Sanidad

Las Urgencias que no vieron los americanos

  • Un servicio con pocos recursos, donde los colapsos han dejado de ser ocasionales y abocado al cambio para mejorar los tiempos de respuesta y la asistencia.

La intención de miembros del Pentágono de visitar el hospital de Jerez y más en concreto su servicio de Urgencias, petición que la Junta relacionó directamente con la intervención de las bases de Rota y Morón en el operativo contra el ébola en África, y negado a su vez por la Embajada americana y el Gobierno central, ha puesto en el punto de mira a un hospital y en concreto a un servicio que arrastra desde hace tiempo no pocas carencias. Más de un profesional se sonrojaba esta semana ante el panorama que se hubieran encontrado los americanos si la visita se hubiese producido y más si se da por buena la tesis de la Junta, es decir, que el motivo de la visita no fuese otro que supervisar la preparación del hospital para afrontar posibles casos de ébola entre los militares americanos.

De un lado, las medidas que se han adoptado hasta el momento en el hospital y sobre todo , en Urgencias, la puerta de entrada de casos sospechosos de ébola, no acaban de satisfacer totalmente al personal. No siendo hospital de referencia para el ébola, -el único en Andalucía es el Virgen del Rocío, en Sevilla- , el protocolo establece que ante la llegada de un paciente con sospecha de portar el virus, éste tendría que ser aislado en una habitación que ya se ha habilitado en el área de Urgencias. No obstante, según ha venido criticando el Sindicato de Enfermería, dicha sala no dispone de un espacio intermedio - el SAS asegura que estructuralmente es imposible realizar esa obra- en el que los profesionales tendrían que ponerse y quitarse los equipos individuales de protección, los ya conocidos monos, que en el caso del hospital de Jerez no son tal sino batas largas, que, en opinión de los trabajadores, no ofrecen suficientes garantías de seguridad.

Hasta hace unos días, el servicio de Urgencias del hospital no disponía tampoco de un enfermero para realizar el triaje de los pacientes que entran por el área desde las dos de la madrugada a ocho de la mañana. El triaje, por el que los enfermos se catalogan a su llegada en cuatro niveles, en función de su gravedad para priorizar la asistencia, era realizado en esas horas de la noche por el celador de la entrada. Aunque ahora la valoración se realiza ya por una enfermera las 24 horas del día, ésta se encuentra en una consulta de Enfermería en el periodo de la noche, lo que para un caso sospechoso de ébola -aseguran los profesionales- tampoco sería operativo porque obligaría al paciente a pasar por distintas dependencias, y al DUE a desdoblarse desatendiendo las consultas para ocuparse del triaje.

Precisamente las Urgencias de Jerez son unas de las primeras en las que está previsto que se ponga en marcha el nuevo Plan de Mejora de las Urgencias Hospitalarias, uno de los proyectos estrella de la Consejería de Salud en esta legislatura. El plan recoge una serie de disposiciones organizativas, asistenciales, de recursos humanos y de reestructuración de espacios físicos con el fin de mejorar la atención y reducir los tiempos de asistencia. Una de las medidas contempladas es extender el llamado sistema estructurado de triaje denominado 'Manchester modificado', que, según la Consejería, existe en el 85% de los centros, aunque no en el de Jerez. La pasada semana en las Urgencias del hospital se empezaron a dar ya algunas charlas al personal sobre este sistema informático que divide las prioridades de atención en cinco niveles, en vez de los cuatro que se siguen utilizando en el hospital, en función de la gravedad y establece tiempos de espera del paciente en el área para cada uno de ellos. La primera impresión, según los profesionales, es que poner en marcha este sistema exigirá contar con más personal, unos recursos de los que el hospital, tras los recortes, anda escaso.

El actual área de Urgencias Generales del hospital se abrió en 2001 y su espacio duplicaba el que existía hasta entonces en unas instalaciones totalmente obsoletas. Su apertura tampoco estuvo ajena a la polémica, ya que en un principio el SAS pretendía unificar las Urgencias Generales con las Pediátricas, una barbaridad, en opinión de los sindicatos, que lograron frenar finalmente. Las Urgencias siempre han sido un servicio problemático, objeto de numerosas críticas por parte de sus profesionales, quejosos siempre de la elevada presión asistencial y la escasez de medios. Hace por ejemplo seis años, casi la mitad de los médicos que trabajaban en las Urgencias pidió el traslado por el descontento laboral que existía. Son más que frecuentes también las críticas de los usuarios, fundamentalmente por los tiempos de espera y los colapsos. No en vano, según los últimos datos, cada año se atienden en estas instalaciones del hospital cerca de 120.000 urgencias, casi el 70% de los pacientes que consideran necesario acudir a un servicio de Urgencias lo hacen a las del hospital, 60 de cada cien pacientes que ingresan en el centro hospitalario acceden a través de este servicio y más de un tercio de los jerezanos pasa cada año por Urgencias. "Es indudable que uno de los problemas es el mal uso o el abuso del área de Urgencias, porque una urgencia grave no espera, pero también es cierto que si la Atención Primaria funcionase mejor no ocurriría eso. Si a ti no te dan cita para tu médico general hasta dentro de tres días, te vas a Urgencias", mantiene una profesional.

Ni que decir tiene que el problema no es nuevo. Ya hace diez años responsables de los servicios de Urgencias de varios hospitales de la provincia dieron la voz de alerta a la Administración y hablaban de una situación límite. En esta década pocas cosas han cambiado. Las Urgencias siguen estando saturadas cada dos por tres, los colapsos han dejado de ser ocasionales: en verano por las olas de calor y los cierres de camas, que dejan pacientes haciendo cola en Observación durante horas e incluso dos días y en invierno por la gripe y otras patologías que se agudizan con las bajas temperaturas. A todo ello se suma un hospital que, pese a atender a la población de la quinta ciudad de Andalucía y ser centro de referencia de numerosas localidades de la costa Noroeste y la Sierra, mantiene su catalogación de nivel intermedio, una lastra que le priva de importantes especialidades y con el vergonzoso episodio en el que se ha convertido el edificio de Radioterapia, terminado después de años de vicisitudes pero sin abrirse ahora por falta de dotación. Esto es lo que los americanos no vieron.

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