también han llegado a esta iniciativa. 

El resultado de todo es una falta de renovación en el material que desemboca en que a día de hoy muchos niños, mayoritariamente los de 5º y 6º de Primaria y 4º de ESO, estén utilizando libros con un recorrido que alcanza los siete años de antiguedad. Como es de prever, el estado en el que se encuentran dichos ejemplares no es el más idóneo, una situación que ha levantado las quejas por parte de diferentes asociaciones de padres y madres de alumnos, indignados por la no renovación de estos libros de texto.

Hay que recordar que el procedimiento a seguir con el denominado Programa de Gratuidad de los libros de texto se sustenta en que los libros son “propiedad de la Administración educativa y, una vez concluido el curso escolar, permanecerán en el centro docente para que puedan ser utilizados por otros alumnos o alumnas en el curso siguiente”. Estos deben “garantizar un uso adecuado y cuidadoso de los libros de texto; devolver los libros de texto al centro una vez terminado el curso, o en el momento de la baja en caso de traslado; reponer aquellos libros extraviados o deteriorados malintencionadamente” para lo cual los padres deberán abonar su cuantía.

Asimismo, la norma dictada por la Consejería especifica que “todos los libros de texto serán renovados cada cuatro cursos escolares”, cosa que no se está cumpliendo, al menos en determinados niveles.

Los padres se quejan de que muchos libros “vienen pintados y poco cuidados”, en parte “por el mal uso que le dan los alumnos”, pero también “por el desgaste que supone cargar con los libros diariamente”, apuntan algunos profesores. 

La crisis también ha contribuido a agravar esta situación, ya que aunque en la mayoría de centros existe una comisión que controla el estado de los libros y que es la que debe indicar, cuando se entregan a final de curso, si están o no en condiciones, lo cierto es que por lo general esta función no se cumple a rajatabla. Según recoge la propia normativa, en caso de que los libros no se encuentren en buen estado, los padres deberían abonar la cuantía del mismo, un hecho que en muchos centros no se lleva a cabo debido a la grave situación económica que atraviesan algunas familias. 

La no renovación la justifica la propia Consejería de Educación, según explican algunos libreros, en la inminente implantación de la nueva ley educativa (Lomce). A pesar de haber empezado a impartirse en primero, tercero y quinto de Primaria, profesionales del sector de la venta de libros consideran que no será hasta el próximo año cuando “haya un cambio total”, señala Juan Recio, propietario de una de las librerías más veteranas de la ciudad. “Entonces se acabará el problema”, agrega.

Pero el cheque-libro, como se denomina popularmente a esta iniciativa, está haciendo que muchas librerías, principalmente las de menor envergadura, hayan empezado a rechazar la opción, ya que “los libros comienzan a entregarse en julio, pero hasta noviembre y diciembre no los paga la Junta (algo que la Consejería avisa en su propio portal), con lo cual hay que adelantar dinero de nuestro bolsillo y todo el mundo no puede”. 

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