El inmueble que en su día fue El Embrujo, en la calle Liebre, sufrió en la noche del pasado jueves un derrumbe, que afortunadamente no causó daños personales, ya que en ese momento no pasaba nadie por la calle. Las fuertes lluvias parecen haber sido la causa final de los desprendimientos en la casa, que se encuentra en un estado ruinoso desde hace tiempo. La asociación de vecinos del Casco Histórico manifestó que desde este colectivo se había advertido en varias ocasiones del riesgo que supone este inmueble, que había tenido otros derrumbes parciales en el tejado a lo largo de este año. El presidente de la asociación de vecinos, Alejandro González, señaló ayer que "pese a todo hay que felicitarse de que no hubiera ninguna persona circulando en ese momento por esa zona de la calle, pero esto de jugar con fuego no siempre va a salir bien".

González manifestó que en el último año se han producido hasta cuatro derrumbes, incluido el del jueves, prácticamente en la misma calle, mencionando el que tuvo lugar en El Tabanco del Duque. Acerca de este inmueble, el presidente de la asociación criticó que se invirtieran miles de euros en consolidar e impermeabilizar los muros y, "prácticamente un año después, no está techado y le está cayendo la mundial. Esa es una demostración clara de la eficiencia con la que se realizan las actuaciones en el centro histórico". Recuerda, además, que hubo otro derrumbe en un casco de bodega en Rincón Malillo y, en este último mes se ha caído también un muro trasero del convento de Santa Rita, en calle Canto. "Las obras del Duque mantienen cortada la calle Canto en dirección al Astoria, lo que imposibilita que se puedan llevar a cabo actividades en dicha plaza, el derrumbe de Santa Rita mantiene cortada nuevamente la calle Vid, que hace pocos meses fue reabierta tras años cerrada, y ahora, vamos a ver la calle Liebre cuánto tiempo permanece cortada".

La asociación de vecinos reclama que de forma urgente y prioritaria el Ayuntamiento actúe contra los propietarios que, "con su dejadez, actitud negligente y carácter claramente especulador son los que mantienen el centro histórico convertido en una especie de zona de guerra repleta de solares, puntales, 'bosques urbanos' con su fauna correspondiente y fincas que se caen porque lo que en realidad preocupa es que se lleven a cabo algunos proyectos que revaloricen sus propiedades". La asociación reconoce que se está haciendo un buen trabajo en la Mesa del Centro Histórico en lo que es la fase de diagnóstico de estos barrios, pero también exige que el Ayuntamiento "no sea pasivo ni se convierta en cómplice de propietarios que están obligados a mantener las casas en buen estado dentro de una zona declarada como conjunto histórico artístico".

Los vecinos vaticinan por otro lado que el siguiente edificio que dará problemas será el palacio de San Blas, que ya ha sufrido expolios y al que, según dicen, le han aparecido grietas y ha tenido desprendimientos en el enfoscado. González recordó que este inmueble fue comprado para construir un hotel a la sombra de la Ciudad del Flamenco "pero permanece abandonado a su suerte por el Ayuntamiento y sus propietarios".