LA POLÍTICA EN RETROVISOR · Eloy López Cerdeño

"Los comunistas éramos el diablo"

  • "Coincido en que la justicia es un cachondeo; falta aplicar una reforma que nunca ha tenido"

La primera legislatura municipal (1979-1983) dibujó un equilibrio de fuerzas que nunca volvería a repetirse. Elegido finalmente Pedro Pacheco en el cargo de alcalde, contaba el PSA con 8 concejales, 7 la UCD, 6 el PSOE y ese mismo número el sorpresivo PCE. Eloy López Cerdeño formaba parte de la bancada comunista junto a Julián Gutiérrez Blasco, Manuel Romero Ruiz, Blanca Alcántara Reviso, Juan García Gutiérrez y Antonio Ortega Jaén.

-¿Qué hacía ese Sábado Santo de 1977?

- ¡Ah! Ese día fue el de la legalización del Partido Comunista. Volvía a Madrid después de pasar unos días en Toledo. Me supuso una alegría enorme. Estábamos ya en un proceso de hacernos transparentes después de clandestinos.

-Qué miedo, ¿no?

- Bueno, el régimen franquista era, ante todo, anticomunista, éramos como el diablo. La huella ha quedado en generaciones completas.

-¿Los genes le llevan a la política?

- Exactamente, no. Mi padre era una persona demócrata, fue un maestro republicano que se mantuvo fiel a la República, pero no militaba en ningún partido. Pero por ese hecho fue depurado del magisterio, como tantos otros. Era una persona fundamentalmente demócrata y ello caló en mí. Pero bueno, yo estuve en Madrid en un colegio mayor, el Pío XII. Era 1962. Ese año ya hubo huelgas en Asturias y, por ese motivo, los estudiantes ya comenzamos a movilizarnos. Ese pudo ser mi primer contacto, que ya ampliaría en la Universidad.

-¿Cómo llega a Jerez?

- Mi primera mujer era licenciada y accedió aquí a una plaza de profesora de instituto. Yo estaba en Madrid, en el servicio de empleo y acción formativa del Ministerio de Trabajo y solicité el traslado. Llegamos a Jerez en octubre de 1977.

-¿Con qué ciudad se encuentra?

- Acababa de celebrarse la fiesta de la vendimia. Era una ciudad con contrastes positivos, una ciudad media, pero sin los inconvenientes de la gran ciudad y muy bien situada. En poco tiempo tomé contacto con el PCE.

-¿Que le parece que dos exalcaldes se lían a tortas en los juzgados tanto tiempo después?

- Es que parece ser que todas las corrupciones que ha habido estos años no han existido... Es como si todo el mundo hubiera mirado a otro sitio. Y ahora estos temas están en el punto de mira de todos porque esto ya es insoportable. Ellos mismos han promovido las denuncias. Creo que estas situaciones deberían haberse denunciado en su momento. El poder político se ha instalado en una situación en la que todo vale; yo tengo el poder y cada uno hace lo que quiere porque nadie le ha llamado antes la atención.

-¿Le parece desorbitada la pena que pueden imponerle a Pedro?

- No me gustaría que encerrasen a nadie con quien he tenido una relación. Por otra parte, las leyes hay que cumplirlas y más aún los gobernantes, en cuestiones tan sensibles como en estos casos. Pero estoy con él cuando dijo que la justicia era un cachondeo, porque cómo explicas a la gente que haya situaciones aberrantes y no se condenen y otras situaciones que se pueden saldar económicamente y no con la cárcel. La justicia en nuestro país tiene pendiente una reforma que trate por igual a todos los ciudadanos.

-¿Cómo ha sido su relación con Pacheco?

- Difícil. Inicialmente, nos concedió algunas delegaciones que, tiempo después, nos retiró. Fuimos críticos con él, se le puso una moción de censura que, evidentemente, no prosperó porque el PSOE se abstuvo, UCD también... Lo curioso es que de 27 sólo fueron sus ocho concejales los que le defendieron. Pero creo que todos trabajábamos con entusiasmo, con mucho entusiasmo. Le diré un dato: Entramos con un presupuesto prorrogado de 900 millones de pesetas y terminamos con un presupuesto de 3.600 millones. Eso conllevó la mejora de los servicios y la infraestructura de la ciudad. Además, se vio que a la población se le podían exigir impuestos porque era un ayuntamiento democrático representativo de ellos mismos. Y que nos pudieran exigir. Era algo que no existía.

-¿Qué me dice de las primarias en Izquierda Unida?

- Hombre, yo al principio no lo aceptaba del todo bien. Se trataban de unas primarias abiertas. Era abrir las puertas al campo, muchos dirían: 'Yo soy simpatizante y quiero votar'. Y eso podría tener también un riesgo. Desde el órgano federal de IU se nos dice que habrá primarias para elegir al candidato a la Junta de Andalucía y luego, para hacerlas en los municipios de más de 50.000 habitantes. Inicialmente, me pareció fuerte, pero queda por analizar si este sistema es más o menos democrático. Así de sencillo.

-¿Y del resultado?

- Me parece contradictorio. El solicitar una nueva formula democrática, o sea, la participación de la gente me parece correcto en el sentido de organización democrática, pero al mismo tiempo te están diciendo que no se puede uno apoltronar en un sillón. Eso es una necesidad que la gente está pidiendo. Es más, los propios estatutos de Izquierda Unida establecen que, a partir del octavo año, si optas a una tercera legislatura, tienes que contar con un sesenta por ciento de apoyos y si optas por una cuarta legislatura necesitas el setenta y cinco por ciento. La política es un servicio público y no debe ser una forma de vida.

-Tras la segunda legislatura, tanto Blanca Alcántara como Juan García Gutiérrez abandonan el PCE y aparecen en el PSOE. ¿Temor a apostar a caballo perdedor?

- La verdad es que no veo una causa determinada, salvo la discrepancia. La discrepancia, quizás, en la forma de plantear nuestra política en el Ayuntamiento y lo que el comité local quería.

- Y ahora, ¿cómo ve la ciudad?

- Creo que carece de un modelo productivo acorde con las necesidades de los ciudadanos. No hay perspectivas. Hay que darse cuenta que el sector más boyante es el de servicios, el que precisamente acarrea más problemas de paro. La industria, y todos los sabemos, está totalmente relegada. Por eso, pienso que el tema de las transformaciones agroindustriales hubiera significado un grandísimo potencial para tirar de la economía. Y el Parque Tecnológico Agroindustrial debiera haber jugado un papel clave.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios