El concurso de acreedores de Bodegas Valdivia apunta a su fin. Cumplidos ya tres años y medio desde la declaración del concurso de la firma bodeguera de Nueva Rumasa, y con la fase de liquidación prácticamente agotada, la administradora concursal de Valdivia espera autorización del juzgado de lo Mercantil de Cádiz para hacer efectiva la venta de la bodega al grupo israelí Keren More LTC.

En virtud del principio de acuerdo suscrito por el comprador interesado y Fortis Bank, primer acreedor hipotecario con una deuda reconocida de casi 4,5 millones de euros, la oferta de compra del grupo israelí con sede en Tel Aviv asciende a 3,3 millones de euros y, según expone la administración concursal en su escrito remitido al juzgado, representa "la mejor opción presentada para culminar de forma razonablemente exitosa el concurso" de la bodega. Eso sí, el comprador está obligado a acreditar la inexistencia de vínculo alguno entre Keren More y Nueva Rumasa.

El grupo israelí, del que no existen referencias en el sector ni en Internet, se compromete en el principio de acuerdo a relanzar la actividad bodeguera y a recuperar el máximo posible de los antiguos contratos de trabajo, motivo principal del respaldo a la operación de la administración concursal, que en julio detuvo el proceso de adjudicación individualizada de los bienes de la bodega para no perjudicar la posible operación de venta de la unidad productiva de Valdivia.

"El hecho de que este proceso concursal, y su liquidación, se haya desarrollado en medio de la actual crisis económica que sufre España, y Jerez en particular, y en un sector como el bodeguero que igualmente cuenta con sus propias dificultades ha impedido hasta ahora la obtención de una propuesta de adquisición de la unidad productiva que garantice la viabilidad futura de Bodegas Valdivia, manteniendo y desarrollando la explotación de los vinos y brandies de Jerez, al tiempo que la actividad complementaria hotelera y/o de restauración que también desarrollaba la sociedad mediante la explotación de la denominada Villa del Duque", señala la administradora en su súplica.

El preacuerdo contempla la compra de la unidad productiva, que comprende la finca urbana de más de 19.000 metros cuadrados en la que se ubican los cascos bodegueros Pedro Valdivia, Sacromonte y Valdivia, además del inmueble de la Villa del Duque, así como la maquinaria y demás instalaciones, utillajes y marcas.

La oferta final de 3,3 millones mejora la propuesta inicial de adquisición formulada en abril por Keren More, que se compromete a abonar 300.000 euros como pago a cuenta y los tres millones restantes en el momento de otorgarse la escritura pública.

La inversión total prevista por el grupo israelí asciende a un mínimo de ocho millones de euros -incluidos los 3,3 millones de la compra- para el reinicio de la actividad bodeguera en un plazo máximo de seis meses, a contar desde la autorización judicial de la venta. Para el desarrollo de la actividad, el plan de inversiones de Keren More contempla, entre otros, la compra de nuevas existencias de vino y brandy, así como botas, la creación de un departamento comercial, el desarrollo de nuevas marcas y productos...

Los trabajadores de la bodega despedidos a raíz del concurso tendrán prioridad en los nuevos contratos que se deriven del reinicio de la actividad, estando prevista la creación de al menos una docena de puestos de trabajo en el primer año.

El importe de la posible venta, en la que también admite una importante quita el principal acreedor con privilegio especial, dista mucho sin embargo de las cantidades que se barajaron inicialmente en el plan de liquidación de la bodega, aprobado a mediados de 2012 para hacer frente a un pasivo de más de 16 millones de euros (10,3 millones con privilegio especial, casi medio millón con privilegio general, poco más de un millón de ordinario y 4,3 millones de subordinado).

Para la primera opción de venta directa, establecida en función del valor del inventario, se fijo un precio mínimo de 20, 6 millones de euros, que posteriormente se redujo a 11,1 millones -el valor neto contable a junio de 2012-.

La administración concursal se cubre las espaldas en su escrito al puntualizar que el resto de los créditos con privilegio especial reconocido no cobrarán ningún importe al no existir remanente del precio de la venta de la unidad productiva.