No es ni mucho menos para echar las campanas al vuelo, pero el anuncio de la apertura de al menos cinco nuevos negocios en la calle Larga, que se suman a las que se han producido recientemente o están previstas en otras calles céntricas, pone un punto de esperanza en el contexto de un castigado comercio tradicional que ha visto en estos años de crisis echar el cierre a numerosos establecimientos. Una de las cadenas que prepara ya su desembarco en la calle Larga, donde en su día estuvo Pull &Bear, es la marca danesa Tiger, que inició su actividad en 1995 en Copenhagen y que cuenta ya con más de 260 tiendas en todo el mundo. La propia empresa define sus establecimientos como "un bazar de diseño en el que ofrecemos a nuestros clientes productos con estilo, de calidad, a precios increíblemente asequibles". Casi enfrente, en Los Cisnes, en los locales que dejó vacíos Oysho, ultima su apertura Vodafone y la hostelería también está representada en estos nuevos negocios que llegan a la calle más comercial del centro, con la próxima apertura de Tapaolé, que ya tiene presencia en Jerez con otro negocio en Área Sur. El de Larga, en el edificio de la antigua sede de La Caixa, será el quinto establecimiento de esta franquicia de restaurantes y dispondrá de unos 300 metros cuadrados y espacio para 150 comensales. También en calle Larga se instalará una franquicia de la cadena catalana de panaderías y cafeterías Granier, una exitosa empresa que no ha parado de expandirse en los últimos años, superando los 200 establecimientos y que ha dado también el salto a otros países. Por último en el edificio que hace esquina con Algarve abrirá sus puertas una clínica dental.

Estas nuevas aperturas son calificadas por las asociaciones de comerciantes como una buena noticia, aunque a nadie se le escapan los locales que aún quedan vacíos en el centro, pese a que incluso en algún caso los alquileres han bajado en estos años de crisis hasta casi la mitad. "Supone ofrecer a los clientes una diversidad de ofertas, que el público encuentre en el centro lo que necesita sin tener que acudir a otros sitios", asegura la presidenta de Acoje, Nela García. Admite, no obstante, que también son más de los deseables los comercios que cierran sus puertas, en algunas ocasiones negocios con años de historia, emblemáticos, que no encuentran relevo generacional, pero muestra su desacuerdo con expresiones como que "el centro está muerto". "Precisamente el que exista este movimiento de cierres y aperturas significa que está muy vivo. Muerto estaría si cerrasen locales y no hubiese alternativa".

En un contexto en el que la recuperación económica apenas se atisba, la responsable de Acoje considera un handicap los alquileres, en su opinión, aún elevados que se piden en concreto en la calle Larga. "Sí que en algunos casos han bajado con la crisis, pero en Larga cualquier local no baja de 3.000 euros y a eso súmale el IVA, la infraestructura, el personal, el coste de la mercancía. ¿Quién saca 6.000 euros al mes para mantener un comercio abierto?", reflexiona. "Es cierto que cualquier actividad es un riesgo, pero el público en general no ve el comercio como tal. Abres un negocio y la gente se cree que ya tienes la casa en la playa y no es así, asumes un riesgo importante, metes más de ocho horas e igual no eres ni mileurista".

Pero no es sólo la calle Larga la que parece ver algunos 'brotes verdes'. Nela García destaca la reciente reapertura de lo que en su día fue Nuevas Galerías, ocupada ahora por una herboristería. "Es el caso de un comerciante que ya tiene una tienda en calle Levante y sigue apostando por el centro y también se están abriendo negocios de hostelería en otras zonas. La hostelería es importante porque lo que pretendemos es dar al cliente algo diferente, que el centro sea un gran lugar de compra, paseo y ocio".

El presidente de la asociación Asunico, Manuel García, menos optimista, opina que aún vendrán más cierres "porque de momento no se ve un repunte del consumo", pero muestra su satisfacción ante la llegada de nuevas cadenas, algunas de ellas franquicias. "Posiblemente, si se empieza a vislumbrar la salida del túnel, muchas se estén posicionando en la mejor calle comercial del centro, antes de que vuelvan a subir los alquileres". Mantiene que en cualquier caso, "esto es lo que necesita el centro, que haya oferta, que la gente siga apostando por él y sobre todo, lo más importante es que todos estos nuevos comercios se mantengan".